El asesinato del archi terrorista Imad Mughniyeh fue una noticia recibida con beneplácito en Washington, Buenos Aires, Tel Aviv, y, aunque en silencio, en Beirut y Bagdad. No obstante, para el Hizbollah y Damasco, la pérdida de Mughniyeh –un brillante militar táctico, un contacto clave con Teherán, y un exitoso líder político- es un duro golpe para sus actividades y operaciones en curso.La primera etapa de su vidaImad Fayez Mughniyeh, también conocido como Hajj Radwan, nació en el sur del Líbano en 1962 y se convirtió en francotirador en las fuerzas de Yasser Arafat en 1976. Estuvo implicado en algunos de los ataques terroristas más espectaculares de las décadas de 1980 y 1990, lo que le dio un lugar en las listas de los más buscados por el FBI y los Estados Unidos. Se desempeñó como jefe de operaciones especiales en las operaciones internacionales del Hizbollah y como el principal enlace del grupo con los servicios de seguridad e inteligencia de Irán.El primer acto terrorista de alto perfil vinculado con Mughniyeh fue el ataque en 1983 a la embajada norteamericana en Beirut, que causó la muerte de sesenta y tres personas. En el otoño del mismo año, presuntamente planificó el ataque con dos camiones cargados con bombas en Beirut, que afectó a un edificio que alojaba a paracaidistas franceses, matando a cincuenta y ocho personas, y a un cuartel del ejército norteamericano, matando a 241 marines. Mughniyeh también diseñó una serie de secuestros de alto perfil, incluyendo a William Buckley, jefe de la estación de la CIA en Beirut (quien fue asesinado poco después), y un corresponsal de la agencia AP, Terry Anderson, quien fue mantenido en cautiverio durante seis años antes de su liberación. Mughniyeh también participó (y posteriormente fue acusado por esto) en el secuestro en 1985 del vuelo 847 de la TWA, que terminó con la ejecución de Robert Stetham, buzo de la armada norteamericana.Alcance internacionalComo jefe de las operaciones internacionales del Hizbollah, Mughniyeh supervisaba la red terrorista del grupo y estableció células operativas en todo el mundo.América del Sur. La primera gran operación de Mughniyeh fuera del Líbano fue el atentado en marzo de 1992 a la embajada de Israel en Buenos Aires, que mató a veintinueve personas. Dos años más tarde, comandó el ataque a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en la misma ciudad, causando la muerte de ochenta y cinco personas. Aunque Hizbollah llevó a cabo el ataque, documentos judiciales argentinos alegan que el impulso de Mughniyeh provino de una fatwa emitida por el líder supremo iraní, Alí Khamenei.Conflicto árabe-israelí. Mughniyeh fue central en el respaldo del Hizbollah a los grupos terroristas palestinos y sus operaciones contra Israel. De hecho, funcionarios norteamericanos sostienen que Irán ordenó a Mughniyeh que ayudara a Hamas y la Jihad Islámica Palestina poco tiempo después de que estallara la segunda intifada en septiembre de 2000. Hassan Nasrallah (secretario general del Hizbollah) y Mughniyeh supuestamente trabajaron juntos en la planificación de ataques terroristas a nivel mundial y a lo largo de la línea azul certificada por la ONU que separa a Israel y el Líbano. También se cree que Mughniyeh habría facilitado el entrenamiento y la transferencia de miembros del Hizbollah a Israel a través de Europa con el fin de vigilar y llevar a cabo ataques.Mughniyeh también estuvo seriamente involucrado en el asunto del Karine-A –un intento iraní de enviar armas a la Autoridad Palestina. Hajj Bassem, mano derecha de Mughniyeh, comandó personalmente el barco que se reunió con el Karine-A en la isla iraní de Kish, y supervisó la transferencia de las armas iraníes.Sudeste de Asia. Durante la década de 1990, las operaciones del Hizbollah en el Sudeste de Asia fueron llevadas a cabo bajo el mando de ayudantes de Mughniyeh. En 1994, dos de sus colaboradores, Yousef al-Jouni y Abu Foul, casi tuvieron éxito en ataque con bombas a la embajada israelí en Bangkok, Tailandia. El Hizbollah efectuó tareas de inteligencia en sinagogas en Manila y Singapur, la oficina El Al en Bangkok, barcos que llegaban a Singapur, y también buques del ejército norteamericano y buques mercantes israelíes en el Estrecho de Malaca. Los miembros del Hizbollah también habrían conseguido y ocultado armas en Tailandia y Filipinas, y reclutado musulmanes sunnitas locales. Con la supervisión de Mughniyeh, el Hizbollah robaba pasaportes o conseguía pasaportes falsos, especialmente en las Filipinas, y efectuaba significativas recaudaciones de fondos en toda la región.Irak. El grupo de operaciones especiales de Mughniyeh también ha estado activo en Irak. Según un oficial de inteligencia de los Estados Unidos, Irán “ayudó a facilitar entrenamiento al Hizbollah dentro de Irak”. En junio de 2006, el entonces Subsecretario de Estado David Satterfield le dijo al diario Al Hayat que dirigentes del Hizbollah estaban involucrados en el ataque a las fuerzas de la coalición lideradas por Estados Unidos en Irak. En marzo de 2007, fuerzas de la coalición en Irak capturaron a Daqduq Ali Musa, un veterano del Hizbollah que estaba trabajando con la fuerza Al Quds de Irán entrenando a iraquíes en el uso de armas de alto grado, tareas de inteligencia, francotiradores, y operaciones de secuestro. Según el ejército norteamericano, en el año 2005, Daqduq “era mandado por altos dirigentes del Hizbollah libanés a Irán para trabajar con la fuerza Al-Quds en el entrenamiento de extremistas iraquíes”. En mayo de 2006, Daqduq “viajó a Teherán con Yussef Hashim, un compañero miembro del Hizbollah y jefe de las operaciones de la organización en Irak”.Consecuencias para las relaciones entre Siria y el HizbollahAl proporcionarle a Mughniyeh un refugio seguro, Siria ha confirmado su íntima y actual relación con el Hizbollah. Siria bajo Bashar al-Asad ha aumentado claramente las relaciones con la organización terrorista shiita, como se evidenció durante la guerra del verano del 2006, cuando Damasco equipó a la organización con su propia plataforma de armas anti-tanques, de fabricación rusa, así como también con sus cohetes anti-personales de fabricación propia. Pero por albergar a Mughniyeh –uno de los terroristas que figuran primeros en la lista de los más buscados por los Estados Unidos- Damasco asumió un riesgo extremo, sobre todo teniendo en cuenta que declara buscar mejores relaciones con Washington.Al mismo tiempo, el asesinato de Mughniyeh en territorio Sirio también pone de relieve la debilidad crítica del régimen Asad: ya no puede ofrecer una seguridad real para los terroristas que alberga. De hecho, el coche bomba de ayer solamente fue la última de una serie de incursiones extranjeras: en 2003, Israel bombardeó un campo de entrenamiento jihadista islámico en las afueras de la capital; en Damasco un coche bomba mató a un líder del Hamas en 2004; en 2006, aviones israelíes sobrevolaron el palacio de Asad en Latakia; y el año pasado, Israel destruyó una supuesta instalación nuclear suministrada por Corea del Norte en Siria. Ninguna de estas provocaciones suscitó represalias por parte de Siria.Un revés para el HizbollahPara el Hizbollah, la ausencia de Mughniyeh podría resultar más problemática políticamente que militarmente. Bajo su liderazgo, la capacidad operativa del grupo había aumentado de manera espectacular a través de su amplio entrenamiento en Irán, y sus despliegues contra las fuerzas de la coalición en Irak y contra Israel en el Líbano. A Mughniyeh se lo extrañará como táctico, como un eficaz enlace con la inteligencia iraní, y como el ingeniero de la red internacional del grupo. Pero los altos mandos militares del Hizbollah están bien entrenados, y ya no depende solamente de él la orientación operativa.
No obstante, políticamente Mughniyeh fue una constante dentro de una organización que cambia rápidamente. Algunos informes de la prensa árabe sugieren que hay un creciente disentimiento dentro de las filas del Hizbollah, a raíz de la guerra del verano del 2006, la lentitud en la reconstrucción del sur, y el actual liderazgo de Nasrallah de la organización –algo que viola las propias reglas del Hizbollah. Un informe del mes pasado incluso sugirió que le habían quitado la autoridad militar a Nasrallah y que se la habían adjudicado al subsecretario general, Naim Qassem. Pero como el Hizbollah es una organización opaca, estos informes no pueden tomarse al pie de la letra. Aún así, la salida de Mughniyeh elimina el conducto clave del Hizbollah con la inteligencia iraní, y esto podría exacerbar las fisuras de la organización.
Traducido de: Who was Imad Mughniyeh? Por Matthew Levitt y David Schenker
ICT (International Institute for Counter-Terrorism)
véase el art. original en: http://www.ict.org.il/apage/24659.php
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