23 febrero 2009

Deicidio y Libelo de Sangre

A raíz del artículo anterior, sobre las barbaridades emitidas por monseñor Williamson, rápidamente expulsado por el gobierno argentino (estaba al mando de un seminario en La Reja, cerca de Buenos Aires), quedaron dos temas pendientes: Williamson habla (con respecto a los judíos) del "deicidio" y del "libelo de sangre". Aquí van algunos datos al respecto.

Deicidio es el asesinato de un dios o un ser divino. Los cristianos acusan, históricamente, a los judíos, por el asesinato de Jesús. Y ya que estamos, también diría yo que en realidad los leones que se almorzaban a los cristianos en el circo romano eran, ni más ni menos, que judíos disfrazados. Madre mía!!
La palabra deriva del latín medieval dei (dios) y –cida, del verbo “caedere” (matar). Al igual que con otras palabras que comparten el mismo sufijo (suicidio, homicidio, parricidio) la palabra puede referirse al acto en sí o a la persona que lo comete. El latín era la lengua hablada originalmente en el Lacio, una región alrededor de Roma.

 
El deicidio y la responsabilidad por la muerte de Jesús

 
La cuestión sobre quién es responsable de la ejecución de Jesús tiene componentes históricos y también teológicos. Las fuentes primarias para las investigaciones incluyen los relatos de los Evangelios sobre los eventos que llevaron a la muerte de Jesús. La cuestión teológica se entiende a la luz de otros escritos del Nuevo Testamento, como por ejemplo las Cartas de Pablo. La investigación histórica tiene la asistencia de otras fuentes antiguas que explican el entorno político y cultural en que vivió Jesús. La historia a menudo se usa como un término genérico para significar información sobre el pasado, como la historia geológica de la Tierra. Cuando se usa como nombre de un campo de estudio, la historia se refiere al estudio e interpretación del registro de las sociedades humanas.

 
El análisis histórico de la muerte de Jesús por lo general asigna responsabilidades a alguno de estos:

 
-El gobierno romano en Judea
-La dirigencia judía en Judea en aquel momento

 
No hay un término que signifique “deicidio” en el Nuevo Testamento, ni en el texto griego original ni en la traducción latina (la Vulgata). Del mismo modo, los textos del Nuevo Testamento que se refieren a la responsabilidad por la muerte de Jesús no señala en especial la identidad divina de Jesús, aunque menciona de forma explícita que es el Mesías enviado por Dios (Hechos 2:36). El Nuevo Testamento en ningún momento acusa a los judíos que vivían fuera de Judea por la muerte de Jesús, aunque tampoco exonera a los gobernantes gentiles en Judea. Judas Iscariote, discípulo de Jesús, es acusado de revelar su localización ante las autoridades.
El análisis teológico de quien es responsable por la muerte de Jesús incluye:
-A toda la humanidad, a través de sus pecados
-Dios, en beneficio del pueblo en general
-Dios, en beneficio del Elegido en particular

El mito del Libelo de Sangre

 
El Libelo de Sangre es la acusación hecha por un grupo religioso “A” sobre que otro grupo religioso “B” está cometiendo aberrantes actos de homicidio ritual. Normalmente la historia contiene una serie de detalles escabrosos:
*Una víctima es secuestrada por miembros del grupo religioso “B”
*La víctima es usualmente una persona inocente. Un bebé, un niño, una adolescente virgen, rubia y de ojos azules.
*La víctima puede ser abusada o torturada. Se la mata ritualmente para satisfacer las exigencias de la religión del perpetrador.
*En un acto de canibalismo, el cuerpo de la víctima es ingerido, o se bebe su sangre.
*Se realizan obscenas orgías sexuales (sic) (a veces, incesto) durante o después del ritual.
El contraste entre la inocencia de la víctima y la naturaleza maligna de los asesinos rituales hace que este mito sea shockeante.

 
Huelga decir que el grupo religioso “B”, acusado, por lo general es un pequeño grupo de fe. Sus perseguidores son, generalmente, de la religión dominante.

 
A veces el efecto de estos mitos es bastante risueño. Imagínense una joven adolescente, rubia, virgen, tiñiéndose el cabello de color negro un jueves 12 para que el viernes 13 no la secuestren, la mutilen y la asesinen. Pero sin embargo, en otras épocas esto llevó a la encarcelación de muchísimas personas inocentes, culpadas por crímenes que nunca habían sucedido. Además, también ha provocado masivos exterminios de seguidores de religiones minoritarias.

 
La fábula básica ha estado floreciendo a lo largo de los últimos dos mil años. En cada era, y en cada país donde ha surgido, se ofrecen detalles agregados o quitados del argumento básico. A veces el mito desaparece por décadas, incluso siglos, para reaparecer luego en otra parte del mundo.

Ejemplos:
FECHA // ACUSADOR // ACUSADO

Siglo I B.C.E: // Griegos // judíos en Palestina
Siglo II C.E.// Romanos // Cristianos
Siglo XII y más tarde //Cristianos // Seguidores del Judaísmo
Siglo XIII // Cristianos // Cátaros
Siglo XIV: Cristianos // Caballeros Templarios
Siglos XV-XVIII: Cristianos // Brujas y otros herejes
Siglo XIX: Protestantes // Católicos Romanos
Siglo XIX y más tarde: Cristianos, Nazis,
Comunistas // Judíos visto como raza; gitanos
1980 y más tarde: Cristianos fundamentalistas, feministas // Wiccans, Druidas y otros cultos
neopaganos y satánicos inexistentes.
1994: Iglesia Ortodoxa Búlgara // Misioneros evangélicos protestantes
1980-1990: Una pequeña minoría de cristianos; principalmente fundamentalistas //Wiccans, Druídas y
otros neopaganos.
Actualmente: Una minoría de musulmanes // Judíos

Por supuesto, esto no significa que todos los miembros del Grupo A estén o hayan estado difundiendo un rumor sobre libelo de sangre sobre todo el Grupo B. Pero siempre hay suficientes acusaciones como para convencer a una considerable fracción de la población sobre la veracidad del rumor. Por ejemplo, en Utah el 90 por ciento de la gente está convencida de que existen cultos satánicos malignos (y sí, son malos) que abusan ritualmente de niños.
Mitos de Libelo de Sangre, separados por 18 siglos:

 
1. Paganos vs. Cristianos durante el siglo II C.E. Aquí la religión oficial del Imperio Romano era el paganismo. Las víctimas de la acusación era los primeros cristianos.

 
Los rumores sobre los cristianos como un grupo religioso maligno, clandestino, abusivo, estaban bien documentados durante la historia primigenia de la iglesia cristiana. El gobierno promovió el siguiente mito: los cristianos secuestraban bebés, los mataban en rituales, bebían su sangre, comían su carne, y participaban en degeneradas prácticas sexuales (sic, otra vez), incluyendo incesto. El mito se basaba principalmente en la mala interpretación de tres actividades cristianas:

 
** En la sociedad romana en aquel momento, un bebé era tradicionalmente expuesto fuera de la casa inmediatamente después de nacer. El padre tenía la opción de traerlo nuevamente a la casa o dejarlo a la intemperie para que muriera. Algunos cristianos regularmente buscaban a estos bebés, los adoptaban y los salvaban así de una muerte segura. El mito suponía que los bebés eran recogidos rutinariamente con el propósito de asesinarlos ritualmente en posteriores celebraciones cristianas.

 
** El ritual de la comunión, en donde los cristianos consumen vino y pan, con la convicción de que se han transformado en la sangre y el cuerpo de Cristo. En este caso, el rumor implicaba que se usaban sangre verdadera y partes corporales verdaderas durante el ritual, por supuesto obtenidos mediante sacrificios humanos.

 
** La práctica de los primeros cristianos de reunirse socialmente y compartir una comida. El rumor era que se trataba de orgías sexuales.

 
2. Cristianos vs. Judíos, desde 1144 CE hasta principios del siglo XX. Los cristianos históricamente acusan a los judíos por el asesinato judicial de Jesús de Nazareth. Ello señalan que “… la última comida antes de su crucifixión había sido el séder pascual…” Ellos crearon la ficción de que “en cada Pascua los judíos recreaban esta crucifixión con otra víctima cristiana inocente.

Las víctimas originales de la acusación se habían convertido en los acusadores de una nueva víctima”.
Este mito fue responsable de la ejecución de muchos cientos de judíos durante la Edad Media, y hasta principios del siglo XX. Formó parte de la base sobre la cual Hitler construyó su plan de exterminio de todos los judíos en Europa (el Holocausto nazi).

 
3. Cristianos y otros vs. Neopaganos y otros durante la década de 1980 y principio de la de 1990. Aquí, los perpetradores principales del mito del libelo de sangre son algunos cristianos, feministas y oficiales de policía. (Todos los promotores de este mito que estaban motivados en primera instancia por sus creencias religiosas parecen ser cristianos conservadores. El mito parece ser un derivado de la creencia en Satanás como una entidad malvada. Sin embargo, es bastante posible que hayamos perdido algunos cristianos de la línea principal o liberales involucrados en el movimiento).
Las víctimas del mito eran percibidas como seguidores maléficos de un culto internacional, criminal, clandestino, de adoradores de Satán. Por supuesto que no existían. Pero los cristianos conservadores a menudo no distinguen entre cultos satánicos y otros cultos, o religiones no relacionadas. Así que hay muchísimos grupos para victimizar.
R. V. Canning, del FBI, comentaba en un informe de 1992: “En libros, conferencias, folletos, y conversaciones, he escuchado a todos los siguientes referidos al satanismo: Iglesia de Satán, Ordo Templi Orientis, Templo de Set, Demonología, Brujería, Ocultismo, Paganismo, Santería, Vudú, Rosacruces, Francmasonería, Caballeros Templarios, Stoner Gangs, Música Heavy Metal, Música Rock, KKK, Nazis, Skinheads, Cienciología, Iglesia de la Unificación, El Camino, Hare Krishna, Rajneesh, Cultos Religiosos, New Age, Astrología, Canalización, Meditación Trascendental, Medicina Holística, Budismo, Hinduismo, Mormones, Islam, Iglesia Ortodoxa, Catolicismo Romano”. A esta lista pueden agregarse: Wicca, Druidismo, otras confesiones de fe neopaganas, varias organizaciones de autoayuda de doce pasos como por ejemplo Alcohólicos Anónimos, e incluso la Sociedad de Amigos (Cuáqueros). Esta moderna forma de mito del libelo de sangre se llama Abuso Ritual Satánico o Abuso Ritual Sádico.
Dentro del siglo XX no hay casos documentados de estos abusos antes de 1980, cuando se publicó el primer libro de un sobreviviente de un ARS (Abuso Ritual Sádico), “Michelle Remembers”. Describe horrendos abusos sexuales y físicos supuestamente sufridos por la co-autora, Michelle Smith. Ella describe a los perpetradores como satanistas que sentían que el dolor infligido sobre sus víctimas aumentaba sus poderes mágicos oscuros. El grupo también supuestamente participaba en sacrificios humanos y canibalismo.
Durante la siguiente década, la Terapia de Memoria Recuperada (RMT) se volvió cada vez más común entre los psiquiatras, psicólogos y otros terapeutas. Cientos de miles de adultos recuperaron la memoria de graves abusos sexuales durante su infancia. Aproximadamente uno de cada siete de ellos recuperaron la memoria de ARS. Miles de niños sufrieron por la implantación de recuerdos de abusos rituales en jardines de infantes, guarderías, escuelas dominicales, etc.

 
Tres investigaciones separadas de “Michelle Remembers” han demostrado que es un engaño. Otros estudios hechos por ministerios cristianos han mostrado que libros similares de otros autores también son fraudulentos. Ahora muchos terapeutas consideran que la RMT (Terapia de Memoria Recuperada) a menudo generan falsas memorias de eventos que nunca sucedieron. El movimiento de ARS está desvaneciéndose porque casi han pasado veinte años con una completa ausencia de evidencia firme que demuestre que alguien ha sido abusado o asesinado por satanistas.
El legado de este pánico satánico y la RMT es el siguiente:
- Un conocido linchamiento
- Miles de “sobrevivientes” de ARS que están emocionalmente incapacitados por memorias falsas
- Cientos de personas inocentes encerradas en cárceles por crímenes que nunca sucedieron
- Decenas de miles de familias destruidas de origen
- Miles de niños dañados emocionalmente por memorias implantadas de abusos rituales
- Un joven adolescente condenado a muerte, en gran parte porque el jurado creía en el mito del libelo de sangre
En fin, eso es todo por ahora. Naturalmente, he abreviado bastante, porque no me voy a poner a filosofar teológicamente sobre quién tiene la culpa de la muerte de Jesús, etc. Aunque admito que es interesante. Pero no ahora. Mañana vuelvo y sigo escribiendo, porque tengo unas palabras para decir. Hasta mañana!

Artículo relacionado: Sociedad de San Pio X (SSPX)
http://sara-terrorismointernacional.blogspot.com/2009/02/sociedad-de-san-pio-x-sspx.html
Ahora sí, acá estoy de nuevo. Había escrito un anexo bastante largo, pero espero que nadie lo haya leído, porque si no, voy presa. El asunto es así:
No estoy de acuerdo en que se juzgue a un grupo humano completo... en realidad no me gusta que se juzgue a nadie! Nadie tiene derecho a juzgar a otra persona, o a millones de personas, con argumentos o sin ellos... Y tengo mis motivos, que paso a explicar.
Soy católica, pero los domingos no voy a misa, primero porque los domingos duermo hasta la tres de la tarde, y segundo porque tengo mis serios cuestionamientos religiosos. Pero no dejo de ser católica, a menos que me excomulgen, en cuyo caso me voy derechito al infierno, sin escalas.
Con respecto al argumento expuesto por Miki, lector que me ha dejado un mensaje, respecto a la falta de integración de los judíos a los países que los cobijaban, en mi caso ocurre algo parecido.
Yo vine a vivir a un pueblo pequeño, cerca de la capital de Córdoba, y desde que llegué mi vida se convirtió en un infierno. He sufrido las peores calumnias que pudieran imaginarse:
Primero me convertí en la prostituta del pueblo, supuestamente me acostaba con los seis mil habitantes masculinos del pueblo y de pueblos vecinos; luego alguien, con muy buen tino, se dio cuenta de que en realidad nunca me veían con hombres: automáticamente me convertí en lesbiana; más tarde, me corté el cabello (por suerte después creció nuevamente) y dijeron "Obviamente, es un travesti". Hace pocos días, hartos ya, me enfrentaron (un par de vecinos): me dijeron lo siguiente: "Eras de Córdoba, pero ahora te has venido a vivir a este pueblo: tu obligación es INTEGRARTE a él. Tenés que cumplir con las costumbres del pueblo, si no..."
Se entiende? Qué derecho hay? Por qué tienen que obligarme a "integrarme" a sus costumbres? El argumento es el mismo que para los judíos, Miki: por qué el pueblo entero me castiga con sus perversas suposiciones solamente porque yo no me integré? Yo no quiero ir a misa los domingos, no quiero andar contando mi vida para que todos CONFIRMEN que no soy lesbiana, ni prostituta, ni adoradora de satanás, ni... ¡No quiero integrarme!, entonces... merezco la hoguera?
No podés maltratar a alguien con ese argumento, ni mucho menos a millones de personas. Y con respecto a que su objetivo es "destruir a Occidente", bueno, te diré, ya hay bastantes occidentales que hacen mucho, muchísimo, para destruir a Occidente. No hace falta que vengan los judíos, ni los protestantes, ni los evangelistas, ni las prostitutas, ni nadie.
Les cuento otro caso. En Villa General Belgrano y sus alrededores, una zona serrana bellísima aquí en Córdoba, la mayoría de la población es de origen alemán. Hace ochenta años por lo menos que viven aquí, en Córdoba, REPUBLICA ARGENTINA. No solamente no se integraron nunca, sino que además nos tratan a todos los demás, también argentinos (y más argentinos que ellos) como si fuéramos extranjeros. Los alemanes te ladran, si te acercás remotamente a su vereda te echan a los perros. Solamente cuando está la fiesta de la cerveza ahí se ponen amables. Ahora bien, qué vamos a hacer? Exterminar a cincuenta millones de alemanes? No creo, no es un argumento válido. No hay absolutamente ningún argumento válido para matar a nadie. Me molesta profundamente ser extranjera en mi propia tierra, y se terminó.
Finalmente, con respecto a la cantidad de judíos que murieron en los campos de concentración (y ya sabemos que fueron judíos, polacos, gitanos, muchísima gente) la discusión es la misma que hay aquí en la Argentina con respecto a los desaparecidos durante la última dictadura militar. Siempre aparece un revisionista que dice que "en realidad no fueron 30.000 los desaparecidos, sino APENAS dos o tres mil". Son la misma basura de gente que dice "algo habrán hecho". Qué discusión imbécil.
Y otro día hablo de mis desacuerdos teológicos con la Iglesia. Pero para resumir, me parece una hipocresía ir a persignarse, rezar, cantar alabanzas a Dios, confesar los pecados, etc. , para después de salir de la iglesia ser la misma clase de basura humana. Y acá dejo, porque empiezo a enojarme.
Saludos a todos, queridos amigos. Espero no haber ofendido a nadie, solamente doy mis opiniones. Igualmente, si alguien desea darme una paliza, acá estoy, no hay problema. Un abrazo, hasta pronto!

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