El brote de una nueva cepa mortal de la gripe porcina, que ha matado ya a más de cien personas en México y se ha extendido hacia Estados Unidos y Europa, hace que los expertos a nivel mundial estén considerando si podría ser éste el comienzo de una pandemia. Michael T. Osterholm, director del “Center for Infectious Disease Research and Policy” (Centro de Investigación y Políticas sobre Enfermedades Infecciosas) de la Universidad de Minnesota, sostiene que hay muchísimas incógnitas sobre la nueva cepa de la gripe, pero que hasta ahora presenta “un cuadro muy diferente” al del reciente brote de la gripe aviaria y el brote en el año 2003 del SARS (Sindrome Respiratorio Agudo Severo). Osterholm dice que puede ser una cuestión de meses antes de que los expertos comprendan la enfermedad. Advierte sobre las reacciones exageradas a nivel de política internacional, citando algunas advertencias y prohibiciones sobre ciertos alimentos importados provenientes de Estados Unidos y México, calificando estos actos como “histéricos”. Según Osterholm, la mejor manera de hacer frente al pánico es mantener al público informado y no crear falsas expectativas.
Cómo se compara esta enfermedad con otros brotes recientes, como el SARS y la gripe aviaria.
En primer lugar, estamos en los primeros días de esta situación, y esta vez realmente no sabemos cómo funcionará la enfermedad, en términos de su gravedad y el número de casos que ocurrirán en las próximas semanas o meses. En lo que respecta a lo que se podría hacer, está muy claro ahora que básicamente ha obtenido la capacidad de transmitirse de persona a persona, lo que la diferencia de la situación de la gripe aviaria en Asia y el norte de África. Si bien {la gripe aviaria} es preocupante, es una enfermdad que todavía no ha desarrollado la capacidad de transmitirse de persona a persona. Este es uno de los ingredientes más importantes para que una cepa de gripe de origen animal se convierta en la próxima cepa humana pandémica: la capacidad de ir de persona a persona.
En términos de gripe versus enfermedades como el SARS, son muy diferentes. Aunque el SARS tiene la capacidad de transmitirse de persona a persona, es en realidad muy difícil que esto ocurra. La mayoría de los contagios de SARS que se han visto, el brote que se originó en Asia, tuvieron que ver con transmisión entre personas hospitalizadas, con varios procedimientos respiratorios que en realidad aumentaron la transmisión del virus. Además, gran parte de la transmisión del SARS tuvo lugar a pocos días de la enfermedad de la persona, mientras que con la gripe la gente en realidad puede estar infectada antes de que se enteren de que están enfermas. Cuando se pone todo esto junto, es una situación muy diferente.
Lo que no sabemos es si continuará transmitiéndose de persona a persona. ¿Cambiará la situación clínica si observamos pandemias de gripe anteriores? Por ejemplo, en la pandemia de 1918 hubo una primera oleada que tuvo lugar en abril y mayo de aquel año, con una cepa de gripe porcina que luego desapareció repentinamente. Simplemente no estaba más. Luego, de la nada, regresó en agosto del mismo año: tuvimos una segunda oleada, y con una venganza tal que tuvimos aquella famosa pandemia de 1918 que mató entre 40 y 100 millones de personas.
De modo que no estamos seguros de qué es lo que va a pasar. ¿Se va a esfumar en las próximas seis u ocho semanas? Es muy posible. ¿Realmente va a esfumarse en seis u ocho semanas pero no va a desaparecer –lo que significa que podría volver como una segunda oleada en este verano, este otoño, este invierno? Es muy posible. ¿Podría ser este el primer puñetazo en un combate pandémico en el que mientras la enfermedad pase entre más y más personas se vuelva cada vez más grave? Incluso podría disminuir su virulencia (hacerse más leve), no lo sabemos. Todo esto también es posible. Al final, hay muchas incógnitas en estos primeros días, y aunque esto sea inquietante para la gente, es simplemente la verdad científica, y tenemos que contar la historia y seguirla de cerca.
Se han comenzado a ver medidas en algunos países, desde advertencias a los viajeros, aislamiento de pasajeros que llegan, hasta la prohibición de carne porcina proveniente de México y los Estados Unidos. ¿Estos tipos de medidas de contención, son efectivos?
La mayoría de las veces son {medidas} histéricas, y no proporcionan ningún beneficio para la reducción de la transmisión de la enfermedad. En segundo lugar, mientras queremos limitar la transmisión alrededor del mundo, hay algunos de nosotros que debatimos realmente qué tan posible es. Lo que tenemos que hacer es considerar el daño colateral que se produciría si de hecho cerramos las fronteras. {Si las cerramos} hay muchas drogas que salvan vidas, que se producen en Asia, y que jamás llegarían a los Estados Unidos, donde habrá gente que morirá por no tener esas drogas. Hay muchos tipos de productos médicos a los que la gente no tendrá acceso, porque nunca se hicieron en otros países. Se interrumpirá el suministro de alimentos. Cuando uno comienza a ver esto, no se gana nada cerrando las fronteras y haciendo cosas como estas. Tenemos que ver qué ocurrirá y cuáles son las implicancias. Y no creo que se haya evaluado de manera suficientemente cuidadosa.
¿Cómo se hace frente al pánico si se es un profesional de la salud global?
Simplemente hay que seguir diciéndole la verdad a la gente: lo que sabemos, lo que no sabemos. Son cuestiones que están ante nosotros. Aquí hay un ejemplo. Hemos visto imágenes, en estos últimos dos días, de distribuciones masivas de barbijos en México. Es muy probable que en los próximos días todas estas máscaras comiencen a agotarse. La gente ya no va a tener más barbijos. Los usan por unos días y se agotan las existencias. Y cuando esto suceda, la gente va a entrar en pánico, porque va a querer su máscara y no la va a tener. Y resulta que las máscaras probablemente sean muy limitadas en su capacidad de detener el contagio. Y sin embargo, hemos creado esta muletilla que la gente utilizará para decir “Yo tenía una máscara la semana pasada, ¿por qué no la tengo esta semana?” Esto es lo que la gente no entiende.
¿Cómo están trabajando los países en conjunto?
Están trabajando muy bien. Estados Unidos ha hecho un gran trabajo, en verdad le doy crédito al {Centro de Control de Enfermedades}. Realmente han hecho un muy buen trabajo, y creo que Canadá y México también han intensificado sus esfuerzos.
Traducido de: Travel Restrictions Not a Cure for Swine Flu Outbreak. Council on Foreign Relations. Entrevista hecha por Toni Johnson, Council on Foreign Relations, a Michael T. Osterholm, Director del Center for Infectious Disease Research and Policy (CIDRAP, Centro de Investigación y Políticas sobre Enfermedades Infecciosas), Universidad de Minnesota.
véase el art. original en: http://www.cfr.org/publication/19229/travel_restrictions_not_a_cure_for_swine_flu_outbreak.html?breadcrumb=%2F
Cómo se compara esta enfermedad con otros brotes recientes, como el SARS y la gripe aviaria.
En primer lugar, estamos en los primeros días de esta situación, y esta vez realmente no sabemos cómo funcionará la enfermedad, en términos de su gravedad y el número de casos que ocurrirán en las próximas semanas o meses. En lo que respecta a lo que se podría hacer, está muy claro ahora que básicamente ha obtenido la capacidad de transmitirse de persona a persona, lo que la diferencia de la situación de la gripe aviaria en Asia y el norte de África. Si bien {la gripe aviaria} es preocupante, es una enfermdad que todavía no ha desarrollado la capacidad de transmitirse de persona a persona. Este es uno de los ingredientes más importantes para que una cepa de gripe de origen animal se convierta en la próxima cepa humana pandémica: la capacidad de ir de persona a persona.
En términos de gripe versus enfermedades como el SARS, son muy diferentes. Aunque el SARS tiene la capacidad de transmitirse de persona a persona, es en realidad muy difícil que esto ocurra. La mayoría de los contagios de SARS que se han visto, el brote que se originó en Asia, tuvieron que ver con transmisión entre personas hospitalizadas, con varios procedimientos respiratorios que en realidad aumentaron la transmisión del virus. Además, gran parte de la transmisión del SARS tuvo lugar a pocos días de la enfermedad de la persona, mientras que con la gripe la gente en realidad puede estar infectada antes de que se enteren de que están enfermas. Cuando se pone todo esto junto, es una situación muy diferente.
Lo que no sabemos es si continuará transmitiéndose de persona a persona. ¿Cambiará la situación clínica si observamos pandemias de gripe anteriores? Por ejemplo, en la pandemia de 1918 hubo una primera oleada que tuvo lugar en abril y mayo de aquel año, con una cepa de gripe porcina que luego desapareció repentinamente. Simplemente no estaba más. Luego, de la nada, regresó en agosto del mismo año: tuvimos una segunda oleada, y con una venganza tal que tuvimos aquella famosa pandemia de 1918 que mató entre 40 y 100 millones de personas.
De modo que no estamos seguros de qué es lo que va a pasar. ¿Se va a esfumar en las próximas seis u ocho semanas? Es muy posible. ¿Realmente va a esfumarse en seis u ocho semanas pero no va a desaparecer –lo que significa que podría volver como una segunda oleada en este verano, este otoño, este invierno? Es muy posible. ¿Podría ser este el primer puñetazo en un combate pandémico en el que mientras la enfermedad pase entre más y más personas se vuelva cada vez más grave? Incluso podría disminuir su virulencia (hacerse más leve), no lo sabemos. Todo esto también es posible. Al final, hay muchas incógnitas en estos primeros días, y aunque esto sea inquietante para la gente, es simplemente la verdad científica, y tenemos que contar la historia y seguirla de cerca.
Se han comenzado a ver medidas en algunos países, desde advertencias a los viajeros, aislamiento de pasajeros que llegan, hasta la prohibición de carne porcina proveniente de México y los Estados Unidos. ¿Estos tipos de medidas de contención, son efectivos?
La mayoría de las veces son {medidas} histéricas, y no proporcionan ningún beneficio para la reducción de la transmisión de la enfermedad. En segundo lugar, mientras queremos limitar la transmisión alrededor del mundo, hay algunos de nosotros que debatimos realmente qué tan posible es. Lo que tenemos que hacer es considerar el daño colateral que se produciría si de hecho cerramos las fronteras. {Si las cerramos} hay muchas drogas que salvan vidas, que se producen en Asia, y que jamás llegarían a los Estados Unidos, donde habrá gente que morirá por no tener esas drogas. Hay muchos tipos de productos médicos a los que la gente no tendrá acceso, porque nunca se hicieron en otros países. Se interrumpirá el suministro de alimentos. Cuando uno comienza a ver esto, no se gana nada cerrando las fronteras y haciendo cosas como estas. Tenemos que ver qué ocurrirá y cuáles son las implicancias. Y no creo que se haya evaluado de manera suficientemente cuidadosa.
¿Cómo se hace frente al pánico si se es un profesional de la salud global?
Simplemente hay que seguir diciéndole la verdad a la gente: lo que sabemos, lo que no sabemos. Son cuestiones que están ante nosotros. Aquí hay un ejemplo. Hemos visto imágenes, en estos últimos dos días, de distribuciones masivas de barbijos en México. Es muy probable que en los próximos días todas estas máscaras comiencen a agotarse. La gente ya no va a tener más barbijos. Los usan por unos días y se agotan las existencias. Y cuando esto suceda, la gente va a entrar en pánico, porque va a querer su máscara y no la va a tener. Y resulta que las máscaras probablemente sean muy limitadas en su capacidad de detener el contagio. Y sin embargo, hemos creado esta muletilla que la gente utilizará para decir “Yo tenía una máscara la semana pasada, ¿por qué no la tengo esta semana?” Esto es lo que la gente no entiende.
¿Cómo están trabajando los países en conjunto?
Están trabajando muy bien. Estados Unidos ha hecho un gran trabajo, en verdad le doy crédito al {Centro de Control de Enfermedades}. Realmente han hecho un muy buen trabajo, y creo que Canadá y México también han intensificado sus esfuerzos.
Traducido de: Travel Restrictions Not a Cure for Swine Flu Outbreak. Council on Foreign Relations. Entrevista hecha por Toni Johnson, Council on Foreign Relations, a Michael T. Osterholm, Director del Center for Infectious Disease Research and Policy (CIDRAP, Centro de Investigación y Políticas sobre Enfermedades Infecciosas), Universidad de Minnesota.
véase el art. original en: http://www.cfr.org/publication/19229/travel_restrictions_not_a_cure_for_swine_flu_outbreak.html?breadcrumb=%2F