11 marzo 2008

FINANCIAMIENTO DEL TERRORISMO



Introducción
Mientras la “guerra contra el terror” liderada por los Estados Unidos se acerca a su quinto año, los esfuerzos por desmantelar las redes financieras terroristas siguen siendo una parte esencial en la estrategia de Washington. Más de $140 millones en activos de terroristas han sido congelados a través de unas 1400 cuentas bancarias en todo el mundo, pero los expertos sostienen que los grupos terroristas se han vuelto cada vez más avezados a la hora de eludir la detección por medio del uso de dinero en efectivo, sofisticadas operaciones de lavado de dinero, o empresas con fachada legítima. Prácticas monetarias arraigadas en la cultura musulmana, tales como la donación a entidades de caridad y centros informales de transferencia de dinero, han agravado la dificultad en el seguimiento de los vínculos financieros terroristas. Los esfuerzos de aplicación de la ley se ven aún más confundidos por el hecho de que ataques devastadores pueden ser logrados a un costo relativamente bajo.


¿De dónde obtienen el dinero las organizaciones terroristas?
Caridad. Las donaciones fueron en algún momento la fuente más grande de financiación para el terrorismo, proviniendo principalmente de organizaciones benéficas y personas acaudaladas. Durante años, los individuos ricos y las organizaciones benéficas con sede en Arabia Saudita fueron la fuente más importante de fondos para al-Qaeda, según un informe del CFR Task Force (2002). Una actualización de este informe, del año 2004, señala que funcionarios sauditas han tomado medidas para interrumpir la financiación del terrorismo en su país, y sin embargo las organizaciones de beneficencia continúan desempeñando un importante rol en el patrocinio de grupos terroristas. “En el mundo islámico, hay decenas de miles de organizaciones benéficas”, afirma Robert O. Collins, coautor del libro “Alms for Jihad”. Si bien apenas un centenar de ellas podría patrocinar al terrorismo, “estas son algunas de las organizaciones de beneficencia más ricas”, dice Collins. Los expertos sostienen que algunas de estas organizaciones recaudan fondos con la intención expresa de apoyar a terroristas; otras tratan de promover el Islam por medio de programas legítimos, pero pueden ser captados por jihadistas que luego utilizarán los fondos para promocionar su propia causa radical.

Actividades ilegales. Loretta Napoleoni, experta en financiamiento terrorista, dice que la mayor fuente de ingresos para el terrorismo es el comercio ilegal de drogas. Por otra parte, muchos grupos terroristas se han sostenido a través de otros comercios ilegales. En su libro, “Illicit”, Moisés Naím explica que los terroristas que estuvieron detrás del ataque al World Trade Center (1993) habían recaudado dinero vendiendo remeras falsificadas en Broadway, y que los perpetradores de los atentados de Madrid (2004) vendían cds falsificados y traficaban drogas para sostener sus actividades. El Hezbollah, el Ejército Republicano Irlandés, y el grupo separatista vasco ETA también se cree que han generado ingresos a través de la falsificación y el fraude. En el año 2002, agentes federales desbarataron una banda que distribuía metanfetaminas en una docena de ciudades norteamericanas que, de acuerdo a los oficiales, canalizaba las ganancias al Hezbollah. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) utiliza desde hace mucho tiempo el comercio de la cocaína para financiar sus operaciones. El floreciente cultivo de amapolas en Afganistán, que la ONU dice que es responsable de hasta el 86 por ciento del suministro de opio mundial, se considera ampliamente como la mayor fuente de financiación para el terrorismo. Presuntamente al-Qaeda se benefició del comercio de la adormidera afgana antes de huír del país cuando el gobierno de los talibán fue derrocado en el año 2001.

Empresas como fachada. Muchas organizaciones terroristas intentan operar negocios legítimos, los cuales generan sus propios beneficios y también pueden ser utilizados como fachada para el lavado de dinero. Vínculos con el terrorismo se han encontrado en el comercio de ganado, pescados, y pieles y cueros. También se ha descubierto empresas relacionadas con la agricultura y la construcción apoyando al terrorismo. En el 2001, el New York Times informó que Osama bin Laden era propietario y operaba una cadena de tiendas de venta de miel al público en todo Oriente Medio y Pakistán. Además de generar ingresos, la miel era utilizada para ocultar los envíos de dinero y armas.
¿Por qué la caridad desempeña un rol tan importante en el financiamiento terrorista?
Uno de los pilares del Islam, zakat, es la entrega obligatoria de una cantidad proporcionada de la riqueza de uno a la caridad. Si bien la mayor parte de estas obras de beneficencia en el mundo musulmán existen para ayudar a los pobres y difundir el mensaje del Islam, también han sido utilizadas, particularmente en naciones ricas de Medio Oriente, para financiar la jihad.

Separar las organizaciones de beneficencia de mala voluntad de aquellas que tienen buenas intenciones, es una tarea difícil. Como lo explica Lee Wolosky, ex funcionario del Consejo de Seguridad Nacional: “Hay organizaciones de caridad viles y hay organizaciones buenas con personas viles trabajando para ellas”.


El Departamento del Tesoro de los Estados Unidos se ha visto desacreditado por cerrar organizaciones benéficas que según los críticos no tenían lazos con el terrorismo. En la editorial principal del Washington Post del 12 de marzo, dos miembros de la junta directiva de KinderUSA, una organización benéfica musulmana – norteamericana, lamentaron el “ataque” del gobierno a las organizaciones benéficas perfectamente legítimas. Interpal, con sede en Londres, que patrocina programas sociales palestinos, ha sido puesta en la lista negra por los Estados Unidos, pero sin embargo todavía está autorizada a operar en Gran Bretaña. Wolosky dice que “La política de los Estados Unidos es muy clara respecto a que la caridad no puede proporcionar dinero a ninguna organización que tenga al terrorismo como parte de su agenda”. En virtud de la política norteamericana, el respaldo de Interpal al Comité de Beneficencia Ramallah-al-Bireh, relacionado con el grupo terrorista Hamas, es considerado como financiamiento al terrorismo.

¿Cómo transfieren fondos los terroristas?

Bastante a menudo, los terroristas transfieren fondos a plena vista. “Si no se hace a través del sistema bancario común, se hace por medio de empresas fantasmas”, dice Bill Tupman, catedrático de la Universidad de Exeter, quien se especializa en delitos transnacionales. En el libro “Chasing dirty money”, Peter Reuter y Edwin M. Truman afirman que la delincuencia financiera está tan diseminada que se calcula que tanto como el 10 por ciento del PBI mundial está constituido por dinero “lavado”.

A pesar del aumento de los esfuerzos por rastrear a los financistas del terrorismo, la gran extensión del sistema financiero moderno implica que los funcionarios gubernamentales se encuentren, a menudo, buscando la proverbial aguja en un pajar.


Otro medio de transferencia, más tradicional, es usado ampliamente por los terroristas. Las Hawalas son redes informales de transferencia de fondos, basadas en la confianza, muy populares en Asia y que se encuentran en todo el mundo, en especial en las comunidades musulmanas. Nada más que con un apretón de manos y una contraseña, las personas pueden transferir dinero a todas partes del mundo.
¿Cuánto cuesta una operación terrorista?
Aunque los ataques del 11 de septiembre se considera que costaron hasta medio millón de dólares, la mayoría de las operaciones terroristas tienen presupuestos mucho más modestos. La ONU calcula que el atentado con bombas al club nocturno en Bali (2002) costó alrededor de $50.000. En comparación, los atentados a los trenes de Madrid (2004) habrían costado entre $10.000 y $15.000. Los ataques en Londres (2005) costaron aproximadamente $2.000, según Napoleoni.
¿Qué están haciendo los gobiernos para frenar el financiamiento al terrorismo?
Los ataques del 11 de septiembre generaron un sentido internacional de urgencia por desbaratar las redes financieras terroristas alrededor del mundo. En unas pocas semanas, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución de amplio alcance que exigía a los países tomar acciones para reprimir el financiamiento al terrorismo. Al mes siguiente, la Financial Action Task Force (Fuerza de Acción Financiera), un organismo intergubernamental, publicó una lista de recomendaciones que se volvieron la base de los esfuerzos de muchos gobiernos. Estas recomendaciones incluían la promulgación de leyes que penalizaran específicamente al financiamiento al terrorismo, la exigencia a las instituciones financieras de que informaran sobre cualquier transacción sospechosa, la creación de un mayor grado de cooperación internacional en la búsqueda de financieros terroristas, y la ratificación de la Convención de las Naciones Unidas sobre el financiamiento al terrorismo, un paso que ha sido tomado por 150 países.

Al igual que otras naciones, Estados Unidos creó una agencia especial (la Oficina de Terrorismo e Inteligencia Financiera) para coordinar estos esfuerzos. El Acta Patriótica, junto con la legislación posterior, creó severas medidas legales para combatir el financiamiento al terrorismo. Los bancos ahora deben informar sobre cualquier actividad sospechosa y también están obligados a verificar a sus clientes y terceras partes involucradas en transacciones contra una lista de presuntos terroristas. Si bien estas medidas han sido bastante eficaces dentro de los Estados Unidos, Napoleoni sostiene que los terroristas simplemente han “pasado todo el dinero a Europa”.
¿Cuáles son algunas de las dificultades para la localización de financieros del terrorismo?
La mayor dificultad es que las redes terroristas se han mantenido al tanto de los esfuerzos de los gobiernos por frenar sus actividades y han ajustado sus operaciones de acuerdo a ello. Napoleoni dice que “el financiamiento terrorista muta constantemente”, lo cual generalmente mantiene a los terroristas un paso más adelante de las autoridades.

Los terroristas dependen cada vez más de las actividades ilegales, como el contrabando o la falsificación, para generar ingresos que son difíciles de rastrear a través del sistema financiero. Los terroristas también han empezado a depender más del dinero en efectivo, lo que deja menos rastros en papeles. Según Napoleoni, gran parte de los fondos para la organización al-Qaeda, de Abu Musab al-Zarqawi, en Irak es introducido en el país por correos en efectivo. Los ataques de julio de 2005 en Londres también fueron financiados completamente en efectivo, que para Napoleoni es difícil de rastrear.

Los ataques en Londres ponen de relieve otro desarrollo de la financiación terrorista: el uso de fuentes locales en la planificación y financiamiento de ataques. Los atentados fueron planeados dentro de Gran Bretaña, por ciudadanos británicos que recaudaron todo el dinero localmente para los ataques. Debido a que los conspiradores solamente utilizaron dinero en efectivo y no cruzaron ninguna frontera nacional, fue difícil rastrear sus actividades financieras.

La aplicación de nuevas leyes financieras también ha resultado difícil. De acuerdo con la Asociación de Banqueros Británicos, los bancos de Gran Bretaña gasta alrededor de $430 millones por año para dar cumplimiento con las leyes anti-terrorismo y anti-lavado de dinero. Los expertos afirman que el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos se ve abrumado por la cantidad de informes de actividades sospechosas que recibe, que ha aumentado en un 350 por ciento desde el año 2001.
¿Cómo pueden los gobiernos combatir más eficazmente el financiamiento al terrorismo?
Dado que las redes terroristas trascienden las fronteras nacionales, perfeccionar la cooperación internacional es esencial. “Uno de los problemas de coordinación”, dice Wolosky, “es llegar a un acuerdo sobre qué es una organización terrorista”. La Asamblea General de las Naciones Unidas ha intentado por más de una década acordar una definición sobre terrorismo, lo cual ayudaría a apuntalar un tratado general sobre la prohibición de dicha práctica. Más allá de eso, Napoleoni pide que un organismo internacional se dedique a compartir la información y que una corte internacional supervise la lista negra de individuos y organizaciones terroristas.

Traducido de: Tracking Down Terrorist Financing (4 abril 2006) Por: Eben Kaplan

Council on Foreign Relations: A nonpartisan resource for information and analysis
Véase el art. original en:
http://www.cfr.org/publication/10356/tracking_down_terrorist_financing.html

2 comentarios:

  1. gracias por la información está muy bien explicada

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  2. Gracias George! Muy amable!!! No te pierdas, hasta luego!

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