25 abril 2008

Genocidio: BOSNIA – HERZEGOVINA: 1992 (200.000 muertos)

En la república de Bosnia-Herzegovina, el conflicto entre los tres principales grupos étnicos (serbios, croatas y musulmanes) dio como resultado un genocidio cometido por los serbios contra los musulmanes en Bosnia.Bosnia es uno de los varios pequeños países que emergieron a partir del desmembramiento de Yugoslavia, un país multicultural creado después de la Segunda Guerra Mundial por los victoriosos Aliados Occidentales. Yugoslavia estaba compuesta por grupos étnicos y religiosos que habían sido históricos rivales, hasta encarnizados enemigos, incluyendo a los serbios (cristianos ortodoxos), los croatas (católicos) y la etnia albana (musulmanes).Durante la Segunda Guerra Mundial, Yugoslavia fue invadida por la Alemania nazi, y fue dividida. Surgió un fuerte movimiento de resistencia, liderado por Josip Tito. Tras la derrota de Alemania, Tito reunificó a Yugoslavia bajo el lema “Hermandad y Unidad”, fusionando a Eslovenia, Croacia, Bosnia, Serbia, Montenegro, Macedonia, junto con dos provincias autónomas, Kosovo y Vojvodina.Tito, un comunista, fue un fuerte líder que mantuvo lazos estrechos con la Unión Soviética y los Estados Unidos durante la Guerra Fría, jugando con una potencia en contra de la otra mientras obtenía asistencia financiera y de todo tipo por parte de ambas. Tras su muerte en 1980 y sin su firme liderazgo, Yugoslavia se sumió rápidamente en un caos político y económico.Un nuevo líder surgió a fines de la década de 1980, un serbio llamado Slobodan Milosevic, un ex comunista que había recurrido al nacionalismo y el odio religioso para obtener el poder. Comenzó inflamando tensiones de larga data entre serbios y musulmanes en la provincia independiente de Kosovo. Los serbios cristianos ortodoxos en Kosovo era una minoría, y declaraban que estaban siendo maltratados por la mayoría albana musulmana. El desasosiego político patrocinado por los serbios en Kosovo finalmente llevó a la pérdida de su independencia y la dominación por parte de Milosevic.En junio de 1991, Eslovenia y Croacia declararon sus respectivas independencias de Yugoslavia, desencadenando una guerra civil. El ejército nacional de Yugoslavia, constituido ahora por serbios controlados por Milosevic, entró violentamente en Eslovenia, pero fracasó en su intento de sojuzgar allí a los separatistas y se retiró después de sólo diez días de combate.

Milosevic rápidamente perdió interés en Eslovenia, un país con casi ningún serbio. En cambio, giró su atención hacia Croacia, un país católico donde los serbios ortodoxos constituían un 12 por ciento de la población.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Croacia había sido un estado pro-nazi liderado por Ante Pavelic y su fascista Partido Ustasha. Los serbios que vivían en Croacia, así como también los judíos, habían sido blanco de generalizadas matanzas por parte del Ustasha. En el campo de concentración de Jasenovac, habían sido asesinadas brutalmente decenas de miles de personas.En 1991, el nuevo gobierno croata, liderado por Franjo Tudjman, pareció estar reviviendo al fascismo, incluso utilizando la bandera Ustasha, y también promulgando leyes enfocadas en los serbios ortodoxos (como objetivo o blanco).Ayudadas por guerrillas serbias en Croacia, las fuerzas de Milosevic invadieron en julio de 1991 este país para “proteger” a la minoría serbia. Bombardearon la ciudad de Vukovar, donde había solamente croatas desarmados, durante 86 días consecutivos, y la redujeron a escombros.Tras la caída de Vukovar, los serbios comenzaron las primeras ejecuciones masivas del conflicto, matando a cientos de hombres croatas y enterrándolos en fosas comunes.La respuesta de la comunidad internacional fue limitada. Los Estados Unidos, con George Bush a la cabeza, eligieron no involucrarse militarmente, pero sí reconocieron la independencia de Eslovenia y Croacia. La ONU impuso un embargo de armas para toda la ex Yugoslavia. Sin embargo, los serbios bajo las órdenes de Milosevic ya eran la fuerza mejor armada, y mantenían así una gran ventaja militar.En abril de 1992, Estados Unidos y la Comunidad Europea decidieron reconocer la independencia de Bosnia, un país en su mayor parte musulmán donde la minoría serbia constituía un 32 por ciento de su población. Milosevic respondió a la declaración de independencia de Bosnia atacando a Sarajevo, su ciudad capital, mejor conocida por los Juegos Olímpicos de Invierno de 1984. Sarajevo pronto se hizo conocida por ser la ciudad donde los francotiradores serbios continuamente abatían a civiles indefensos en las calles, incluyendo finalmente a más de 3.500 niños.Los bosnios musulmanes fueron aplastados sin remedio. Mientras los serbios ganaban terreno, comenzaron a redar a los musulmanes locales en escenas inquietantemente similares a aquellas que ocurrieron con los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, incluyendo fusilamientos masivos, repoblación forzada de ciudades enteras, y confinamientos en campos de concentración para hombres y niños. Los serbios también aterrorizaban a las familias musulmanas para que abandonaran sus aldeas utilizando la violación como arma contra mujeres y niñas.Las acciones de los serbios fueron catalogadas como “limpieza étnica”, un nombre que rápidamente tuvo repercusiones entre los medios de prensa internacionales.A pesar de los informes de los medios de prensa sobre los campos de concentración, los asesinatos masivos, así como la destrucción de mezquitas musulmanas y arquitectura histórica en Bosnia, la comunidad mundial permaneció en su mayoría indiferente. La ONU respondió imponiendo sanciones económicas a Serbia y también desplegó sus tropas para proteger la distribución de alimentos y medicinas para los musulmanes desposeídos. Pero la ONU prohibió estrictamente a sus tropas intervenir militarmente en contra de los serbios. De esta manera permaneció firmemente neutral, no importa lo mal que se puso la situación.A lo largo de 1993, confiados en que la ONU, los Estados Unidos y la Comunidad Europea no iniciarían una acción militar, los serbios en Bosnia libremente cometieron genocidio contra los musulmanes. Los serbios bosnios operaban bajo el liderazgo local de Radovan Karadzic, presidente de la ilegítima República Serbio Bosnia. Karadzic dijo una vez ante un grupo de periodistas: “Los serbios y los musulmanes son como perros y gatos. No pueden vivir juntos en paz. Es imposible”.Cuando Karadzic fue enfrentado por los periodistas respecto a las atrocidades, bruscamente negó la participación de sus soldados o de unidades policiales especiales.El 6 de febrero de 1994, la atención mundial giró completamente hacia Bosnia cuando un mercado en Sarajevo era atacado por una capa de mortero serbio matando a 68 personas e hiriendo a casi 200. Imágenes y sonidos de la sangrienta matanza fueron transmitidas a todo el mundo por los medios de prensa, desencadenando pronto llamamientos a una intervención contra los serbios.Los Estados Unidos, con su nuevo presidente, Bill Clinton, que había prometido durante su campaña en 1992 que iba a detener la limpieza étnica en Bosnia, ahora emitían un ultimátum a través de la OTAN exigiendo que los serbios retiraran su artillería de Sarajevo. Los serbios rápidamente obedecieron, y se declaró un alto el fuego en Sarajevo impuesto por la OTAN.Posteriormente, los Estados Unidos lanzaron esfuerzos diplomáticos destinados a unificar a los musulmanes y croatas en contra de los serbios. Sin embargo, esta nueva alianza musulmana- croata fracasó en su intento de detener a los serbios en su ataque a los poblados musulmanes en Bosnia, que habían sido declarados refugios seguros por la ONU. Un total de seis ciudades musulmanas habían sido establecidas como Refugios Seguros en mayo de 1993 bajo la supervisión de pacificadores de la ONU.Los serbios bosnios no solamente atacaban los Refugios Seguros, sino que también atacaban a los pacificadores de la ONU. Las fuerzas de la OTAN respondieron lanzando limitados ataques aéreos contra posiciones de base serbias. Los serbios se vengaron tomando cientos de pacificadores de la ONU como rehenes y volviéndolos escudos humanos, encadenados a objetivos militares tales como depósitos de municiones.
En este punto, ocurrieron algunas de las peores actividades genocidas del conflicto de cuatro años. En Srebrenica, un Refugio Seguro, los serbios bajo el mando del general Ratko Mladic sistemáticamente seleccionaron y asesinaron brutalmente a casi 8.000 hombres y niños de entre los doce y dieciséis años de edad (la peor matanza en Europa desde la Segunda Guerra Mundial).
Además, los serbios siguieron participando en violaciones masivas a mujeres musulmanas.El 30 de agosto de 1995, finalmente comenzó una efectiva intervención militar, ya que los Estados Unidos lideraron una masiva campaña (de la OTAN) de bombardeo en respuesta a las matanzas en Srebrenica, enfocándose en posiciones de la artillería serbia a través de toda Bosnia. El bombardeo continuó hasta octubre. Las fuerzas serbias también perdieron terreno ante los musulmanes bosnios, quienes habían recibido cargamentos de armas provenientes del mundo islámico. Como consecuencia, la mitad de Bosnia fue finalmente recuperada por las tropas musulmanas – croatas.Frente al duro bombardeo de la OTAN y una serie de pérdidas de terreno ante la alianza musulmana – croata, el líder serbio Milosevic estaba listo ahora para hablar de paz. El 1 de noviembre de 1995, los líderes de las facciones en guerra, incluyendo a Milosevic y Tudjman, viajaron a los Estados Unidos para las conversaciones de paz en la base Wright – Patterson de la Fuerza Aérea en Ohio.Después de tres semanas de negociaciones, se firmó un acuerdo de paz. Los términos del acuerdo incluían la división de Bosnia en dos porciones principales, conocidas como la República Serbio Bosnia y la Federación Musulmana- Croata. El acuerdo también hacía un llamado a elecciones democráticas y estipulaba que los criminales de guerra debían ser detenidos para ser procesados. Unos 60.000 soldados de la OTAN fueron desplegados para preservar el alto el fuego.
Ya más de 200.000 civiles musulmanes habían sido asesinados sistemáticamente. Más de 20.000 estaban desaparecidos y se temía por su suerte, mientras que otros 2.000.000 se habían convertido en refugiados. Este fue, según Richard Holbrooke, asistente de la Secretaría de Estado de los Estados Unidos, “el mayor fracaso de Occidente desde la década de 1930”.

traducido de: The History Place: Genocide in 20th century
véase el art. original en: http://www.historyplace.com/worldhistory/genocide/bosnia.htm

18 abril 2008

Genocidio: las ocho etapas

El término “genocidio” fue acuñado por un jurista llamado Raphael Lemkin en 1944, combinando la palabra griega “genos” (raza) y la palabra latina “cidio” (asesinato). El genocidio tal como lo define la ONU en 1948 se refiere a cualquiera de los siguientes actos cometidos con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, incluyendo:
· Asesinato de miembros del grupo
· Causar serios daños corporales o mentales a miembros de un grupo
· Infligir deliberadamente condiciones de vida calculadas para causar su destrucción física total o en parte, sobre el grupo
· Imponer medidas con la intención de evitar los nacimientos dentro del grupo
· Transferir por la fuerza niños de un grupo a otro
El genocidio es un proceso que se desarrolla en ocho etapas, que son predecibles pero no inexorables. En cada etapa, hay medidas preventivas que pueden detenerlo. Las últimas etapas deben estar precedidas por las primeras, aunque las etapas tempranas continúan operando a lo largo de todo el proceso.
1. CLASIFICACIÓN. Todas las culturas tienen categorías para distinguir a las personas entre “nosotros y ellos”, por etnia, raza, religión o nacionalidad: alemanes y judíos, hutus y tutsis. Las sociedades bipolares que carecen de categorías mezcladas, como Ruanda y Burundi, son las más propensas a cometer genocidio.
La principal medida preventiva en esta temprana etapa es desarrollar instituciones universalistas que trasciendan las divisiones étnicas o raciales, que promuevan activamente la tolerancia y el entendimiento, y que promuevan las clasificaciones que trasciendan las divisiones. La iglesia católica podría haber desempeñado este papel en Ruanda, de no haber sido por las mismas divisiones étnicas en la sociedad ruandesa. La promoción de un lenguaje común en países como Tanzania también promueve la trascendencia de la identidad nacional. Esta búsqueda de un terreno común es vital para prevención temprana del genocidio.
2. SIMBOLIZACIÓN. Nosotros damos nombres u otros símbolos a las clasificaciones. Llamamos a las personas “judíos” o “gitanos”, o los distinguimos por colores o por sus vestimentas; y aplicamos los símbolos a los miembros de los grupos. La clasificación y la simbolización son universalmente humanas y no necesariamente terminan en el genocidio, a menos que lleven a la siguiente etapa, la deshumanización. Cuando se combinan con el odio, los símbolos pueden ser forzados hacia los miembros de grupos parias: la estrella amarilla para los judíos bajo el régimen nazi, el pañuelo azul para los habitantes de la Zona Oriental en la Camboya del Khmer Rouge, por ejemplo.
Para combatir la simbolización, los símbolos del odio pueden ser prohibidos legalmente (la cruz esvástica, o cruz gamada) como discurso de odio. También las marcas de grupo, como la ropa de las pandillas o los tatuajes (o cicatrices) tribales pueden ser prohibidas. El problema es que las limitaciones legales fracasan si no están respaldadas por la aplicación en la cultura popular. Dado que hutu y tutsi eran palabras prohibidas en Burundi hasta la década de 1980, estas fueron reemplazadas por palabras en clave. Sin embargo, si es ampliamente respaldada, la negación de la simbolización puede ser poderosa, como lo fue en Dinamarca, cuando muchos daneses eligieron usar la estrella amarilla, privándola de su importancia como símbolo de los judíos para los nazis.
3. DESHUMANIZACIÓN. Un grupo niega la humanidad de otro grupo. Los miembros de este grupo son comparados con los animales, sabandijas, insectos, o enfermedades. La deshumanización supera la repugnancia humana normal por el asesinato. En esta etapa, la propaganda del odio en los medios de prensa o en radios se usa para vilipendiar al grupo víctima.
En la lucha contra esta deshumanización, la incitación al genocidio no debería ser confundida con le alocución protegida. Las sociedades genocidas carecen de protección constitucional para discursos compensatorios y deberían ser tratadas de modo diferente a las democracias. Los líderes locales e internacionales deberían condenar el uso de los discursos difamatorios y hacerlos culturalmente inaceptables. Los líderes que inciten al genocidio deberían ser impedidos de viajar al resto del mundo y tener sus finanzas congeladas. Las estaciones de radio que promueven el odio deberían ser cerradas, y la propaganda negativa también prohibida. Los crímenes de odio y las atrocidades deberían ser rápidamente castigados.
4. ORGANIZACIÓN. El genocidio es siempre organizado, generalmente por el Estado, a menudo utilizando milicias para proporcionar una negación de la responsabilidad del Estado (los Janjaweed en Darfur). A veces la organización es informal (pandillas hindúes lideradas por militantes del RSS local) o descentralizada (grupos terroristas). Frecuentemente se arman y se entrenan unidades especiales o milicias. Se hacen planes para matanzas genocidas.
Para combatir esta etapa, la participación o afiliación a estas milicias debe ser prohibida. A sus líderes se les debe negar la visa para viajar al exterior. La ONU debería imponer embargos de armas para gobiernos y ciudadanos de países involucrados en masacres genocidas, y crear comisiones que investiguen las violaciones, como se hizo en Ruanda después del genocidio.
5. POLARIZACION. Los extremistas separan a los grupos. Los grupos de odio transmiten una propaganda polarizadora. Las leyes pueden prohibir el matrimonio o la interacción social. El terrorismo extremista se fija como objetivo o blanco a los moderados, intimidando y silenciando al centro. Los moderados dentro del propio grupo de los perpetradores son los más capaces de detener el genocidio, de manera que son los primeros en ser arrestados o asesinados.
La prevención puede implicar una protección para los líderes moderados o la asistencia a grupos de derechos humanos. Los bienes de los extremistas deben ser confiscados, y las visas denegadas. Los golpes de estado hechos por los extremistas deberían ser repudiados y contrapuestos por sanciones internacionales.
6. PREPARACIÓN. Las víctimas son identificadas y separadas debido a su identidad étnica o religiosa. Se confeccionan las “listas negras”. Los miembros del grupo- víctima son obligados a usar símbolos identificadores. Frecuentemente son segregados en guetos, deportados en campos de concentración, o confinados en una región asolada por el hambre.
En esta etapa, se puede declarar ya una Emergencia de Genocidio. Si la voluntad política de las grandes potencias, las alianzas regionales, o del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, se debería preparar la intervención armada internacional, o una fuerte asistencia al grupo víctima para que se prepare para su defensa propia. De lo contrario, por lo menos la ONU y grupos privados de socorro deberían organizar la ayuda humanitaria para la inevitable oleada de refugiados.
7. EXTERMINIO. Comienza el exterminio, y rápidamente se convierte en un asesinato en masa conocido legalmente como “genocidio”. Para los asesinos se trata de un “exterminio” porque ellos no creen que sus víctimas sean completamente humanas. Cuando están patrocinados por el Estado, las fuerzas armadas a menudo trabajan con las milicias para realizar la matanza. A veces el genocidio desencadena asesinatos por venganza por parte de grupos uno contra otros, creando así el ciclo descendente en forma de remolino de un genocidio bilateral (como en Burundi).
En esta etapa, solamente una rápida e inmensa intervención armada puede detener el genocidio. Se deben establecer verdaderas áreas seguras o corredores de escape para los refugiados, con una fuerte protección armada internacional. (Un área “segura” insegura es peor que ninguna). El Consejo de Seguridad debería moviliar la SHIRBRIG (Brigada de Despliegue Rápido de las Naciones Unidas), con su infantería pesada de 5500 hombres (si la magnitud del genocidio es “pequeña”). Para mayores intervenciones, debería entrar una fuerza multinacional autorizada por la ONU.

Si la ONU está paralizada, deben actuar alianzas regionales. Es el momento de reconocer que la responsabilidad internacional de proteger trasciende los estrechos intereses de los estados nacionales individuales. Si las naciones fuertes no aportan tropas para intervenir directamente, deberían proporcionar el puente aéreo, el equipamiento, y los medios financieros necesarios para que los estados regionales intervengan con la autorización de la ONU.

8. RECHAZO. Es la octava etapa que sigue siempre al genocidio. Es uno de los indicadores más seguros de nuevas matanzas genocidas. Los perpetradores del genocidio excavan fosas comunes, queman los cadáveres, tratan de encubrir las pruebas e intimidan a los testigos. Ellos niegan que hayan cometido algún crimen, y a menudo culpan a las víctimas por lo que les pasó. Bloquean las investigaciones de los crímenes, y continúan gobernando hasta que son expulsados por la fuerza y huyen al exilio. Allí permanecen con impunidad, como Pol Pot o Idi Amín, a menos que sean capturados y se establezca un tribunal para juzgarlos.
La respuesta a la negación es un castigo por parte de un tribunal internacional o cortes nacionales. Allí la evidencia es oída, y los responsables pueden ser castigados. Los tribunales, como los de Yugoslavia y Ruanda, o una corte internacional para juzgar al Khmer Rouge en Camboya, o una Corte Penal Internacional pueden no detener a los peores genocidas. Pero con la voluntad política de arrestarlos y enjuiciarlos, algunos pueden llegar a ser traídos ante la justicia.

Y tales Cortes pueden así detener a potenciales genocidas, para que nunca más puedan compartir la expectativa de impunidad de Hitler cuando, despectivamente, dijo: “Después de todo, ¿quién se acuerda de los armenios?”

Fuente: Genocide Watch (traducción parcial)
8 Stages of Genocide, by Gregory Stanton, president Genocide Watch
en:
http://genocidewatch.org/

07 abril 2008

Tercerización Militar en Irak

¿Qué es la tercerización militar?
El proceso de la contratación de empresas privadas para tareas que solían ser ejecutadas por miembros uniformados de las fuerzas armadas. Las tareas van desde trabajos mundanos como la cocina o la limpieza hasta los especializados como el mantenimiento y la reparación de sofisticados sistemas de armas, traducción y transcripción, e interrogatorios a prisioneros de Irak.
¿Cuál ha sido el impacto de la tercerización militar en las operaciones norteamericanas en Irak?

Los Estados Unidos no podrían mantener sus operaciones militares en Irak, o en cualquier otra parte en el mundo, sin el uso de contratistas privados, dice Michael P. Peters, oficial de carrera del Ejército y vicepresidente ejecutivo del Council on Foreign Relations. “Es una virtual necesidad, dado el estado y el tamaño del ejército, subcontratar”, dice. El proceso, sin embargo, es “tanto un facilitador como una complicación”, dice Peter W. Singer, miembro de seguridad nacional en el Brookings Institution y autor de “Corporate Warriors: the rise of the privatized military industry”. Miles de contratistas privados en Irak están actuando fuera de la cadena de mando militar, haciendo que los esfuerzos por supervisar –o, si es necesario, castigar- su conducta sea mucho más difícil.
¿Por qué los contratistas privados están efectuando tareas de apopyo militar?

La tercerización militar data de finales del reclutamiento en 1973 y el advenimiento de los servicios militares voluntarios, dice Peters. No hay suficientes soldados actualmente en los servicios más pequeños como para llevar a cabo los trabajos necesarios para mantener a las fuerzas armadas; el número de personal militar en actividad se redujo a 1.4 millones en 2002 desde los casi 3 millones en 1970, según el Departamento de Defensa. Además, “para hacer más atractivo el servicio, el ejército tuvo que eliminar muchos de los aspectos menos glamorosos” de los soldados, como la cocina y las tareas de limpieza. Otro factor: el ejército prefiere contratar a especialistas civiles para mantener y ejecutar los servicios de los cada vez más complejos sistemas y equipamientos.

El (ex) Secretario de Defensa Donald Rumsfeld fue un fuerte proponente de la subcontratación de empresas privadas para la realización de determinadas tareas, para que los soldados pudieran concentrarse en el combate.

¿Cuántos contratistas privados están trabajando actualmente en Irak?

Nadie lo sabe con exactitud, afirma Singer. El Pentágono no publica cifras detalladas, y en algunos casos los contratistas privados no están obligados a revelar cuantos empleados tienen en el país. Singer estima que hay alrededor de 15.000 – 20.000 contratistas privados trabajando para el ejército en Irak. La mayoría, según los expertos, son cocineros, conductores de camiones, y técnicos; no obstante, algunos –y estos son los que han atraído la mayor parte de la atención- proporcionan servicios de seguridad al ejército, actúan como traductores, y, en algunos casos, interrogan a prisioneros iraquíes. Tres contratistas están sospechados de haber participado en el escándalo de los abusos en la prisión de Abu Ghraib.
¿Qué clase de tareas ejecutan los contratistas privados?

Los contratistas militares civiles en Irak proporcionan una serie de servicios para los militares norteamericanos, incluyendo:

*Protección de oficiales, instalaciones militares, y convoyes de abastecimiento
*Entrenamiento de tropas locales y fuerzas policíacas
*Interrogación, traducción y transcripción
*Mantenimiento y reparación de vehículos y aeronaves, incluyendo los sistemas de orientación y vigilancia en tanques y helicópteros
*Operaciones logísticas y supervisión de líneas de suministro
*Conducción de camiones que transportan combustible y alimentos
*suministro de instalaciones de almacenamiento
*Establecimiento del acceso a Internet y mantenimiento de sistemas informáticos
*Preparación de las raciones alimenticias para aproximadamente 135.000 soldados norteamericanos
*Limpieza de las instalaciones militares, incluyendo las bases y oficinas del Ejército
*Lavado de ropa
*Construcción de viviendas
¿Los contratistas privados son todos norteamericanos?

No. Los expertos sostienen que la seguridad privada es una industria internacional. Hay por lo menos 30 nacionalidades diferentes representadas en Irak, incluyendo norteamericanos, británicos, australianos, nepaleses, serbios, sudafricanos y chilenos.
¿Para cuáles compañías trabajan los contratistas privados?

El Ejército de los EEUU ha publicado una lista de unas 60 corporaciones que emplean a contratistas civiles para asistir a las operaciones militares norteamericanas en Irak. Algunas de estas compañías son:

- Blackwater Security Consulting, una división de Blackwater USA. Esta empresa con sede en Carolina del Norte fue fundada en 1996 para proporcionar armas de fuego y entrenamiento en seguridad para la policía y el ejército. Los cuatro hombres asesinados y mutilados en Falluja (31 de Marzo) trabajaban para Blackwater.

- CACI Internacional: una firma con sede en Arlington, Virginia, que establece y mantiene los sistemas informáticos de defensa e inteligencia. También recoge y analiza los datos. Emplea interrogadores; el interrogatorio representa menos del uno por ciento de su negocio, según afirma la compañía. CACI fue fundada en 1962, y cuenta con unos 9.400 empleados en todo el mundo.

- DynCorp, adquirido en marzo de 2003 por Computer Sciences Corporation (CSC). DynCorp era una empresa con sede en Reston, Virginia, que por más de 50 años proveyó mantenimiento y soporte técnico al ejército norteamericano en el campo. Por ejemplo, tuvo cerca de 200 empleados en Bosnia durante más de seis años, manteniendo y reparando aeronaves norteamericanas y entrenando a la policía. La compañía trabajó para más de 37 agencias federales, incluyendo un contrato con el Departamento de Estado en 1997 por valor de $600 millones para América Latina, que incluía mantenimiento de aeronaves, reconocimiento y erradicación de la droga en Colombia.

- Kellog, Brown and Root (KBR), una división de Halliburton. Halliburton, fundado en 1919, provee productos y servicios para las industrias petroleras y gasíferas. KBR tiene unos 24.000 contratistas en Irak, trabajando en una serie de proyectos civiles y militares, que van desde la reparación de pozos de petróleo hasta la gestión del correo, la construcción de bases militares, y el suministro de acceso a Internet. La empresa cuenta con cerca de 60 comedores militares norteamericanos en Irak y Kuwait, y dice que ha servido más de 50 millones de raciones de comida a los soldados en el último año.

- Titan Corporation, una firma con sede en San Diego, fundada en 1981, que provee equipamientos y tecnología –incluyendo sistemas informáticos, rastreo satelital, y testeo de software- para el ejército, la NASA, la Autoridad Federal de Aviación, y otras agencias del gobierno norteamericano. También provee traductores para el ejército en Irak, Afganistán, y en otras partes del mundo. Titan es uno de los más grandes proveedores de traductores en Irak. Estos servicios están incluidos en un contrato por cinco años ofreciendo una amplia gama de apoyo al ejército en todo el mundo, que actualmente está listo para ser renovado, según Wil Williams, un portavoz de la empresa.
¿Los contratistas entran en combate?

Los expertos sostienen que la mayoría de los contratistas que respaldan al ejército jamás entran en combate. Los contratistas privados de seguridad están destinados a proveer solamente seguridad defensiva para personas o sitios. Pero como la situación de la seguridad en Irak empeora, los extranjeros son cada vez más tomados como objetivos, y muchos contratistas de seguridad se han visto involucrados en la lucha. Los cuatro contratistas de Blackwater asesinados en Falluja iban en un convoy de cinco vehículos que se dirigía a recoger equipamiento de cocina cuando fueron emboscados, de acuerdo a una investigación de la propia Blackwater, según lo informó el New York Times el 9 de Abril. La misma noticia dice que un tiroteo el fin de semana anterior enfrentó a los contratistas de Blackwater, la infantería de marina de los EEUU, y soldados salvadoreños contra cientos de insurgentes iraquíes que atacaban un edificio de la Autoridad Provisional de la Coalición, en Najaf.
¿Quiénes los supervisan?

El Pentágono ha declarado que las firmas contratistas son responsables del reclutamiento, supervisión, gestión y castigo de sus contratados, lo cual, según los expertos, le permite a la industria regularse a sí misma. “La rendición de cuentas es una cuestión abierta”, dice Singer. “La condición jurídica, los derechos, y las responsabilidades (de los contratistas privados) no están claros. El Pentágono ni siquiera sabe cuántos son”.
¿A las leyes de qué país están sujetos?

Es una pregunta difícil de responder. Como civiles, los contratistas no están sujetos al Código Uniforme de Justicia Militar, y no pueden ser llevados ante corte marcial. No están sujetos a la ley de Irak; el país carece de un sistema judicial en funcionamiento, y la Autoridad Provisional de la Coalición ha dicho que las fuerzas de la coalición y los contratistas de defensa no están sujetos a leyes indígenas. No están necesariamente sujetos a la ley norteamericana, porque sus acciones tienen lugar en el extranjero y muchos no son ciudadanos norteamericanos.

Solamente una ley de los EEUU, la Ley de Jurisdicción Militar Extraterritorial (MEJA), del año 2000, permite el procesamiento de civiles que cometan delitos graves mientras trabajan en el extranjero para el ejército. El Fiscal General John Ashcroft afirmó el 6 de mayo que contratistas civiles podían ser procesados por los asesinatos o los abusos a prisioneros iraquíes en virtud de la ley MEJA y/o las leyes de los derechos civiles y anti-tortura, según lo informó el The Washington Post. Sin embargo, los expertos sostienen que la ley MEJA es aplicable solamente a los ciudadanos norteamericanos que trabajan para el Departamento de Defensa; la situación de los contratados por la CIA, el Departamento de Estado, u otras agencias gubernamentales, no está resuelta. Además, la ley MEJA está destinada a ser aplicada de acuerdo con los lineamientos del Departamento de Defensa que todavía no se han escrito.
¿Cuánto cobran los contratistas de seguridad privados?

Entre dos y diez veces más de lo que cobrarían en sus ejércitos, según Singer. La tasa de remuneración para los contratistas es más o menos la siguiente:
· Un ex Boina Verde norteamericano o un miembro de las Fuerzas Especiales que trabajan en Irak gana aproximadamente $30.000 por mes.
· Un ex miembro del ejército sudafricano gana alrededor de $4.000 por mes.
· Un ghurka nepalés gana aproximadamente $1.000 por mes.
· Un “pesh merga” kurdo gana alrededor de $250 por mes.
Los altos salarios preocupan a los mandos militares, según afirman los expertos, porque podrían causar un éxodo entre el personal más altamente calificado de algunos de los servicios armados.

¿Cuántos contratistas privados han resultado heridos o han muerto en Irak?

No hay números oficiales, según Singer. Él calcula que, en base a informes noticiosos, unos 50 contratistas han sido asesinados, y unos 300 han resultado heridos en el último año.

¿Qué rol desempeñaron, supuestamente, los contratistas privados en los casos de abusos a prisioneros en Abu Ghraib?

Un informe interno del Ejército, escrito por el Teniente General Antonio M. Taguba, que investiga los abusos en la prisión de Abu Ghraib, recomienda medidas disciplinarias contra dos contratistas, un interrogador y un traductor; también señala a otro traductor como sospechoso. Taguba descubrió que los dos contratistas a quienes recomienda amonestar dieron órdenes que ellos sabían que darían lugar a torturas físicas y psicológicas, y mintieron a los investigadores. Si bien soldados involucrados en el escándalo de Abu Ghraib han sido amonestados y/o sometidos a corte marcial, hasta el momento no se han presentado cargos penales contra los contratistas.
¿El uso de contratistas privados contribuye a hechos de violaciones a los derechos humanos?

Algunos piensan que sí. Torin Nelson, quien trabajó como oficial de inteligencia militar en la Bahía de Guantánamo antes de ir a Irak como interrogador civil de CACI, afirma en un artículo del 7 de mayo en el diario The Guardian, que la dependencia excesiva de los militares hacia las empresas privadas empuja a estas empresas a proporcionar un personal mal entrenado, e incluso algunos de sus miembros terminaron en puestos de responsabilidad para los que no estaban preparados. Y algunos expertos sostienen que la presencia de contratistas de seguridad privados sin una cadena de mando específica es preocupante. “Tener un grupo de personas cumpliendo roles tradicionales de combate abre la posibilidad de abusos a los derechos humanos cuando estas personas no están bajo el control de un marco jurídico”, dice Marc Garlasco, analista militar en Human Rights Watch. “Esperamos que los EEUU comprendan que esto es algo que requiere de una atención inmediata”.
¿Cómo responden las empresas de seguridad privadas a las acusaciones acerca de sus empleados?

Williams, el portavoz de Titan, sostiene que la empresa no proporciona interrogadores al ejército, sino solamente “servicios linguísticos” (por ejemplo, traductores y transcriptores). Dice que los intérpretes de Titan –algunos de los cuales antes eran conductores, cocineros, o una amplia variedad de otras profesiones- son examinados en cuanto a su fluidez y están altamente calificados para actuar como traductores. CACI emitió una declaración el 9 de mayo diciendo que la compañía investiga cuidadosamente los antecedentes de los potenciales interrogadores, y solamente acepta al 3 por ciento de los 1600 postulantes. “En el desafortunado caso de que algún empleado de CACI participara de un acto ilegal… la compañía tomará medidas inmediatas y apropiadas”.
¿El ejército norteamericano seguirá subcontratando en el futuro?

Sí. “No hay vuelta atrás en esto, debido a la naturaleza del Ejército y a la naturaleza de las tareas que tiene que hacer”, concluye Peters. Sin embargo, los expertos afirman que hay una creciente preocupación por el tipo y el alcance de las tareas que están siendo subcontratadas. Singer afirma que algunos miembros del Congreso están estudiando la prohibición de que ciertas tareas “críticas para la misión”, como el interrogatorio, sean dejadas en manos de empresas privadas.
Traducido de: Iraq: Military Outsourcing, por Esther Pan (2004) En: Council on Foreign Relations.
véase el art. original en: http://www.cfr.org/publication/7667/