06 enero 2008

Kenia: violencia tras las elecciones



Odinga acusa a Kibaki de fraude electoral.







Más de 300 personas han sido asesinadas en violentos choques a lo largo de toda Kenia, tras disputadas elecciones presidenciales.
La Comisión Electoral de Kenia declaró ganador al presidente Mwai Kibaki.
Sin embargo, observadores de la Unión Europea han dicho que las elecciones presidenciales fueron “defectuosas”: por ejemplo, en un área, la afluencia de votantes fue del 115%

¿Qué hay detrás de la violencia?

Odinga acusa a Kibaki de fraude electoral.
El desencadenante inmediato fue el resultado de las elecciones en disputa: los partidarios del principal opositor de Kibaki, Raila Odinga, creen que fue fraudulento.

Pero se considera que la tensión étnica, que ha acosado a la política keniana desde su independencia en 1963, es la base de la mayor parte de la violencia.

Con el clientelismo político y la corrupción todavía comunes, muchos kenianos creen que si uno de sus parientes sube al poder, ellos se beneficiarán directamente, por ejemplo a través de la concesión de un puesto de trabajo en la administración pública.

Las actuales tensiones se remontan a la década de 1990, cuando el entonces presidente Daniel arap Moi se vio obligado a introducir políticas multipartidarias.

Miembros del grupo étnico del señor Moi (los Kalenjin, el grupo dominante en la provincia del Valle del Rift) se sintieron amenazados por el movimiento.

Desde entonces, los Kalenjins han luchado por un sistema federalista con una mayor autonomía económica, y han respaldado al señor Odinga con esta finalidad hasta las preliminares para las elecciones en 2007.

Odinga, de la comunidad Luo, tiene una base de apoyo bastante amplia en los grupos étnicos y se ha descrito a sí mismo como un desafiante al sistema político de Kenia. Durante su campaña, prometió hacer frente a las extremas desigualdades en los ingresos del país.

El presidente Kibaki, que en el año 2002 puso fin al imperio de más de veinte años del partido Kanu, del señor Moi, en elecciones ampliamente elogiadas, ha prometido una desconcentración económica.
El concepto de federalismo evoca respuestas emocionales desde su bando, que proclama que es una fórmula para la violencia étnica.

Bajo su presidencia, la economía ha estado creciendo de manera constante, pero la mayoría de los kenianos todavía no ha sentido los beneficios.

En el hacinamiento de los barrios marginales alrededor de Nairobi, los residentes tienen que hacer frente a pandillas violentas, falta de cloacas (la gente usa bolsas de plástico como letrinas y las tiran por la ventana) y electricidad intermitente.

Kibaki depende en gran medida de los votos de los Kikuyu, el grupo étnico más grande del país, pero también tiene el respaldo de comunidades más pequeñas.

¿Quiénes están involucrados en la violencia?

Principalmente, personas leales al Sr Odinga, pertenecientes a diversos grupos étnicos, que atacan a los Kikuyu, a quienes ven como partidarios de Kibaki.


Principales grupos étnicos de Kenia



Población: 34m, con más de 40 grupos étnicos
Kikuyu: 22%
Luhya: 14%
Luo: 13%
Kalenjin: 12%
Kamba: 11%

En Kisumu, al oeste, centro del Movimiento Democrático Naranja (ODM, en inglés), y Mombasa, en la costa, la violencia ha sido espontánea, incluyendo saqueos.
Pero en la Provincia del Valle del Rift (que ha sido testigo de la mayor parte del baño de sangre, incluyendo a las 30 personas quemadas vivas cuando se refugiaron en una iglesia católica) se informó que hay un elemento mejor orquestado.
En Molo, han informado ver camiones cargados de bandas Kalenjin, armadas con arcos y flechas, y algunos con armas de fuego, que llegan a zonas kikuyu para incendiar casas.
La mayoría de los kenianos están conmocionados por la violencia y prefieren el diálogo, ya que los mitines son tristemente célebres por su violencia.
¿Qué están haciendo los políticos?

El fiscal general de Kenia ha pedido una investigación independiente sobre las
elecciones.
Y el presidente Kibaki rompió el silencio sobre los disturbios y el descontento social en un discurso televisado, afirmando que cuando acabe la violencia él estará dispuesto a dialogar con la oposición.
Sin embargo, el ODM ha dicho que quiere un mediador internacional presente en cualquier negociación.

El partido, que tiene una mayoría en el parlamento, pero no los dos tercios necesarios para un voto de no confianza en el gobierno, está pidiendo nuevas elecciones y que se cree una administración de transición en el ínterin.

El vocero de Kibaki dijo que en principio no se opone a la idea, pero ha insistido en que las discrepancias deben ser saldadas en las cortes, algo que el ODM no tolerará.
Kalonzo Musyoka, quien resultó tercero en las elecciones presidenciales, se ha reunido con Kibaki y ha pedido la paz.
¿Qué pasa con los esfuerzos diplomáticos internacionales?Parece que el mundo exterior hubiera sido tomado por sorpresa cuando estalló la crisis en Kenia (por otra parte, Kenia es considerado un oasis de estabilidad con un creciente comercio turístico)Pero también es importante estratégicamente: Kenia ha sido anfitrión de conversaciones de paz regionales y muchas organizaciones humanitarias tienen su base allí.
La presión internacional fue crucial para conseguir que el ex presidente Moi dimitiera antes de la última elección.
Se espera la llegada del principal enviado norteamericano, Jendayi Frazer, y el Premio Nobel sudafricano, el arzobispo Desmond Tutu, ha mantenido conversaciones tanto como Odinga como con Kibaki.
Las esperanzas de una misión conjunta entre la Unión Africana y la Commonwealth se han diluido.
El ODM alega que Kibaki rechazó la visita propuesta por el jefe de la Unión Africana, John Kufuor, presidente de Ghana.
En aras de fomentar el diálogo, las grandes potencias –cualesquiera que fueren sus sospechas privadas- se han mostrado renuentes a acusar públicamente a alguien.
Organizaciones como la Unión Europea parecen generalmente de acuerdo con que lo que se necesita ahora en Kenia es alguna forma de acuerdo de poder compartido.

¿El presidente Kibaki puede confiar en la lealtad de sus fuerzas de seguridad?
La policía –que ha liderado la lucha contra la violencia desde que estallaron los disturbios- es una mezcla de grupos étnicos, de manera que, como fuerza, es improbable que muestre algún favoritismo político.
Sin embargo, el ejército y la Unidad General de Servicios Paramilitares (PGSU, en inglés) tienen una gran cantidad de soldados Kalenjins (desde los días de Moi) y los Kalenjins se han alineado junto al ODM en la actual crisis.
Los analistas dicen que esto ha dejado al ejército y al PGSU con lealtades divididas.
Pero el Jefe del Estado Mayor, el General Jeremiah Kianga, es considerado un seguro par de manos, y se ha distanciado de la política.
Fuente: BBC News, version UK
véase el art. original en: http://news.bbc.co.uk/2/hi/africa/7165962.stm

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