La mayoría de los ex presidentes y ex primeros ministros dedican su vida a hacer una diferencia positiva en el mundo, o al menos se desvanecen en el olvido. He aquí, cinco ex líderes que no han hecho ninguna de las dos cosas.
Anterior Trabajo: Canciller de Alemania, 1998-2005
Nueva Imagen: Schröder, como canciller, siempre había estado formalmente a favor de Rusia, rechazando las críticas por el historial respecto a los derechos humanos en Moscú, y describiendo, incluso, al entonces presidente Vladimir Putin como un “demócrata impecable”.
Pero el público alemán todavía se sorprendió más con su descarado acto final.
Menos de un mes antes de renunciar, Schröder ayudó a conseguir un préstamo de $1.4 mil millones para Gazprom, el monopolio estatal petrolero ruso dirigido por el actual presidente Dmitry Medvedev. Luego, justo después de renunciar, Schröder aceptó la presidencia del controvertido proyecto del gasoducto Nord Stream: (un proyecto de la misma Gazprom), que va a incrementar la dependencia alemana del gas natural ruso y que fue aprobado durante el ejercicio de Schröder.
Las acciones de Schröder fueron un escándalo de grandes proporciones en Alemania. El público se preguntaba, con justa razón, por qué había estado tan ansioso de negociar el gasoducto en primer lugar. Schröder le dijo a un periódico alemán: “Yo no veo que haya hecho algo malo”, y luego se presentó ante una corte para hacer cumplir una orden restrictiva (léase, “mordaza”) para evitar que su rival político Guido Westerwelle, actual ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, lo criticara.
Más recientemente, Schröder se unió a la junta de la problemática filial rusa de BP, TNK-BP, cuyos propietarios británicos han acusado al gobierno ruso de intentar hostigarlos para que abandonaran el país. Schröder sigue ajustándose a la línea rusa en cuanto a política exterior, defendiendo las “credenciales democráticas” de Putin y criticando el reconocimiento de la independencia de Kosovo.
Anterior trabajo: Primer Ministro de España, 1996-2004
Nueva imagen: A Aznar los votantes españoles lo echaron después de que su gobierno intentara adjudicarle la responsabilidad por los atentados en Madrid (2004) a la ETA, el grupo separatista vasco, cuando en realidad habían sido llevados a cabo por extremistas islámicos que pretendían castigar a España por su respaldo a la tremendamente impopular guerra de Irak.
Desde entonces, Aznar, que dirige un “think tank” y tiene un puesto en la junta de News Corp., de Robert Murdoch, se ha distinguido él mismo por el extremismo de su retórica.
Aznar se unió al presidente checo Vaclav Klaus al llamar al calentamiento global una “nueva religión”, y referirse a los ambientalistas como “abanderados del Apocalipsis del calentamiento global… que buscan restringir las libertades individuales en nombre de una causa noble… ¡como lo hicieron los comunistas!” (No hay que olvidar que bajo la presidencia de Aznar, España firmó el Protocolo de Kyoto para combatir el calentamiento global).
Aznar también sugirió que los musulmanes deberían pedir perdón por la ocupación medieval de España; calificó todos los esfuerzos por un diálogo interreligioso como algo “estúpido”, y en cuanto a la elección norteamericana de un presidente afro-americano dijo que era “un exotismo histórico y un predecible desastre económico”.
Aznar también atacó la campaña del gobierno español en contra de la conducción en estado de ebriedad (mientras aceptaba un premio de la asociación de viticultores) diciendo: “Déjenme decidir por mí mismo; en eso consiste la libertad. ¿Quién le pidió a usted que viniera y condujera por mí? Déjenme beber mi vino en paz; no estoy poniendo a nadie en peligro”.
Recientemente, Aznar lanzó una campaña un poco más defendible para conseguir el apoyo internacional para Israel, pero la gente de Tel Aviv podría querer reconsiderar seriamente si él es, realmente, su animador más efectivo.
Anterior trabajo: Presidente de Nigeria, 1999-2007
Nueva imagen: En algún momento fue elogiado por ayudar a su país en la transición desde una dictadura militar hacia una genuina, aunque también caótica y violenta, democracia. Pero en los últimos tiempos Obasanjo ha visto empañada su reputación por una serie de investigaciones sobre casos de corrupción.
Por otro lado, está el hecho de que Obasanjo nunca se hizo a un lado de buena gana. Intentó enmendar la Constitución Nigeriana para permitirse a sí mismo un tercer término, y, cuando fracasó, instaló al moribundo Umaru Yar´Adsua como su sucesor ante unas elecciones ampliamente sospechadas de haber estado arregladas. Muchos sospechan que Yar´Adua fue elegido porque lo veían como débil y que podía ser manipulado por los leales a Obasanjo en el gabinete (pero de todos modos, la influencia política de Obasanjo ha disminuido considerablemente en los últimos años).
Además de haber impactado con nuevas revelaciones de actos de corrupción cometidos durante su época en la oficina, incluyendo cientos de millones de dólares en presuntos sobornos de la contratista norteamericana Halliburton, Obasanjo se vio envuelto en un turbio escándalo personal cuando su hijo lo acusó, en una corte, de dormir con su propia nuera.
Recientemente, miles de residentes de un pueblo en el suroeste de Nigeria han protestado por los planes de demolición de sus casas, una vez que Obasanjo adquirió sus tierras.
Su hija Iyabo, senadora nigeriana, también pasó vergüenza cuando tuvo que admitir que había retirado miles de dólares del presupuesto sanitario del país para pagarse un retiro en Ghana.
Obasanjo siguió manteniendo un alto perfil internacional, desempeñándose como enviado de las Naciones Unidas en las conversaciones de paz en la República Democrática del Congo, pero sus puntos de vista tradicionalistas a veces lo han puesto en aprietos ante la organización. En un evento de las Naciones Unidas este año, con el ex Secretario General Kofi Annan, Obasanjo calificó a la homosexualidad como una “abominación”, y minimizó el derecho individual a la privacidad, diciendo “¿Usted querría hacerle el amor a un caballo?”
Anterior trabajo: Presidente de Filipinas, 1998-2001
Nueva imagen: El presidente Joseph Estrada, devenido en estrella de cine de acción, fue derrocado en 2001, cuando ni siquiera había cumplido con la mitad de su periodo, en medio de una oleada de acusaciones de corrupción. Estrada también admitió tener varios hijos fuera de su matrimonio, y se dice que tomaba decisiones políticas cruciales con la ayuda de un “gabinete de medianoche” conformado por viejos amigos bebedores. Finalmente fue condenado por “saqueo” en el año 2007 y condenado a prisión perpetua. Su sucesora, la presidente Gloria Macapagal Arroyo, lo perdonó, apenas unas semanas después, en virtud de un acuerdo por el cual Estrada prometía no volver nunca más a la política.
Pero por supuesto, Estrada rompió su promesa, y entró en las elecciones presidenciales de este año 2010, haciéndolo, según le dijo al “New York Times”, “para limpiar mi nombre, y demostrarles a quienes me expulsaron que estaban equivocados”. Sin embargo, lo que consiguió fue un nuevo lío judicial, con meses enteros de discusiones acerca de si podía ser elegible, habiéndose ya desempeñado como presidente. Estrada finalmente ganó su caso, pero perdió las elecciones ante Benigno “Noynoy” Aquino, hijo de la ex presidente Corazón Aquino.
En estos momentos Estrada está preparándose para defender él mismo en los Estados Unidos, en una demanda presentada por las hijas de un publicista filipino que lo acusan de ser cómplice en el asesinato de su padre. Estrada bromeó acerca del caso, diciéndole al “Philippine Daily Inquirir” que “Todas son mentiras. ¿Qué esperan conseguir de mí? ¿De dónde voy a sacar dinero?”
Estrada sigue siendo popular entre los filipinos, y también continúa influyendo en la política nacional, a través del control de su partido. Pero este país tal vez estaría mucho mejor si volviera a concentrarse en su carrera cinematográfica.
Anterior trabajo: Primer Ministro de Tailandia, 2001-2006
Nueva imagen: Desde que fue depuesto en un golpe de estado en el año 2006, en medio de acusaciones de corrupción y abusos a los derechos humanos, Thaksin ha vivido una existencia peripatética. El ex multimillonario hombre de negocios se ha desempeñado como “embajador especial” de Nicaragua, y como asesor económico en Camboya. Por poco tiempo fue propietario del club de fútbol Manchester City.
Según se dice, Thaksin habría vivido bajo un nombre falso en Alemania por más de un año, y habría utilizado pasaportes recibidos ilegalmente de otros varios países. Actualmente fijó su residencia en Dubai.
Este año, los seguidores de Thaksin, conocidos como “camisas rojas”, ocuparon el centro de Bangkok y tomaron edificios gubernamentales en todo el país, en un esfuerzo por obligarle al gobierno a dimitir. Aproximadamente 90 personas fueron asesinadas en los enfrentamientos posteriores entre los manifestantes (casi siempre armados) y la policía, antes de que las dos partes acordaron un cese de las hostilidades. Las cortes tailandesas acusaron a Thaksin “in absentia” por su rol en el fomento de las protestas. Si bien Thaksin respaldó verbalmente a los “camisas rojas” (una vez convocó una manifestación y les prometió “hacerlos ricos a todos” si sus seguidores eran capaces de recuperar el poder político), niega haberlos financiado. Por otra parte, fue condenado por cargos de corrupción adicionales, desde que se exilió, aunque sus seguidores dicen que estas acusaciones estuvieron motivadas políticamente.
A partir de la derrota de los “camisas rojas”, Thaksin redujo sus apariciones en los medios de comunicación y en las actividades políticas. En agosto, renunció a su puesto en el gobierno camboyano, ayudando así a facilitar las relaciones entre ambos países.
Traducido de: Bad Exes / Joshua E. Keating. En: Foreign Policy (october 1, 2010)
Véase el art. original en: Foreign Policy
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