28 septiembre 2009

Guerrilla


En el artículo anterior, sobre las tácticas del terrorismo, se hablaba de la guerrilla. Me parece oportuno decir unas palabras más acerca de esta forma de lucha.



La guerrilla es una antiquísima forma de combate practicada por pueblos oprimidos, invadidos. El término es un derivado, tal vez un poco despectivo, de la palabra “guerra”; sus antecedentes se remontan a la resistencia española ante la invasión napoleónica. Las tácticas guerrilleras utilizadas en la Península Ibérica contra las fuerzas francesas fueron muy pequeñas pero también muy efectivas: los generales de Napoleón aludían a ella como la “úlcera española”. Eran unos veinte mil efectivos irregulares quee lograron neutralizar al doble de efectivos galos. A esta resistencia la llamaron “petit guerre”.



Tácticas similares se utilizaron, por ejemplo, en la guerra por la independencia de los Estados Unidos, después en las guerras libertadoras por la descolonización, y así.



Esta forma de combate alcanzó su máxima expresión en el caso de los chinos, liderados por Mao Tse Tung, y los vietnamitas, liderados por Ho Chi Minh, en sus luchas contra los estados imperialistas.







Decálogo de la lucha guerrillera prolongada de masas según Mao Tse Tung:



1. Primero golpear a las fuerzas enemigas dispersas y aisladas, y luego a las fuerzas enemigas concentradas y poderosas.



2. Tomar primero las ciudades pequeñas y medianas y las vastas zonas rurales, y luego las grandes ciudades [estrategia conocida como “el campo cerca de la ciudad”]



3. Tener por objetivo principal el aniquilamiento de la fuerza viva [se refiere a los combatientes] del enemigo y no el mantenimiento o conquista de ciudades o territorios.



4. En cada batalla concentrar fuerzas absolutamente superiores. Dos, tres, cuatro, y en ocasiones hasta cinco o seis veces las fuerzas del enemigo, cercar totalmente las fuerzas enemigas y procurar aniquilarlas por completo. Hacer lo posible por evitar las batallas de desgaste, en las que lo ganado no compensa lo perdido o sólo resulta equivalente [un principio universal de la guerra].



5. No dar ninguna batalla sin preparación, ni dar batallas sin seguridad de ganarlas. [La completa seguridad es imposible, nunca se sabe “qué hay del otro lado del monte”, como dicen los efectivos]



6. Poner en pleno juego nuestro estilo de lucha: valentía en el combate, espíritu de sacrificio, desprecio a la fatiga y tenacidad en los combates continuos [el equivalente sería la “moral de lucha”]



7. Esforzarse por aniquilar al enemigo en la guerra de maniobras.



8. Apoderarse resueltamente de todos los puestos fortificados y ciudades débilmente defendidas [los ejércitos regulares, o “burgueses” como lo hubiera dicho Mao, comienzan así lo que llaman “guerra de posiciones”].

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