28 marzo 2007

Una sombrilla estratégica e ideológica Jihadista Global: el Convenio del Consejo Supremo de los Grupos Jihadistas

El 14 de enero de 2007, uno de los líderes eruditos jihadistas salafístas, el jeque kuwaití Hamed bin Abdallah al-Ali, publicó en su sitio web un nuevo e interesante documento: “The Covenant of the Supreme Council of Jihad Groups (Mithaq añ-Majles al-A´la li-Fasael al Jihad)”. El documento comenzó a circular inmediatamente en los foros jihadistas y, como se esperaba, recibió un entusiasta apoyo. Dicho documento es el primero de esta clase desde que Osama bin Laden y sus colegas trataron la declaración de fundación del Frente Islamista Mundial contra los Judíos y los Cruzados (febrero de 1998). Esa declaración simbolizaba la formación de una estructura organizacional que de hecho habría formado a Al Qaeda o Qa´idat al Jihad como frente. Aunque desde entonces Al Qaeda ha aparecido de varias formas, quizás se entiende menos como una organización frontal.

Al Qaeda se ha visto obligado a mutar en una especie de “sombrilla” frontal de varios grupos jihadíes –salafistas locales debido a una cantidad de hechos: por ejemplo, la caída del régimen talibán en Afganistán en diciembre de 2001 y la ocupación norteamericana en marzo-mayo de 2003, con el surgimiento allí de la insurgencia jihadista sunní. Si bien los grupos jihadíes salafistas locales han conseguido llevar a cabo varios ataques terroristas alrededor de todo el mundo, actuando en una variedad de blancos locales y globales, se han manejado de acuerdo a una estrategia más bien unificada. Esa estrategia ha sido dirigida por varios elementos:

* Primero, por el antiguo liderazgo “nuclear” de Al Qaeda, que dirigió al grupo por medio de una variedad de medios conocidos (por ejemplo, Internet y comunicaciones satelitales) y desconocidos (probablemente encuentros cara a cara y mensajeros);

* Segundo, por tácticas y estrategias independientes que se desarrollaron de acuerdo a las condiciones locales: los ejemplos aquí incluyen a la Tawid wal- Jihad, más tarde rebautizada como Al Qaeda, en Irak, de Zarkawi, la algerina GSPC, el Batallón Árabe en Chechenia, grupos en Indonesia, grupos independientes locales en Europa, o grupos jihadíes en Sinaí/Egipto, Jordania o Arabia Saudita.

* Tercero, por los intentos de coordinar y obtener un máximo de unidad de estrategia e ideología por parte de la generación más joven de clérigos y eruditos jihadíes salafistas a través de Internet. Entre estos eruditos, predominaban los sauditas, así como también otros clérigos árabes que se graduaron en universidades islámicas sauditas durante la década de 1990. Además de las doctrinas básicas neo-Wahabbitas Salafistas que absorbieron en Arabia Saudita, esta clase de eruditos se vio influenciada por la emergencia del movimiento reformista saudita, que fue en parte una reacción ante la presencia de los Estados Unidos en Arabia tras la primera guerra del Golfo, en 1991.

Desde la formación del frente de Al Qaeda, no se hicieron intentos de establecer ninguna herramienta organizacional de tipo global para aunar los esfuerzos bajo un determinado comando. Solamente se trató de conseguir una unidad de líneas de pensamientos.

En dos de sus discursos públicos, Osama Bin Laden (en 2003) y Ayman al-Zawahiri (en 2004) plantearon la idea de un Consejo Islámico para los responsables de la toma de decisiones de la comunidad en la forma islámica tradicional: Majlis al –Hall wal- ´Aqd. Tal consejo todavía no se ha establecido, y es dudoso que se haga en un futuro cercano, dadas las presentes condiciones de Al Qaeda y su liderazgo. Es decir, solamente se han hecho esfuerzos locales en Irak. Esto incluyó a Agu Mus´ab al- Zarkawi y su declaración de fidelidad a Bin Laden y Al Qaeda en 2004 (Tawhid wal- Jihad); la formación de Al Qaeda en Irak (también conocido como Al Qaeda en la Tierra de los Dos Ríos) como una organización frontal de seis grupos locales, el mismo año; discursos públicos de Ayman al-Zawahiri y otros eruditos jihadiíes para influenciar e incluso moderar la política de Zarqawi hasta su asesinato en junio de 2006; y la fundación de un Estado Islámico en Irak en septiembre de 2006. Este estado fue diseñado para ser dominado por Al Qaeda, pero el grupo tenía que ser solamente uno de varios elementos componentes del Estado, que era regido por Abu Omar al-Baghdadi al- Hashemi. En 2006, otros varios grupos declararon su lealtad hacia Al Qaeda: el algerino GSPC, parte del egipcio Gama´at Islamiyyah, y no oficialmente la Unión de Cortes Islámicas de Somalía.

El principal motivo de esta estrategia ha sido el principio de creación de unidad en el mundo musulmán. Por lo tanto, donde quiera y cuando quiera que tenga lugar un ataque contra tierras musulmanas o contra los musulmanes mismos, o un conflicto entre musulmanes y no musulmanes, todos los musulmanes deberán emprender una Jihad.

El año 2006 también ha sido testigo de un creciente foco en la estrategia anti Shi´a, no sólo en el contexto de la insurgencia sunní jihadista en Irak. La imagen victoriosa del Hezbollah libanés en la guerra contra Israel, la creciente participación en la arena palestina y con Hamas, y la forma en que Saddam Hussein fue ejecutado, todo se ha agregado al creciente sentimiento anti-Shi´a como parte integral y significativa de la estrategia global de la Jihad.

Hamed al-Ali y su llamamiento a la fundación de un Consejo Jihadista Global

Entre 2005 y 2006, el jeque kuwaití Hamed al-Ali se convirtió en el clérigo líder jihadí-salafista de la nueva generación de eruditos jihadistas y Muftíes. Su creciente preeminencia y popularidad se vio favorecida por el hecho de que la mayoría de sus colegas fueron encarcelados o asesinados, mientras que muchos otros cambiaron sus ideas bajo severas presiones por parte del gobierno saudita. Pocos clérigos tienen hoy un impacto similar en los sostenes de la Jihadí-Salafiyyah global. El jeque Al Ali vive en Kuwait, donde disfruta de una libertad de expresión y de actividades relativamente alta, y una completa libertad de utilizar Internet para sus propósitos.

En 2006, también se convirtió en el erudito jihadista más fructífero en el mundo árabe, ya que sus artículos y fatwas fueron leídos y hechos circular inmediatamente en todos los foros jihadistas. Mientras que sus vínculos organizacionales con Al Qaeda se desconocen, su efecto sobre lo sostenedores del frente jihadí global es inmenso. Como resultado, sus escritos se convierten en una antorcha de vanguardia para la consolidación de una doctrina jihadista globalmente aceptada.

El documento que se publicó el 14 de enero de 2006 puede tomarse como un intento de consolidar una estrategia unida para la Jihad Global en un futuro cercano. Al margen de si esto es resultado de una iniciativa personal, o si es de acuerdo con los principales agentes operativos tales como Ayman Zawahiri o los comandantes de Al Qaeda en Irak, su llamamiento podría verse como un documento estratégico. Sin embargo, Al Alí presenta su documento como si ya hubiera habido un encuentro de eruditos jihadistas y el documento fuera resultado de tal reunión, que “trató sobre las condiciones de la nación islámica y la conspiración en su contra por parte de dos enemigos”.

Si su “Covenant of the Supreme Council of Jihad Groups” es un llamamiento para realmente formar un consejo de este tipo o si es simplemente un intento de trazar a grandes rasgos los perfiles de una estrategia unida, lo que está claro es que el documento es una estampa oficial que marca la apertura de un frente anti-iraní y anti-Shi´a junto con el tradicional anti Cruzados-Judíos, que es asistido por gobiernos árabes. El documento de Al Alí es un intento de delinear la futura estrategia de lucha simultáneamente en dos frentes. Lo que comenzó en Irak como la principal estrategia de Zarkawi y sus seguidores de Tawhid wal-Jihad ha sido ratificado por Al Qaeda tras su muerte y es ahora sostenido por el nuevo liderazgo de la insurgencia jihadista. Con este documento, dicha estrategia obtiene la aprobación clerical a través de Hamed Al Ali.

Para enfocarse en el elemento innovador en esta estrategia, Al Ali coloca la amenaza Iraní-Shiita como la primera de dos: “El enemigo Safawi que busca la destrucción de la civilización islámica, mata cruelmente a los musulmanes bajo banderas religiosas”. La segunda amenaza es, naturalmente, la campaña Cruzados-Zionistas. Estas dos campañas “anti-islámicas” reciben la misma prioridad y la naturaleza de una obligación personal (Fardh ´Ayn), según la cual cada musulmán debe participar en la Jihad en defensa de todos los musulmanes.

Otro elemento nuevo y significativo en el documento es el llamamiento a la unidad, aunque dentro de un marco de pluralismo organizacional de varios grupos Jihadistas. La unidad se logra concentrando los esfuerzos en el marco de una estrategia unida, aunque no necesariamente a través de la unidad de las organizaciones. Además, hay un llamado a la tolerancia hacia los otros grupos islámicos, y contra cualquier excomunión extrema de los otros musulmanes (Al-Ghuluw fi al-Takfir). El documento también rechaza la lucha contra los grupos o individuos que no siguen un cierto grupo jihadí o no prestan juramento a su liderazgo. “Nosotros debemos comprender que la nación necesita tanto la Jihad como la prudencia de todos sus componentes y grupos. La nación necesita tolerar las legítimas disputas”.

El Convenio está acompañado por un suplemento, que el autor inicia declarando que hay solamente tres proyectos en Medio Oriente: el Safawi-Iraní, el Zionista-Cruzado, y la Jihad Islámica. Una vez más, Al Alí menciona el proyecto iraní en primer lugar. El suplemento se enfoca en la Jihad contra la conspiración occidental, pero también predice un conflicto sobre el dominio de Medio Oriente entre los dos enemigos, que llevará a “un caos en la región por algún periodo, que será a favor del proyecto de la Jihad que se expandirá a lo largo de todo el mundo musulmán como el fuego en la madera”. Prosigue Al Ali: “La misión más importante del proyecto jihadista actualmente es demostrar resistencia en el enfrentamiento con nuestros enemigos y perseverancia en nuestra ruta bajo su estandarte hasta la victoria final”.

La respuesta jihadista a la campaña de Occidente deberá incluir cuatro elementos: la jihad mediante la violencia (que ya está teniendo lugar); independencia económica; la contradicción de la perspectiva o el pensamiento occidental promocionando el islámico; y la destrucción de la “entidad zionista”. “No es importante la velocidad de obtención de las metas. Lo más importante es la comprensión del plan y el mantenimiento de un espíritu de desafío”.

Conclusión

La importancia del documento de Al Alí yace principalmente en su intento de delinear una estrategia jihadista unificada, una que no ponga atención en la estructura organizacional de varios grupos, ni en la unidad organizativa. La estrategia necesita enfrentar una campaña enemiga dual: una iraní-shiíta y una occidental. El énfasis en el pluralismo organizacional del proyecto jihadista es una innovación, y probablemente sea resultado de la incapacidad de unir a todos los grupos insurgentes jihadistas en Irak. También emana probablemente del reconocimiento de que diferentes condiciones gobiernan las realidades en varias partes del mundo musulmán.

Por un lado, esta nueva aproximación puede parecer una falla en la parte de Al Qaeda de establecer un solo grupo jihadista unificado, a pesar de la declaración de un “Estado Islámico Iraquí” en el área sunnita de Bagdad y sus alrededores. El reconocimiento de este pluralismo legítimo también se refleja en el sistema de información, propaganda, y campaña de adoctrinamiento que varios grupos están prosiguiendo en Internet. En el año 2006, parecía que una suerte de tregua se había desarrollado entre varios grupos, y que una mejor cooperación en este campo había reemplazado a los anteriores enfrentamientos. También parece que a diferencia del pasado, los diferentes sistemas de información –Global Islamic Media Front (GIMF), Al-Sahab, Al-Furqan, Al-Fajr, Al-Boraq, y varios otros- actualmente actúan en armonía unos con otros. Si esto es resultado de una planificación deliberada o un compromiso, la realidad muestra que hay alguien que intenta incluirlo en una estrategia, para crear un cierto orden en el proyecto jihadista.

En cierto modo, Hamed al-Ali completa algunos de los lineamientos políticos de la política transmitida por Ayman al-Zawahiri en sus grabaciones de audio y video. No está claro si existe algún contacto entre dos de ellos, y cuán extenso es, pero hay fuertes signos de que la Jihad Global logra disponer un procedimiento a través del cual se produce un nuevo pensamiento constantemente, se aprenden nuevas lecciones, y se delinean adaptaciones a las políticas o estrategias. La clara oposición de Al Alí a la refutación radical de otros musulmanes sunníes se parece a los escritos de Zawahiri y el criticismo de Abu Muhammed al-Maqdisi de Abu Mus´ab al Zarqawi en 2005. Estos pensadores no parecen llegar a sus conclusiones como resultado de consultas mutuas o una jerarquía de instituciones, sino trazando principalmente una estrategia lógica común –por lo menos, lógica desde su punto de vista.

También hay que rescatar que la noción del enemigo shiíta es equivalente al del “cruzado judío”, aun cuando esto no es algo nuevo, sino el resultado de los hechos en Iraq y las posibilidades de lo que los jihadistas salafistas interpretan como una retirada de los Estados Unidos de Irak en un futuro cercano. El conflicto con Irán y la Shi´a ya había sido predicho a principios de 2003, en los escritos de los últimos jeques, el saudita Yousef al-Uyeri y el jordano Abu Omar Seyf, dos de los principales arquitectos de la estrategia jihadista en Irak. La enemistad hacia Irán y la Shi´a sólo había sido demonizada durante los últimos tres años. Hamed Al Ali viene ahora y la proporciona con el sello de la estrategia oficial de la Jihad Global. Sea por su propia iniciativa, o en concordancia con Al Qaeda, haciendo esto cierra la puerta a cualquier compromiso posible con Irán o la comunidad shiíta en Irak, a menos que futuras condiciones fuerce a hacerlo.

Todavía queda la cuestión de cómo Al Qaeda o la Jihad Global en general es dirigida. No conocemos el proceso exacto de toma de decisiones en Al Qaeda, o si el llamado de Bin Laden a establecer un “Consejo Ejecutivo” fue respondido. El discurso del documento de Al Alí insinúa la posible existencia de alguna forma de este consejo.

Traducido de: A Global Jihadi Umbrella for Strategy and Ideology: The Covenant of the Supreme Council of Jihad Groups. By Reuven Paz, Director,
Project for the Research of Islamist Movements (PRISM) GLORIA Center, IDC HerzliyaICT Research Fellow Enero 22, 2007
Vea el artículo original en:
http://www.ict.org.il/index.php?sid=119&lang=en&act=page&id=9415&str=Covenant

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