ST. MARY'S CITY, Maryland (Reuters) –Los severos interrogatorios de la CIA a sospechosos de terrorismo son legales y han salvado vidas, dijo el Director Nacional de Inteligencia norteamericano, Michael McConnell, mientras el Congreso interrogaba a un abogado de la CIA acerca de la destrucción de cintas de video por parte de la agencia.“Esto ha salvado vidas. Y desde mi punto de vista, así hemos cumplido con la misión dentro de los márgenes de la ley de los Estados Unidos”, afirmó Michael McConnell ante los estudiantes en el St. Mary College, en Maryland.
La divulgación de la CIA sobre que el mes pasado destruyó cientos de horas de cintas de video que representaban duros interrogatorios, que se cree incluían una forma de simulacro de ahogamiento llamado “waterboarding” (submarino), pone al tratamiento de los Estados Unidos a personas sospechadas de terrorismo en el centro de la atención pública y ha recibido críticas por parte de grupos defensores de los derechos humanos.
El “submarino” ha sido condenado internacionalmente como una forma de tortura, y McConnell fue citado en la última edición de la revista The New Yorker diciendo que él consideraría dicha práctica como una tortura si le fuera aplicada a él.
“Estados Unidos no participa en torturas. Hacemos uso de técnicas de interrogación mejoradas”, dijo McConnell.
“Hay americanos que hoy están vivos, que están viviendo y respirando gracias a estas técnicas de interrogatorio”.
Mientras McConnell hablaba, el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes se reunía a puertas cerradas para interrogar a John Rizzo, abogado de la CIA, quien según se informa, habría estado involucrado en la decisión de destruir las cintas de video.
Las grabaciones mostraban los interrogatorios a dos sospechosos de ser miembros de Al Qaeda en el año 2002, y las cintas fueron destruidas en el 2005.
El comité también citó a José Rodríguez, ex jefe del servicio clandestino de la CIA quien se supone tomó la decisión de destruir las cintas. Sin embargo, el panel decidió no llamarlo a declarar después de que su abogado indicara que Rodríguez no respondería a las preguntas. Pero todavía queda bajo citación y puede ser llamado a declarar en un futuro cercano.
El republicano Peter Hoekstra, de Michigan, presidente del comité de inteligencia, declaró ante los periodistas después de la audiencia con Rizzo: “Necesitamos traer a José Rodríguez para que testifique”. “José fue responsable de esto –o parece que la mayoría de los informes de prensa y otros reportes indican que José fue responsable de la decisión de destruir las cintas de video”, dijo Hoekstra. El Washington Post informó que abogados y funcionarios de la CIA le dijeron a Rodríguez que él tenía el derecho legal de ordenar la destrucción.
Peter Hoekstra y Silvestre Reyes (un demócrata de Texas) dijeron que Rizzo fue un “testigo cooperante”. No revelaron más detalles al respecto.
Reyes dijo en una declaración: “Vamos a identificar a más funcionarios para que hablen en los próximos días o semanas. Insto a los miembros de la rama ejecutiva a cooperar con esta investigación y dejar que la verdad sea dicha”.
El Departamento de Justicia ha iniciado una investigación penal, y trató de desalentar los sondeos congresistas, temiendo que esto pueda socavar sus esfuerzos.
Activistas de los derechos humanos y algunos analistas sobre inteligencia y críticos del Congreso han cuestionado la validez de la información obtenida mediante severos interrogatorios, y pidieron la prohibición de la práctica del “submarino”.
Waterboarding (“submarino”): simulacro de ahogamiento. Por ejemplo: se pone al sospechoso en una tabla, lo sujetan con correas y le cubren la cara con un trapo. Lo acercan a un grifo (canilla) y el agua comienza a mojar el trapo. El trapo se llena de agua, y la víctima siente ahogarse. Todavía se está discutiendo en el Senado de los Estados Unidos si esto puede definirse como tortura o no.
La divulgación de la CIA sobre que el mes pasado destruyó cientos de horas de cintas de video que representaban duros interrogatorios, que se cree incluían una forma de simulacro de ahogamiento llamado “waterboarding” (submarino), pone al tratamiento de los Estados Unidos a personas sospechadas de terrorismo en el centro de la atención pública y ha recibido críticas por parte de grupos defensores de los derechos humanos.
El “submarino” ha sido condenado internacionalmente como una forma de tortura, y McConnell fue citado en la última edición de la revista The New Yorker diciendo que él consideraría dicha práctica como una tortura si le fuera aplicada a él.
“Estados Unidos no participa en torturas. Hacemos uso de técnicas de interrogación mejoradas”, dijo McConnell.
“Hay americanos que hoy están vivos, que están viviendo y respirando gracias a estas técnicas de interrogatorio”.
Mientras McConnell hablaba, el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes se reunía a puertas cerradas para interrogar a John Rizzo, abogado de la CIA, quien según se informa, habría estado involucrado en la decisión de destruir las cintas de video.
Las grabaciones mostraban los interrogatorios a dos sospechosos de ser miembros de Al Qaeda en el año 2002, y las cintas fueron destruidas en el 2005.
El comité también citó a José Rodríguez, ex jefe del servicio clandestino de la CIA quien se supone tomó la decisión de destruir las cintas. Sin embargo, el panel decidió no llamarlo a declarar después de que su abogado indicara que Rodríguez no respondería a las preguntas. Pero todavía queda bajo citación y puede ser llamado a declarar en un futuro cercano.
El republicano Peter Hoekstra, de Michigan, presidente del comité de inteligencia, declaró ante los periodistas después de la audiencia con Rizzo: “Necesitamos traer a José Rodríguez para que testifique”. “José fue responsable de esto –o parece que la mayoría de los informes de prensa y otros reportes indican que José fue responsable de la decisión de destruir las cintas de video”, dijo Hoekstra. El Washington Post informó que abogados y funcionarios de la CIA le dijeron a Rodríguez que él tenía el derecho legal de ordenar la destrucción.
Peter Hoekstra y Silvestre Reyes (un demócrata de Texas) dijeron que Rizzo fue un “testigo cooperante”. No revelaron más detalles al respecto.
Reyes dijo en una declaración: “Vamos a identificar a más funcionarios para que hablen en los próximos días o semanas. Insto a los miembros de la rama ejecutiva a cooperar con esta investigación y dejar que la verdad sea dicha”.
El Departamento de Justicia ha iniciado una investigación penal, y trató de desalentar los sondeos congresistas, temiendo que esto pueda socavar sus esfuerzos.
Activistas de los derechos humanos y algunos analistas sobre inteligencia y críticos del Congreso han cuestionado la validez de la información obtenida mediante severos interrogatorios, y pidieron la prohibición de la práctica del “submarino”.
Waterboarding (“submarino”): simulacro de ahogamiento. Por ejemplo: se pone al sospechoso en una tabla, lo sujetan con correas y le cubren la cara con un trapo. Lo acercan a un grifo (canilla) y el agua comienza a mojar el trapo. El trapo se llena de agua, y la víctima siente ahogarse. Todavía se está discutiendo en el Senado de los Estados Unidos si esto puede definirse como tortura o no.
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