Comerciantes de la ruta del oro y el incienso
La figura más célebre y destacada la historia antigua de Yemen es la legendaria Reina de Saba (llamada Bilqis según la tradición árabe), quien visitó al rey Salomón durante el siglo X a.C. llevando con el ella un impresionante séquito y una abundante cantidad de oro y especias. Desafiando a Salomón con acertijos, finalmente tuvo que capitular ante su sabiduría y aceptar su Dios. Esta extraña historia ha exaltado la imaginación de incontables generaciones y ha encontrado su lugar en tres Libros Sagrados: la Biblia, la Kebra Nagast de los Etíopes y el Corán. Sin embargo en todas las inscripciones sabianas encontradas en templos y casas descubiertas hasta ahora ninguna hace mención de ella.
En varios lugares de Yemen se han encontrado herramientas y asentamientos prehistóricos. Los arqueólogos descubrieron que la irrigación en el oasis Marib data de hace, por lo menos, 5 mil años.
Los antiguos Reinos Árabes del Sur, que empezaron como teocracias, se desarrollaron a la sombra de los grandes wadis, entre las montañas y el gran desierto. El reino de Saba, con su capital en Marib, era el más poderoso, llegando a dominar a veces todo el Sur de Arabia. El gran Marib Dam, construido para aprovechar y explotar las inundaciones estacionales mediante un elaborado sistema de irrigación, proporcionaba el sustento para unos 30,000 habitantes y se contaba entre las maravillas del mundo antiguo. Los sabianos no solamente eran grandes constructores y técnicos, sino también exitosos comerciantes.
Los griegos y los romanos llamaban a la parte sur de la península “Arabia Felix”, glorificada por la presunta riqueza disfrutada por sus habitantes. A partir de la domesticación del camello (alrededor del 1500 a.C.) grandes caravanas sabianas se trasladaron hacia el norte a lo largo del borde del desierto, cubriendo en 60 - 70 días la distancia entre Qana (océano Índico) hasta Ghaza (Mar Mediterráneo). La ruta commercial, protegida por los reinos a lo largo del camino, se hizo famosa como la “Ruta del Oro y del Incienso”. El incienso era un artículo de gran prestigio, quemado en grandes cantidades en los templos de las civilizaciones mediterráneas. Crecía naturalmente en el bajo Hadhramaut. Entre los artículos de lujo suministrados por los mercaderes sabianos había especias, ébano, seda, telas finas de la India, maderas exóticas, plumas, pieles de animales, y oro del Este de Africa. Para asegurar el monopolio de su mercado, los sabianos mantenían el origen de sus riquezas en el secreto, inventando tal vez para ellos mismos el mito de sus espectaculares riquezas.
A finales del segundo siglo después de Cristo, en el sur de Arabia emergió un nuevo poder: los Himyarites. Ellos finalmente conquistaron Saba y establecieron su gobierno sobre todo Yemen.
Los primeros siglos después de Cristo eran tiempos de profundos cambios en el mundo entero, lo que también llevó a la caída de la civilización árabe del sur. El monopolio del comercio se fracturó cuando los romanos comenzaron a tratar directamente con la India a través del Mar Rojo y el Océano Índico.
La ruta por tierra se deterioró, y las estructuras sociales y religiosas comenzaron a desintegrarse. La negligencia causó la destrucción final del gran Marib Dam en el año 570 d. C., lo que, según las tradiciones árabes, causó que miles de yemeníes emigraran hacia el norte y establecieran nuevas naciones árabes. El hinduísmo y el cristianismo se esparcieron entre la gente, y los antiguos dioses celestes perdieron su poder.
Finalmente, Yemen se vio profundamente involucrado en la lucha del poder Persa-Bizantino. En el 530, una armada conjunta persa e hymyarita cooperó para liberar a Yemen de los colonizadores etíopes. Los persas permanecieron en el poder hasta la llegada del Islam en el 628 d. C.
Historia Islámica
La emergencia del Islam impulsó un renacimiento espiritual en la región, cambiando profundamente a Medio Oriente. El gobernador persa de Sana, Badhan, fue el primero en abrazar al Islam. Le siguieron otras eminentes figuras, junto con sus familias y tribus. El mismo profeta Mahoma envió misioneros a Yemen, quienes construyeron la primera mezquita. En la conquista islámica de los siglos VII y VIII, los yemeníes constituyeron una gran parte de las fuerzas islámicas: algunos de sus famosos líderes venían de Yemen, como Moosa Bin Nosir (quien entró en España y alcanzó las fronteras francesas). Estableciéndose tan lejos como Túnez y Andalucía, sobresalieron como arquitectos, administradores y mercaderes. Yemen se convirtió en una provincia en la frontera sur del enorme Imperio Islámico.
Dada su remota ubicación geográfica, se establecieron rápidamente muchos estados insignificantes y reinos semi-independientes, controlando varias partes (a veces, todo Yemen), desde las diferentes capitales.
Entre estos estaba el Reino Zaydí (821-1012) con su capital Zabid en Tihama, donde se estableció la primera universidad de aprendizaje islámico y ciencias naturales en Arabia del Sur. Se dice que allí se habría inventado el álgebra. Otro importante centro de aprendizaje islámico era la Gran Mezquita de Sana, que todavía ostenta una inmensa biblioteca de libros manuscritos. La dinastía Souleyheia gobernó Yemen desde 1046 hasta 1138.
La reina Arwa bint Ahmed (Segunda Reina de Saba), recordada y amada todavía hoy, gobernó el Yemen entero desde su pequeño pueblo en Jiblah durante más de 60 años hasta su muerte a la edad de 92 años. Taiz se convirtió en capital en 1174 bajo el reinado de Tura Shah al-Ayyubi, hermano del famoso Salah Addin (Saladito), quien luchó contra Ricardo Corazón de León en Palestina. Fue el centro de un espléndido sultanato, bajo la dinastía Rasulid, entre los años 1229 y 1454, un periodo de gran prosperidad y actividad constructiva.
La dinastía Zaydi de Saada duró mucho más tiempo, y fue derrocada con el último Imán 1962. Fundada en 897 por Al-Hadi Yahia, descendiente del profeta, su enseñanza chiíta del Islam todavía es seguida por la mayoría de las tribus septentrionales de Yemen.
Gobiernos coloniales
Con el descubrimiento de la ruta por mar alrededor de África hasta la India, Yemen rápidamente adquirió importancia estratégica para las potencias europeas, primero los portugueses y luego los ingleses.
Los intereses de los europeos frecuentemente chocaban con los gobernantes en Egipto y el superpoder emergente del Medio Oriente, los turcos otomanos. Los turcos ocuparon Yemen en 1538, pero una feroz resistencia, especialmente de los Zaydis en el Norte, llevó a su expulsión en 1635.
Durante los siglos XVII y XVIII, la región experimentó un nuevo periodo de prosperidad, cuando el mundo descubrió una nueva bebida originaria de Yemen: el café. Detentando la producción mundial y el monopolio del comercio del café, Yemen permitió que las misiones comerciales británicas, alemanas, francesas, y luego americanas, se establecieran en el puerto de Moka, en el Mar Rojo.
Pero la producción de café disminuyó considerablemente cuando las potencias europeas establecieron plantaciones en sus propias colonias.
En 1729, el Sultán de Lahej obtuvo la independencia del gobernante, el Imán Zaydi. En un intento de asegurar la ruta comercial a la India, los británicos ocuparon el puerto de Adén en 1839. Los turcos tomaron la parte septentrional de Yemen en el año 1848, queriendo salvaguardar sus intereses a lo largo del Mar Rojo. La frontera entre Yemen del Norte y del Sur fue fijada por dos potencias coloniales en 1905.
Historia moderna
Yemen del Norte (antes de la unificación)
Con la retirada de los turcos en 1918, Yemen del Norte se convirtió en una monarquía soberana, regida por el Imán Zaydi Yahya Hameed Addin. En un esfuerzo por proteger su país contra la peligrosa influencia extranjera, ejerció una política de puertas cerradas, privando de ese modo a sus súbditos de toda chance de desarrollo.
El movimiento de resistencia de los “Free Yemenis” que operaba desde Adén instigó el asesinato del Imán en la revolución de 1948. Sin embargo, a la semana, su hijo Ahmed ya había recuperado el poder sobre el país con la ayuda de las tribus del norte. Reinando desde Taiz, siguió exactamente la línea obsoleta de su padre, un estilo despótico de gobierno. Cuando el Imán Ahmed falleció en 1962 a causa de las heridas sufridas a raíz de varios intentos de asesinato, su hijo Al-Badr tomó el poder. Al-Badr apoyaba a las fuerzas revolucionarias durante el régimen de su padre, pero cuando llegó al poder se volvió en su contra, y juró que seguiría la línea de gobierno de Ahmed. Evidentemente esta actitud provocó a los revolucionarios, y el 26 de septiembre de 1962 las fuerzas lideradas por el Coronel Abdullah Al-Salal proclamaban la República Árabe del Yemen, con Sallal como su primer presidente.
El Imán Al-Badr escapó hacia el norte y comenzó una guerra civil con la ayuda de las tribus leales y el apoyo de Arabia Saudita. De Egipto vinieron tropas en auxilio de los republicanos, y Arabia Saudita asistía a los monárquicos. La lucha por la defensa del sistema republicano duró hasta la victoria tras el asedio de setenta días a la ciudad de Sana, en 1862.
Yemen del Sur (antes de la unificación)
Adén recibió el estatus de Colonia Británica en 1937, mientras que el resto del territorio de Yemen del Sur se convirtió en el “Protectorado de Adén” siguiendo la conclusión de los tratados de paz con unos 1300 jefes tribales. La “Federación de Arabia del Sur”, fundada en 1959 por una iniciativa británica, buscaba darle al protectorado una nueva estructura política y administrativa.
Sin embargo, los yemeníes del sur querían establecer su propio estado soberano. Dos movimientos de liberación comenzaron una resistencia armada a fines de 1960: el Frente de Liberación Nacional (NLF), un grupo comunista, y el Frente de Liberación Nacional de Yemen del Sur (FLOSY), inspirado y apoyado por el presidente de Egipto Gamal Abdul Nasser y Yemen del Norte.
En 1964, Gran Bretaña prometió la independencia para 1968, pero rápidamente retiró sus fuerzas a fines de 1967, dejando el poder en manos del NLF. Se estableció una “República Democrática Popular de Yemen” (PDRY) de estilo soviético, con fuertes lazos con el bloque oriental.
Yemen del Sur fue el único estado comunista declarado en el mundo árabe, y por su misma naturaleza se aisló de los otros países árabes, que consideraban el Islam como su única base de gobierno.
La unificación del Yemen del Norte y del Sur
La unificación desde el principio había sido el objetivo declarado de las dos repúblicas. Sin embargo, las diferencias ideológicas y los intereses en conflicto de la Unión Soviética y Arabia Saudita, que respaldaba cada uno a un partido, hacía que la unión pareciese imposible.
La propaganda y la infiltración de Yemen del Sur en las partes meridionales de Yemen del Norte llevaron al estallido de los primeros conflictos fronterizos en 1971/1972. Por la mediación de la Liga Árabe, se firmó un tratado en octubre de 1972 entre los dos gobiernos para negociar el término de la unificación. La declaración fue renovada y confirmada tras otra guerra fronteriza en 1979.
En 1981, los Presidentes Ali Abdullah Saleh (YAR) y Ali Nasser Mohammed (PDRY) firmaron un proyecto de constitución para el estado unificado, que preveía una economía mixta, un sistema político de democracia parlamentaria, el Islam como religión oficial y Sana como la capital política e histórica. Se establecieron varias compañías comerciales, y a finales de la década de 1980 disminuyeron las restricciones sobre el transporte y las comunicaciones.
En 1986, Ali Salem Al Beedh, sucedió a Ali Nasser Mohammed tras los sangrientos enfrentamientos de enero de 1986. El deshielo de las relaciones entre Oriente y Occidente y los profundos cambios en el Bloque Oriental finalmente allanaron el camino para una rápida implementación de los planes de unificación yemeníes. Inspirados por la caída del muro de Berlín, el Presidente Ali Saleh (YAR) y el jefe del Partido Socialista Yemení concluyeron el “Acuerdo de Adén” el 30 de noviembre de 1989.
Por primera vez se llegaba a un acuerdo sobre un programa fijo para la unificación. Frente a las huelgas de trabajadores y el creciente descontento en la económicamente débil Yemen del Sur, y el entusiasmo de todo el pueblo yemení en el Sur y el Norte, se declaró la unificación en Adén el 22 de mayo de 1990, con Sana como la capital política y Adén como la capital económica.
El 5 de Mayo de 2004, el Partido Socialista, con el apoyo de algunos estados del Golfo, declaró la separación de Yemen Unificado: estalló una guerra a gran escala, pero el ejército de la unificación (con el apoyo de todo el pueblo yemení) defendió la unificación y obtuvo la victoria contra el ejército comunista separatista el 7 de Julio de 1994. Los líderes del partido comunista escaparon del país. Yemen permanece Unificada y quedará unificada para siempre.
Traducido por Sara B. Oyola
Artículo Original: http://user.cs.tu-berlin.de/~adelhazm/hystoryYemen.htm
La figura más célebre y destacada la historia antigua de Yemen es la legendaria Reina de Saba (llamada Bilqis según la tradición árabe), quien visitó al rey Salomón durante el siglo X a.C. llevando con el ella un impresionante séquito y una abundante cantidad de oro y especias. Desafiando a Salomón con acertijos, finalmente tuvo que capitular ante su sabiduría y aceptar su Dios. Esta extraña historia ha exaltado la imaginación de incontables generaciones y ha encontrado su lugar en tres Libros Sagrados: la Biblia, la Kebra Nagast de los Etíopes y el Corán. Sin embargo en todas las inscripciones sabianas encontradas en templos y casas descubiertas hasta ahora ninguna hace mención de ella.
En varios lugares de Yemen se han encontrado herramientas y asentamientos prehistóricos. Los arqueólogos descubrieron que la irrigación en el oasis Marib data de hace, por lo menos, 5 mil años.
Los antiguos Reinos Árabes del Sur, que empezaron como teocracias, se desarrollaron a la sombra de los grandes wadis, entre las montañas y el gran desierto. El reino de Saba, con su capital en Marib, era el más poderoso, llegando a dominar a veces todo el Sur de Arabia. El gran Marib Dam, construido para aprovechar y explotar las inundaciones estacionales mediante un elaborado sistema de irrigación, proporcionaba el sustento para unos 30,000 habitantes y se contaba entre las maravillas del mundo antiguo. Los sabianos no solamente eran grandes constructores y técnicos, sino también exitosos comerciantes.
Los griegos y los romanos llamaban a la parte sur de la península “Arabia Felix”, glorificada por la presunta riqueza disfrutada por sus habitantes. A partir de la domesticación del camello (alrededor del 1500 a.C.) grandes caravanas sabianas se trasladaron hacia el norte a lo largo del borde del desierto, cubriendo en 60 - 70 días la distancia entre Qana (océano Índico) hasta Ghaza (Mar Mediterráneo). La ruta commercial, protegida por los reinos a lo largo del camino, se hizo famosa como la “Ruta del Oro y del Incienso”. El incienso era un artículo de gran prestigio, quemado en grandes cantidades en los templos de las civilizaciones mediterráneas. Crecía naturalmente en el bajo Hadhramaut. Entre los artículos de lujo suministrados por los mercaderes sabianos había especias, ébano, seda, telas finas de la India, maderas exóticas, plumas, pieles de animales, y oro del Este de Africa. Para asegurar el monopolio de su mercado, los sabianos mantenían el origen de sus riquezas en el secreto, inventando tal vez para ellos mismos el mito de sus espectaculares riquezas.
A finales del segundo siglo después de Cristo, en el sur de Arabia emergió un nuevo poder: los Himyarites. Ellos finalmente conquistaron Saba y establecieron su gobierno sobre todo Yemen.
Los primeros siglos después de Cristo eran tiempos de profundos cambios en el mundo entero, lo que también llevó a la caída de la civilización árabe del sur. El monopolio del comercio se fracturó cuando los romanos comenzaron a tratar directamente con la India a través del Mar Rojo y el Océano Índico.
La ruta por tierra se deterioró, y las estructuras sociales y religiosas comenzaron a desintegrarse. La negligencia causó la destrucción final del gran Marib Dam en el año 570 d. C., lo que, según las tradiciones árabes, causó que miles de yemeníes emigraran hacia el norte y establecieran nuevas naciones árabes. El hinduísmo y el cristianismo se esparcieron entre la gente, y los antiguos dioses celestes perdieron su poder.
Finalmente, Yemen se vio profundamente involucrado en la lucha del poder Persa-Bizantino. En el 530, una armada conjunta persa e hymyarita cooperó para liberar a Yemen de los colonizadores etíopes. Los persas permanecieron en el poder hasta la llegada del Islam en el 628 d. C.
Historia Islámica
La emergencia del Islam impulsó un renacimiento espiritual en la región, cambiando profundamente a Medio Oriente. El gobernador persa de Sana, Badhan, fue el primero en abrazar al Islam. Le siguieron otras eminentes figuras, junto con sus familias y tribus. El mismo profeta Mahoma envió misioneros a Yemen, quienes construyeron la primera mezquita. En la conquista islámica de los siglos VII y VIII, los yemeníes constituyeron una gran parte de las fuerzas islámicas: algunos de sus famosos líderes venían de Yemen, como Moosa Bin Nosir (quien entró en España y alcanzó las fronteras francesas). Estableciéndose tan lejos como Túnez y Andalucía, sobresalieron como arquitectos, administradores y mercaderes. Yemen se convirtió en una provincia en la frontera sur del enorme Imperio Islámico.
Dada su remota ubicación geográfica, se establecieron rápidamente muchos estados insignificantes y reinos semi-independientes, controlando varias partes (a veces, todo Yemen), desde las diferentes capitales.
Entre estos estaba el Reino Zaydí (821-1012) con su capital Zabid en Tihama, donde se estableció la primera universidad de aprendizaje islámico y ciencias naturales en Arabia del Sur. Se dice que allí se habría inventado el álgebra. Otro importante centro de aprendizaje islámico era la Gran Mezquita de Sana, que todavía ostenta una inmensa biblioteca de libros manuscritos. La dinastía Souleyheia gobernó Yemen desde 1046 hasta 1138.
La reina Arwa bint Ahmed (Segunda Reina de Saba), recordada y amada todavía hoy, gobernó el Yemen entero desde su pequeño pueblo en Jiblah durante más de 60 años hasta su muerte a la edad de 92 años. Taiz se convirtió en capital en 1174 bajo el reinado de Tura Shah al-Ayyubi, hermano del famoso Salah Addin (Saladito), quien luchó contra Ricardo Corazón de León en Palestina. Fue el centro de un espléndido sultanato, bajo la dinastía Rasulid, entre los años 1229 y 1454, un periodo de gran prosperidad y actividad constructiva.
La dinastía Zaydi de Saada duró mucho más tiempo, y fue derrocada con el último Imán 1962. Fundada en 897 por Al-Hadi Yahia, descendiente del profeta, su enseñanza chiíta del Islam todavía es seguida por la mayoría de las tribus septentrionales de Yemen.
Gobiernos coloniales
Con el descubrimiento de la ruta por mar alrededor de África hasta la India, Yemen rápidamente adquirió importancia estratégica para las potencias europeas, primero los portugueses y luego los ingleses.
Los intereses de los europeos frecuentemente chocaban con los gobernantes en Egipto y el superpoder emergente del Medio Oriente, los turcos otomanos. Los turcos ocuparon Yemen en 1538, pero una feroz resistencia, especialmente de los Zaydis en el Norte, llevó a su expulsión en 1635.
Durante los siglos XVII y XVIII, la región experimentó un nuevo periodo de prosperidad, cuando el mundo descubrió una nueva bebida originaria de Yemen: el café. Detentando la producción mundial y el monopolio del comercio del café, Yemen permitió que las misiones comerciales británicas, alemanas, francesas, y luego americanas, se establecieran en el puerto de Moka, en el Mar Rojo.
Pero la producción de café disminuyó considerablemente cuando las potencias europeas establecieron plantaciones en sus propias colonias.
En 1729, el Sultán de Lahej obtuvo la independencia del gobernante, el Imán Zaydi. En un intento de asegurar la ruta comercial a la India, los británicos ocuparon el puerto de Adén en 1839. Los turcos tomaron la parte septentrional de Yemen en el año 1848, queriendo salvaguardar sus intereses a lo largo del Mar Rojo. La frontera entre Yemen del Norte y del Sur fue fijada por dos potencias coloniales en 1905.
Historia moderna
Yemen del Norte (antes de la unificación)
Con la retirada de los turcos en 1918, Yemen del Norte se convirtió en una monarquía soberana, regida por el Imán Zaydi Yahya Hameed Addin. En un esfuerzo por proteger su país contra la peligrosa influencia extranjera, ejerció una política de puertas cerradas, privando de ese modo a sus súbditos de toda chance de desarrollo.
El movimiento de resistencia de los “Free Yemenis” que operaba desde Adén instigó el asesinato del Imán en la revolución de 1948. Sin embargo, a la semana, su hijo Ahmed ya había recuperado el poder sobre el país con la ayuda de las tribus del norte. Reinando desde Taiz, siguió exactamente la línea obsoleta de su padre, un estilo despótico de gobierno. Cuando el Imán Ahmed falleció en 1962 a causa de las heridas sufridas a raíz de varios intentos de asesinato, su hijo Al-Badr tomó el poder. Al-Badr apoyaba a las fuerzas revolucionarias durante el régimen de su padre, pero cuando llegó al poder se volvió en su contra, y juró que seguiría la línea de gobierno de Ahmed. Evidentemente esta actitud provocó a los revolucionarios, y el 26 de septiembre de 1962 las fuerzas lideradas por el Coronel Abdullah Al-Salal proclamaban la República Árabe del Yemen, con Sallal como su primer presidente.
El Imán Al-Badr escapó hacia el norte y comenzó una guerra civil con la ayuda de las tribus leales y el apoyo de Arabia Saudita. De Egipto vinieron tropas en auxilio de los republicanos, y Arabia Saudita asistía a los monárquicos. La lucha por la defensa del sistema republicano duró hasta la victoria tras el asedio de setenta días a la ciudad de Sana, en 1862.
Yemen del Sur (antes de la unificación)
Adén recibió el estatus de Colonia Británica en 1937, mientras que el resto del territorio de Yemen del Sur se convirtió en el “Protectorado de Adén” siguiendo la conclusión de los tratados de paz con unos 1300 jefes tribales. La “Federación de Arabia del Sur”, fundada en 1959 por una iniciativa británica, buscaba darle al protectorado una nueva estructura política y administrativa.
Sin embargo, los yemeníes del sur querían establecer su propio estado soberano. Dos movimientos de liberación comenzaron una resistencia armada a fines de 1960: el Frente de Liberación Nacional (NLF), un grupo comunista, y el Frente de Liberación Nacional de Yemen del Sur (FLOSY), inspirado y apoyado por el presidente de Egipto Gamal Abdul Nasser y Yemen del Norte.
En 1964, Gran Bretaña prometió la independencia para 1968, pero rápidamente retiró sus fuerzas a fines de 1967, dejando el poder en manos del NLF. Se estableció una “República Democrática Popular de Yemen” (PDRY) de estilo soviético, con fuertes lazos con el bloque oriental.
Yemen del Sur fue el único estado comunista declarado en el mundo árabe, y por su misma naturaleza se aisló de los otros países árabes, que consideraban el Islam como su única base de gobierno.
La unificación del Yemen del Norte y del Sur
La unificación desde el principio había sido el objetivo declarado de las dos repúblicas. Sin embargo, las diferencias ideológicas y los intereses en conflicto de la Unión Soviética y Arabia Saudita, que respaldaba cada uno a un partido, hacía que la unión pareciese imposible.
La propaganda y la infiltración de Yemen del Sur en las partes meridionales de Yemen del Norte llevaron al estallido de los primeros conflictos fronterizos en 1971/1972. Por la mediación de la Liga Árabe, se firmó un tratado en octubre de 1972 entre los dos gobiernos para negociar el término de la unificación. La declaración fue renovada y confirmada tras otra guerra fronteriza en 1979.
En 1981, los Presidentes Ali Abdullah Saleh (YAR) y Ali Nasser Mohammed (PDRY) firmaron un proyecto de constitución para el estado unificado, que preveía una economía mixta, un sistema político de democracia parlamentaria, el Islam como religión oficial y Sana como la capital política e histórica. Se establecieron varias compañías comerciales, y a finales de la década de 1980 disminuyeron las restricciones sobre el transporte y las comunicaciones.
En 1986, Ali Salem Al Beedh, sucedió a Ali Nasser Mohammed tras los sangrientos enfrentamientos de enero de 1986. El deshielo de las relaciones entre Oriente y Occidente y los profundos cambios en el Bloque Oriental finalmente allanaron el camino para una rápida implementación de los planes de unificación yemeníes. Inspirados por la caída del muro de Berlín, el Presidente Ali Saleh (YAR) y el jefe del Partido Socialista Yemení concluyeron el “Acuerdo de Adén” el 30 de noviembre de 1989.
Por primera vez se llegaba a un acuerdo sobre un programa fijo para la unificación. Frente a las huelgas de trabajadores y el creciente descontento en la económicamente débil Yemen del Sur, y el entusiasmo de todo el pueblo yemení en el Sur y el Norte, se declaró la unificación en Adén el 22 de mayo de 1990, con Sana como la capital política y Adén como la capital económica.
El 5 de Mayo de 2004, el Partido Socialista, con el apoyo de algunos estados del Golfo, declaró la separación de Yemen Unificado: estalló una guerra a gran escala, pero el ejército de la unificación (con el apoyo de todo el pueblo yemení) defendió la unificación y obtuvo la victoria contra el ejército comunista separatista el 7 de Julio de 1994. Los líderes del partido comunista escaparon del país. Yemen permanece Unificada y quedará unificada para siempre.
Traducido por Sara B. Oyola
Artículo Original: http://user.cs.tu-berlin.de/~adelhazm/hystoryYemen.htm