29 mayo 2009

Corea del Norte (¿otra vez?)



El último ensayo nuclear norcoreano, este 25 de mayo (el segundo desde octubre de 2006), nuevamente pone en peligro la estabilidad del norte de Asia, y plantea además un serio desafío para el sistema internacional de no proliferación nuclear.

Pyongyang también amenaza con hacer caso omiso del armisticio de 1953 que puso el punto final a la Guerra de Corea, lo que podría agravar aún más la escalada de tensiones en la península. La crisis reaviva cuestiones candentes sobre el régimen norcoreano –la extensión de sus capacidades nucleares, la turbia sucesión política, su aparente insensibilidad ante las sanciones, y los límites de la diplomacia multilateral destinada a la desnuclearización.

En una serie de entrevistas realizadas por Robert McMahon y Jayshree Bajoria, del CFR (Council on Foreign Relations) se tratan estos cuatro temas fundamentales:

1. Capacidad nucleares de Corea del Norte.
2. La cuestión de la sucesión (de Kim Jong-Il)
3. Aspectos económicos
4. Compromiso diplomático

1. CAPACIDADES NUCLEARES

¿Por qué Corea del Norte realizó un ensayo nuclear y por qué esto lo convierte en una mayor amenaza?

Corea del Norte tal vez haya puesto a prueba a la administración Obama, que todavía es muy nuevo en su cargo, para lograr así un mejor trato del que tenía con el gobierno de Bush. Se presume que Kim Jong-Il habría ordenado el ensayo para reforzar el apoyo interno hacia su régimen. Si bien todavía quedan dudas sobre las razones políticas nacionales e internacionales para este ensayo, desde el punto de vista tecnológico y militar, Corea del Norte sí tenía razones de peso para realizar la prueba. El primer ensayo nuclear norcoreano en octubre de 2006 transmitió más debilidad que fortaleza, porque tenía un rendimiento explosivo muy por debajo del diseñado. Por lo tanto, difícilmente el ejército norcoreano podría haber confiado en que su arsenal nuclear funcionara de manera confiable, basándose en este único ensayo.

Hay una considerable incertidumbre acerca de la capacidad del arsenal nuclear de Corea del Norte. Expertos independientes calculan que Corea del Norte podría tener entre cuarenta y sesenta kilogramos de plutonio (se necesitan aproximadamente seis kilogramos de plutonio para fabricar una bomba). La declaración de Corea del Norte en el año 2008 afirmaba que tenía treinta y siete kilogramos. El reactor de producción de plutonio en Yongbyon podría llegar a producir casi la misma cantidad de plutonio para una bomba por año cuando entre en operaciones. En virtud del acuerdo del gobierno de Bush con Corea del Norte, este reactor fue parcialmente desmantelado. Se necesitarían varios meses para reparar y reactivar al reactor.

Pyongyang también emprendió un programa de enriquecimiento de uranio para incrementar aún más sus reservas de materiales fisibles, pero se sabe muy poco acerca del status de este programa.

Otra razón para más para realizar un ensayo es el desarrollo de ojivas nucleares más livianas y más pequeñas, para reducir el peso y el tamaño para que así puedan caber en un misil balístico. Corea del Norte ha efectuado pocos lanzamientos de la serie Taepodong de misiles balísticos de largo alcance (que eventualmente podrían tener un rango lo suficientemente largo como para alcanzar a Estados Unidos). El ensayo más reciente de los Taepodong, en abril de 2009, demostró que Corea del Norte no tiene todavía la capacidad de lanzar de manera fiable un satélite ligero, y mucho menos una ovija nuclear de primera generación que podría pesar unos 500 kilogramos (1100 libras) o más.

Una tercera razón para pruebas nucleares adicionales es dar a conocer las capacidades nucleares norcoreanas a potenciales compradores. Si bien Corea del Norte debería temer las consecuencias si fuera descubierto transfiriendo armas o materiales nucleares, ya tiene varios antecedentes de venta de misiles balísticos. El de más importancia, según el gobierno norteamericano, fue el caso en que Corea del Norte ayudó a Siria en la construcción de un reactor nuclear, que fue destruido por bombardeos israelíes en septiembre de 2007. La importante lección que aprendió Corea del Norte fue que a pesar de las acusaciones norteamericanas de su participación, Corea del Norte no sufrió ninguna consecuencia.

Estados Unidos y sus socios tienen pocas opciones, limitadas, en su intento de detener a Corea del Norte en su desarrollo de un arsenal nuclear. Ratificar el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCEN), uno de los puntos fundamentales en la agenda de no proliferación, no evitará que Corea del Norte siga efectuando más ensayos, pero una sanción por parte de China y Estados Unidos proporcionará un mayor peso político y legitimidad para estos países, demostrando que Corea del Norte está desobedeciendo abiertamente la conducta aceptable internacionalmente.

Pero por otra parte, tener a China, Japón y Corea del Sur formando parte en la Iniciativa de Seguridad contra la Proliferación (PSI) para interceptar barcos y aviones que lleven armas y materiales nucleares, podría desencadenar una guerra, a la luz de las recientes amenazas de Pyongyang de ataques convencionales contra Corea del Sur. Nuevas sanciones podrían traer nuevamente a Corea del Norte a la mesa de las negociaciones, o podría agravar la crisis.

2. LA CUESTIÓN DE LA SUCESIÓN

El reciente ensayo nuclear y el lanzamiento del misil por parte de Corea del Norte han tenido lugar en medio de una gran incertidumbre acerca de la salud de su líder supremo, Kim Jong-Il, y quién lo sucederá. Kim evidentemente sufrió un ataque cerebral importante en agosto de 2008, y desapareció de la vista pública por seis meses. Sus pocas apariciones desde marzo de 2009 lo muestran demacrado y débil, al tiempo que experimenta una cierta pérdida de la movilidad del brazo izquierdo; todo esto ha alimentado las especulaciones de que habría comenzado a sentar las bases para su sucesión. Varios cambios recientes en la composición de la Comisión Nacional de Defensa (CND) –el principal órgano de control estatal-, que Kim Jong-Il encabeza como presidente, le da cierta credibilidad a los rumores. El general O Kuk-ryol, descrito como un “fiel asistente”, se convirtió en vicepresidente. Ha habido informes de que el tercer hijo de Kim Jong-Il, Kim Jong-un, también fue nombrado en un alto cargo en el CND y que se está preparando para la sucesión, pero esto no se ha confirmado.

Los comentarios que vinculan el ensayo nuclear de Corea del Norte con su situación política interna infieren uno o más de los siguientes casos: Kim Jong-Il está poniendo de relieve el poderío militar para reafirmar su posición dentro del liderazgo norcoreano después de su enfermedad; está comprando el apoyo de las fuerzas armadas para su sucesor; o está procurando fortalecer al país lo más que se pueda para contrarrestar cualquier ataque posible durante el periodo de la sucesión, en el que se encontrará potencialmente más vulnerable. Todo esto es posible, pero si no hay más información, todo queda en simples especulaciones.

¿Cuáles son las implicancias políticas? En primer lugar, la probabilidad de hacer un progreso importante hacia la desnuclearización no es alta mientras el liderazgo norcoreano permanezca distraído en el proceso de la sucesión. Ya se especula que el año 2012 sería la culminación del proceso: marcará el centésimo aniversario del nacimiento de Kim Il-sung, el padre fundador de Corea del Norte (también, el septuagésimo cumpleaños de Kim Jong-Il; y, posiblemente, el trigésimo cumpleaños de Kim Jong-un).

En segundo lugar, en la medida en que las nuevas iniciativas diplomáticas hacia Corea del Norte tengan éxito, tienen que ajustarse a la posibilidad de que el programa de armas nucleares se impulsa principalmente por consideraciones de “supervivencia del régimen”, no por cuestiones de la seguridad nacional. Por lo tanto, tal vez no sea suficiente dar señales de que Estados Unidos no tiene “intenciones hostiles” hacia Corea del Norte sino que más bien sería necesario considerar medidas activas para asegurar el futuro del régimen de la familia Kim. Todas las reservas morales acerca de hacer esto tienen que ser sopesadas contra el objetivo más grande de la desnuclearización. El precedente libio es un buen ejemplo al respecto.

En tercer lugar, si bien Corea del Norte ya ha demostrado que puede experimentar una sucesión dinástica (es el único país comunista totalitario que lo hace), no hay ninguna garantía de que sea nuevamente exitoso. Estados Unidos tiene que estar preparado poara la posibilidad de que Kim Jong-Il muera antes de que haya puesto en marcha un sólido acuerdo sucesorio o que lo que se haya decidido sea impugnado después de su fallecimiento. La planificación de una serie de contingencias es esencial.

Continuará: Aspectos económicos. Compromiso diplomático.
Fuentes:

1. Charles D. Ferguson, Philip D. Reed Senior Fellow for Science and Technology, Council on Foreign Relations
2. Paul B. Stares, General John W. Vessey Senior Fellow for Conflict Prevention and Director of the Center for Preventive Action, Council on Foreign Relation
The North Korean Puzzle. Entrevistas realizada por: Robert McMahon y Jayshree Bajoria, del CFR.
Artículo Original en:
http://www.cfr.org/publication/19507/north_korean_policy_puzzle.html?breadcrumb=%2F

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