29 mayo 2008

M1 Abrams (tanque de guerra)

El tanque de combate M1 Abrams es el vehículo acorazado más importante del ejército norteamericano, y sin dudas uno de los mejores del mundo.
M1A1: es una versión mejorada del M1, presentada en 1985. Está dotado de un cañón de ánima lisa M256 de 120 mm, blindaje mejorado, y sistema de protección químico, biológico, radiológico y nuclear.
M1A2: una versión mejorada del M1A1, con un visor térmico independiente para el comandante, y un sistema de armas con equipo de navegación posicional, unidad de interfaz de radio, etc.
M1A2 SEP (System Enhancement Package): añadió mapas digitales, capacidad FBCB2 (Force XXI Battlefield Command Brigade and Below) un sistema de refrigeración mejorado para mantener la temperatura del compartimento de la tripulación, más el agregado de múltiples sistemas computarizados.
Otras mejoras posteriores: blindaje de uranio empobrecido para todas las variantes, un paquete de mejoras digitales para el M1 (M1A1D), un programa de concordancias para estandarizar las partes entre el ejército y los marines (M1A1HC) y una mejora electrónica para el M1A2 SEP.
El M1 puede ser equipado, si es necesario, con diversos sistemas de barrido de minas (rastrillos o mayal). El chasis del M1 es la base para el vehículo de ingenieros de combate Grizzly y para el posapuentes pesado M104 Wolverine.
Bautismo de fuego: Operación Tormenta del Desierto, en la Guerra del Golfo.




23 mayo 2008

Tecnología Militar (EEUU): GUERRA TERRESTRE



GUERRA TERRESTRE





Los ejércitos de avanzada todavía están estructurados, como lo han estado desde la década de 1940, alrededor de fuerzas blindadas complementadas por efectivos de infantería ligera que se trasladan en vehículos, camiones y aviones. El mejor tanque del mundo es probablemente el Abrams Americano (EE.UU. tiene 9000), pero el Challenger II británico, el Leopard II alemán, el Merkava MK4 israelí y los T-80 y T-90 rusos entran en una notable distancia. Todos los tanques modernos tienen torretas blindadas estabilizadas, capacidad de visión nocturna, buscadores láser, y computadoras de orientación que les permiten combatir en condiciones –en movimiento o en la oscuridad- que habrían obstaculizado a los modelos anteriores. Además, el blindaje compuesto o reactivo ofrece bastante más protección que en años anteriores, y las principales armas de fuego que disparan uranio agotado tienen mayor poder de penetración.

Si bien los vehículos blindados han mejorado a lo largo de los años, también lo han hecho las armas anti-blindaje. Estas van desde pesados misiles disparados desde vehículos terrestres o aéreos (como el Hellfire norteamericano y el Ataka-V ruso) hasta versiones portátiles (como el Javelin norteamericano, el Milan francoalemán, y el Kornet ruso). Además, inlcuso los tanques más avanzados pueden ser incapacitados por otros tanques, minas masivas, bombas aéreas o proyectiles de artillería. El pleno impacto de los avances en la tecnología anti-blindaje todavía no se ha hecho evidente porque la mayor parte de las fuerzas que han combatido a los tanques modernos en los últimos años (iraquíes, palestinos, chechenos) no tenía las últimas armas defensivas. Pero el éxito de los EE.UU. en la destrucción de tanques iraquíes en gamas de alto rango sugiere que, en la constante lucha entre el ataque y la defensa, la ventaja puede haber virado en contra del blindaje pesado. Los israelíes tuvieron una experiencia sobre lo que la era moderna tiene guardada cuando, en agosto de 2006, sus tanques y tropas se toparon con una ráfaga de cohetes antitanque durante sus ataques a los bastiones del Hezbollah en el sur del Líbano.

El ejército de los EE.UU. está respondiendo ante estos cambios con un presupuesto de por lo menos $124 mil millones –y posiblemente mucho más- para desarrollar un Futuro Sistema de Combate que reemplazará a gran parte de su actual fuerza blindada con una familia de vehículos más ligeros, tripulados y no tripulados, con diseños furtivos (que los hará más difíciles de detectar), e ingenios eléctricos híbridos que disminuirán las necesidades de combustible. (Uno de los principales inconvenientes del Abrams, a gas, es su fuerte dependencia de las líneas de suministro, que son muy vulnerables). Los vehículos futuros contarán con un blindaje compuesto diseñado para brindar mayor protección que los actuales modelos para la misma cantidad de peso, pero dependerán para su protección menos del blindaje y más de la localización y destrucción del enemigo antes de ser atacados. Los críticos creen que esto pone demasiada confianza en la “perfecta conciencia situacional”, y que estos vehículos no serán de mucha utilidad contra las guerrillas, que pueden atacar sin previo aviso.

Como de costumbre, las herramientas de la infantería han cambiado menos que todas. Un soldado moderno tiene mejor protección que sus antepasados si es que lleva una armadura de Kevlar sobre su cuerpo, pero su poder de fuego (que proviene principalmente de un rifle de asalto de mano como el M-16 o el AK-47 y de una variedad de morteros y ametralladoras) no varía significativamente con respecto a un G.I. o Tommy en la Segunda Guerra Mundial. Se han desarrollado armas electrónicas capaces de descerrajar un millón de descargas por minuto, y podría permitirles a los soldados destruír una granada disparada por cohetes con una sólida pared de plomo. Pero tales armas están a años de distancia del campo de batalla.

Por desgracia para lo soldados occidentales, la proliferación de pequeñas armas puede poner a los adversarios más primitivos en casi pie de igualdad con los representantes de los ejércitos más avanzados. Hay 250 millones de pequeñas armas militares y policiales atacando en todo el mundo, y más están siendo fabricadas en todo momento por al menos 1249 proveedores en 90 países.

La salvación de la infantería en la era de la información, por lo menos cuando están llevando a cabo operaciones convencionales, es su capacidad de usar dispositivos de comunicaciones inalámbricas para pedir apoyo de fuego dando coordenadas exactas. Es dudoso que las fuerzas militares disfruten alguna otra vez de la preponderancia del General HH Kitchener en Omdurman, pero se le acercan las municiones de ataque directo conjunto (JDAM) arrojadas por los norteamericanos a miembros de una tribu afgana armados con Kalashnikovs –o incluso sobre soldados iraquíes con obsoletos tanques T-2. No obstante, la ventaja norteamericana disminuye considerablemente cuando sus tropas tienen que desplegarse para operaciones de paz o de contrainsurgencia, que las deja expuestas a emboscadas de baja tecnología. “Con las posibles excepciones de los dispositivos de visión nocturna, los Sistemas de Posicionamiento Global, y los misiles lanzados desde el hombro”, escribe el Mayor Retirado General Robert Scales, ex comandante de la Academia de Guerra del Ejército norteamericano, “no hay una ventaja tecnológica notable para un soldado de infantería norteamericano cuando libra una batalla cercana contra siquiera el enemigo más pobre, más primitivo”.

Artículo relacionado: Tecnología Militar (EEUU)
Traducido de: The paradox of militar technologies, por Max Boot. en: Council on Foreign Relations
véase el art. original en:

14 mayo 2008

Tecnología Militar (EEUU)





Mientras que varios reveses en la guerra contra el terrorismo ponen de relieve los límites del poder norteamericano, es importante no perder de vista el panorama general: vivimos en la era de la supremacía norteamericana. Parte de la explicación sobre el predominio de los EE.UU. se encuentra sin duda en la fortaleza económica de este país. Pero Europa y Japón son igualmente ricos; pero su influencia mundial está muy por detrás. Ellos carecen de las capacidades militares superiores de los EE.UU. En palabras de Gregg Easterbrook: “El ejército norteamericano es actualmente el más fuerte que el mundo ha conocido, tanto en términos absolutos como en relación con otros países; es más fuerte que la Wehrmacht en 1940, más fuerte que las legiones en la cumbre del poderío romano”. Aunque el predominio de las fuerzas norteamericanas todavía puede ser desafiado cuando entran en estrecho contacto con el enemigo en su propio territorio, ellas son maestras indiscutibles de los “comunes” (mar, aire y espacio), lo cual les permite proyectar su poder en cualquier parte del mundo en poco tiempo.

La tecnología de la información es fundamental para el predominio militar norteamericano. No todos los cambios producidos por la era de la información son evidentes a primera vista, debido a que los sistemas militares básicos de principios del siglo XXI se ven aproximadamente similares a sus predecesores de la segunda era industrial (tanques, aviones, portaaviones, misiles). Michael O´Hanlon, analista militar, señala que “los sistemas de propulsión básicos y los diseños de aviones, barcos y vehículos de combustión interna están cambiando mucho más gradualmente que a principios del siglo XX, cuando dos de aquellas tres tecnologías apenas habían sido inventadas recientemente”. La velocidad media de un destructor de la Armada de los EE.UU. no ha aumentado en los últimos cien años. La Fuerza Aérea norteamericana sigue dependiendo de los bombarderos B-52H, construidos por última vez en 1962. Y la Infantería de Marina todavía utiliza helicópteros que volaron en la guerra de Vietnam. Pero desde mediados de la década de 1970, las comunicaciones, la orientación, la vigilancia y las tecnologías armamentistas que hacen a estos sistemas “legados” considerablemente más potentes han ido cambiando con gran rapidez para ventaja de los EE.UU.

Sin embargo, en este periodo de hegemonía, los norteamericanos siguen sintiéndose vulnerables. Como nos enteramos el 11 de septiembre, y continuamos notándolo en los campos de batalla de Irak, los sistemas armamantistas más avanzados y la tecnología de la información más sofisticada son apenas una protección perfecta contra otros tipos de poder destructivo. La paradoja de nuestra época es que la moderna tecnología es tanto el gran “separador” como el gran “igualador” en los asuntos militares: la supremacía tecnológica separa a EE.UU. del resto del mundo, y a la vez la moderna tecnología lo deja vulnerable ante grupos violentos y pandillas armadas con AK47, coches-bomba o armas de destrucción masiva portátiles. Para entender el futuro de la guerra, necesitamos comprender los dos lados de esta paradoja: en concreto, cómo la tecnología de la información ha aumentado la supremacía militar convencional de EE.UU. (en tierra, mar, aire y espacio), y cómo esta ventaja militar puede ser derrocada por determinados grupos radicales armados con nuevas tecnologías letales.

Este artículo se divide en las siguientes secciones (que iré publicando poco a poco):

1. Guerra terrestre

2. Guerra naval

3. Guerra aérea

4. Guerra espacial

5. Guerra robótica

6. Guerra asimétrica

09 mayo 2008

Criminología:un texto de Eduardo Galeano

Cada año los pesticidas químicos matan a no menos de 3 millones de campesinos. Cada día los accidentes de trabajo matan a no menos de 5 mil obreros. Cada minuto la miseria mata a no menos de 20 niños menores de cinco años. Estos crímenes, cuyas cifras provienen de las estimaciones más moderadas, figuran en los informes de diversos organismos internacionales, pero no tienen publicidad. Son actos de canibalismo autorizados por el orden mundial. Como las guerras.

Mucho cuidado: los delincuentes andan sueltos. Pero los más temibles no son los que provocan la histeria pública y dan a ganar millonadas a los fabricantes de alarmas, a las empresas que venden seguridad privada y a la prensa que vende inseguridad pública.

No: los peligrosos de veras peligrosos son los presidentes y los generales que destripan gentíos, los reyes de las finanzas que se-cuestran países, los poderosos tecnócratas que roban salarios, empleos y jubilaciones. Todos somos sus rehenes.

Clarence Darrow, inventor del difundido juego de mesa Monopolio, fue quien mejor supo definir a quienes habitualmente aparecen en las páginas policiales de los diarios: "Criminal es la persona con instintos predatorios que no tiene suficiente capital para fundar una gran empresa".

Mi país, Uruguay, está en la ruina. Ha sido desvalijado por los banqueros, no por los carteristas. Pero la ley castiga con la misma pena mínima, dos años de prisión, al carterista que mete la mano en el bolsillo de un pasajero en el bus y al banquero que roba mil millones de dólares. Y la pena máxima del carterista duplica la del banquero.

Para los que mandan no hay "tolerancia cero". La exitosa receta de Rudolph Giuliani, nacida para limpiar de delincuentes las calles de Nueva York y vendida en el mundo entero, no se equivoca nunca. Aplica siempre hacia abajo, jamás hacia arriba, la mano dura y el castigo preventivo, que viene a ser algo así como la versión policial de la guerra preventiva. Convierte la pobreza en delito y atribuye una "conducta protocriminal" sobre todo a los pobres de origen africano o latinoamericano, que son culpables mientras no prueben su inocencia.

En muchos países se puede ir preso por portación de piel. En Estados Unidos, por ejemplo. Dentro de las cárceles hay cuatro negros por cada 10 presos. Fuera de las cárceles hay un negro por cada 10 habitantes.

También es peligroso ser pobre. Se puede morir ejecutado. Hace más de dos siglos, se preguntaba Thomas Paine: "¿Por qué será tan raro que ahorquen a alguien que no sea pobre?" La pregunta sigue ahí, aunque se haya cambiado la horca por la inyección letal. En Texas, pongamos por caso, la pobreza de los que cada año marchan a la muerte no sólo está en las estadísticas. La ausencia de ricos en el patíbulo se revela hasta en la última cena: nadie elige langosta o filet mignon, aunque esos platos están en el menú de despedida. Los condenados prefieren decir adiós al mundo comiendo hamburguesas con papas fritas, como es su costumbre.

De todas las formas de ejercicio profesional del asesinato, la guerra es la que ofrece la más alta rentabilidad. Y la guerra preventiva es la que brinda las mejores coartadas: como la "tolerancia cero", castiga a los más indefensos no por lo que han hecho o lo que hacen sino por lo que pueden haber hecho o podrían hacer.

El presidente George W. Bush no puede patentar la guerra preventiva. Otros la habían inventado antes. Algunos casos que no pertenecen al pasado remoto: Al Capone envió mucha gente desde Chicago al otro mundo porque más vale prevenir que curar, José Stalin aplicó sus purgas por las dudas, Adolfo Hitler invadió Polonia proclamando que Polonia podía invadir Alemania y los japoneses atacaron Pearl Harbour porque podían ser atacados desde allí.

"Nos imponen la guerra", decía y repetía Hitler mientras llevaba adelante su aventura criminal. La mayoría del pueblo alemán le creyó y lo acompañó. También la mayoría del pueblo estadunidense creyó que Saddam Hussein era coautor del 11 de septiembre de 2001 y que en cualquier momento podía arrojar una bomba atómica en la esquina de la casa.

No han cambiado los discursos del poder guerrero. Siguen repitiendo lo mismo: el mal nos obliga a defendernos.

Irak no amenazaba la paz mundial en la realidad, pero sí en los discursos de Bush, Tony Blair y José María Aznar. Las verdaderas armas de destrucción masiva resultaron ser las palabras que inventaron su existencia. Mataron a miles. El científico David Kelly ha sido su víctima más reciente.

Donald Rumsfeld había definido a Irak como "un laboratorio para guerras futuras".

Make war, not love: mientras anda por el mundo predicando la abstinencia sexual, el presidente Bush proyecta nuevas hazañas bélicas.

Como a nueve presidentes anteriores, Cuba lo tiene con la sangre en el ojo. Refiriéndose a la isla, advirtió hace poco: "La mejor forma de proteger nuestra seguridad es salir al encuentro del enemigo antes de que el enemigo venga". El presidente, especialista en plagios involuntarios, estaba repitiendo una frase de Stalin: "Debemos eliminar a nuestros enemigos, antes de que nos eliminen ellos". El concepto era de Al Capone: "Mata antes de que te maten".

La prueba de que Cuba es un peligro está a la vista en los cines del mundo. En su película más reciente, James Bond, siempre perseguido por las bombas y los biquinis, penetró en La Habana. Y allí descubrió una clínica secreta, de alta tecnología, dedicada a reciclar terroristas.

Pero otras pruebas hay, igualmente irrefutables, contra otros países, y larga es la lista de candidatos. ¿Cuál será la próxima víctima del homicidio masivo disfrazado de acción humanitaria? Quién sabe. Corea del Norte, Siria, Irán... El presidente no la tiene fácil. En favor de Irán opera una razón, una tentación, de mucho peso: allí yace la segunda reserva mundial del gas natural, y eso se necesita con urgencia. Como el petróleo de Irak, el gas jamás será mencionado por los invasores si Irán resultara ser el país elegido.

Alerta, peligro: al paso que vamos, los humanitos podríamos llegar a correr la misma desgraciada suerte de las muchas especies ya desvanecidas de la faz de la Tierra.

Ocurre que el presidente del planeta tiene, como James Bond, licencia para matar. Y con más razón: él encarna el bien por mandato divino.

El bien no puede ser juzgado. Un tribunal internacional de justicia debe ocuparse de los crímenes de guerra de Slobodan Milosevic o de Hussein, que para eso está, pero los instrumentos de Dios son intocables. Como todos los delincuentes, estos arcángeles blindados necesitan impunidad para trabajar sin sobresaltos que les amarguen la vida.

Para garantizar la impunidad de la guerra preventiva, nada mejor que una ley preventiva. La firmó el presidente Bush, el 2 de agosto del año pasado, después de ser aprobada por las cámaras de diputados y senadores. Lleva el número 107-206 y se llama Service-Member's Protection Act.

Esta ha sido la respuesta oficial a la amenazante creación de la Corte Penal Internacional. La ley prohíbe detener, procesar o encarcelar a los militares estadunidenses, y también a sus aliados protegidos, "especialmente cuando operan en el mundo para proteger los vitales intereses nacionales de Estados Unidos". Y autoriza al presidente "a usar todos los medios necesarios y apropiados para liberarlos". No se establece ninguna limitación al uso de esos medios.

A la vista de la experiencia histórica y de la realidad presente, eso significa que la ley permite invadir Holanda. Si los jueces de la Corte Penal Internacional se portan mal, será legalmente posible el envío de tropas a la ciudad de La Haya, para rescatar a quienes hayan caído en sus manos.

Un par de versos de Calvin Trillin:

Dios no ha creado ninguna nación
que no merezca nuestra invasión.

Eduardo Galeano. Año 2003.

02 mayo 2008

Boicot a los Juegos Olímpicos de Pekín 2008




Genocide Watch ha llegado a la conclusión de que las llamadas de algunos grupos defensores de los derechos humanos y jefes de estado a un boicot de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Pekín no van lo suficientemente lejos como para avergonzar a la dictadura china por su continuo respaldo financiero y de armas para regímenes genocidas en Sudán y Burma, y por la opresión china a los tibetanos y los uigures musulmanes en Xinjiang.

Genocide Watch hace un llamamiento a todas las personas, especialmente líderes del mundo, que planeen asistir a los Juegos Olímpicos, para que cancelen sus reservaciones y boicoteen dichos juegos. Genocide Watch también pide la anulación del patrocinio corporativo de McDonald´s, Coca Cola, General Electric, Samsung, y otras empresas que hayan invertido en los Juegos Olímpicos de Pekín, puedan o no recuperar sus inversiones. Si se niegan a retirar sus patrocinios, Genocide Watch pide un boicot a los productos de las compañías que patrocinen estos juegos.

Genocide Watch no convoca a los atletas para que boicoteen las Olimpíadas, porque sólo tienen una oportunidad cada cuatro años para competir, y no deberían ser castigados por la errónea elección de Pekín por parte del Comité Olímpico Internacional. Los Juegos Olímpicos deberían volver a los ideales de Pierre de Coubertin y convertirse en un puro acontecimiento deportivo. La única forma de hacerlo este año, cuando las Olimpíadas se han politizado tanto a raíz del prestigio del régimen chino, es, para los espectadores y los patrocinadores, boicoteando los Juegos.

La China Comunista ha sido un partidario serial de los asesinatos en masa, desde su fundación. China Comunista comenzó con la muerte de millones de la “clase enemiga”. China inmediatamente respaldó la agresión de Corea del Norte contra Corea del Sur, en una guerra que se cobró millones de vidas, y ha continuado en su apoyo a Corea del Norte, un régimen que ha hambreado a más de dos millones de personas de su propio pueblo. En 1951, China invadió el Tíbet, tras lo cual siguió un genocidio de más de un millón de tibetanos. El “Gran Salto Adelante” de China y su “Revolución Cultural” se encuentran entre los más sangrientos crímenes en la historia de la humanidad, y han costado decenas de millones de vidas. Desde 1975 hasta 1979, China fue el principal defensor del régimen Khmer Rouge en Camboya, que mató a dos millones de personas.

Algunos sostienen que los líderes chinos han cambiado, y que China ha adoptado un nuevo sistema económico. Pero China sigue siendo una dictadura comunista, y su falta de respeto por los derechos humanos sigue siendo la misma. Ahora es el principal sostén económico de Birmania y Sudán, dos de los regímenes más sanguinarios del mundo. China es el principal comprador de petróleo y gas, y ellos usan el dinero que China paga a sus gobiernos para comprar armas (a la misma China), con las que han perpetrado genocidio contra los Karen y otras etnias minoritarias en Burma, y contra los Nuba, Dinka, Nuer, Fur, Massaleit, Zaghawa y otras etnias minoritarias africanas en Sudán. Continúa la ocupación colonial y la opresión al pueblo del Tíbet y Xinjiang.

China ha tomado medidas cosméticas para dar la apariencia de presionar al régimen genocida de Sudán. Pero el nombramiento de un enviado especial chino a Sudán no ha parado la continua extracción multimillonaria de petróleo sudanés por parte de China, su financiamiento al gobierno sudanés, y su interferencia a las medidas planteadas por las Naciones Unidas para detener el genocidio en Darfur.

Más de 250.000 muertos, decenas de miles de violaciones masivas, y 2.5 millones de personas desplazadas en Darfur son suficientes. Miles de asesinatos de monjes budistas, minorías, y activistas de la democracia en Burma son suficientes. 57 años de genocidio y opresión en el Tíbet, son suficientes. Suficiente es suficiente. Ha llegado el momento del espectador y del patrocinador, para boicotear los Juegos Olímpicos Genocidas. Genocide Watch hace un llamamiento a todas las personas que se opongan al genocidio, que apoyen el boicot.

Traducido de: Genocide Watch calls for a full spectator and sponsor boycott of Beijing's Genocide Olympics.