La India ha sufrido por mucho tiempo la violencia de los ataques extremistas basados en movimientos separatistas y secesionistas, al igual que en desacuerdos ideológicos. En particular se considera que la disputa territorial sobre Cachemira (región en disputa entre la India y Pakistán) ha multiplicado los ataques terroristas a gran escala, como por ejemplo los atentados en un conmutador de trenes de Bombay en julio de 2006, y una mortífera explosión en la línea de ferrocarriles entre la India y Pakistán en febrero de 2007. La violencia relacionada con Cachemira plantea la preocupación internacional acerca de una posible vinculación en cadena de militarización islamista transnacional.
El ataque terrorista a un hotel del distrito de Bombay el 26 de noviembre, adjudicado por un grupo desconocido llamado los “Mujahideen del Decán”, parece confirmar un inquietante giro de los acontecimientos a nivel nacional. Recientemente, un grupo autodenominado Mujahideen de la India se sumó a la lista de organizaciones terroristas, adjudicándose la responsabilidad por una serie de atentados en noviembre de 2007 en el estado de Uttar Pradesh, y los ataques de 2008 en las ciudades indias de Nueva Delhi, Jaipur y Ahmedabad. Sus relaciones con el nuevo grupo Mujahideen del Decán no están claras.
Por otra parte, la India enfrenta otra amenaza extremista: una insurgencia maoísta de revolucionarios llamados “Naxalitas” ha emergido a lo largo de una amplia franja del centro de la India –llamado el “corredor rojo”- cobrándose una creciente cantidad de víctimas.
El ataque terrorista a un hotel del distrito de Bombay el 26 de noviembre, adjudicado por un grupo desconocido llamado los “Mujahideen del Decán”, parece confirmar un inquietante giro de los acontecimientos a nivel nacional. Recientemente, un grupo autodenominado Mujahideen de la India se sumó a la lista de organizaciones terroristas, adjudicándose la responsabilidad por una serie de atentados en noviembre de 2007 en el estado de Uttar Pradesh, y los ataques de 2008 en las ciudades indias de Nueva Delhi, Jaipur y Ahmedabad. Sus relaciones con el nuevo grupo Mujahideen del Decán no están claras.
Por otra parte, la India enfrenta otra amenaza extremista: una insurgencia maoísta de revolucionarios llamados “Naxalitas” ha emergido a lo largo de una amplia franja del centro de la India –llamado el “corredor rojo”- cobrándose una creciente cantidad de víctimas.
¿La India enfrenta una grave amenaza de grupos extremistas?
Los expertos dicen que sí. La cantidad exacta de grupos que orquestan los atentados en la India es difícil de precisar debido a la fragmentación de los movimientos, pero el país enfrenta una posible violencia perpetrada por docenas de grupos extremistas. Más de 2750 personas en toda la India han muerto a raíz de la violencia relacionada con el terrorismo en el año 2006 (1).
¿Por qué la India enfrenta un violento extremismo?
Desde principios de su historia post-colonial, la India ha experimentado violencia relacionada con movimientos separatistas e insurgentes, desde la disputa territorial sobre Cachemira, pasando por el movimiento separatista Sikh en el Punjab, hasta un movimiento secesionista en el estado nororiental de Assam.
Esta nación es la democracia más grande del mundo; con aproximadamente mil millones de habitantes, tiene una gran cantidad de minorías étnicas y religiosas (2) que están sometidas a una subordinación económica, y que frecuentemente buscan concesiones territoriales.
Conflictos inter-étnicos han golpeado a la India en sus niveles más altos. En la India los magnicidios son una constante. Mahatma Gandhi fue asesinado por un hinduista acérrimo, un año después de haber conseguido la independencia del país, por haber permitido la partición de Pakistán. A Indira Gandhi la asesinaron en 1984, miembros sikhs de su cuerpo de guardaespaldas, a raíz de la represión en el Templo Dorado de Amritsar, un santuario donde los sikhs estaban intentando la separación del Punjab (buscaban crear el estado independiente de Khalistán). Finalmente, a Rajiv Gandhi lo mató una mujer suicida en la ciudad sureña de Sriperumbudur. En este caso, Rajiv, nieto de Nehru, había abandonado a los Tigres de Tamil Eelam, una guerrilla hinduista que luchaba contra el ejército de Sri Lanka para convertir a la península de Jaffna en un estado independiente o por lo menos en una provincia de la India.
Los diferentes grupos étnicos y religiosos, o las clases sociales, frecuentemente actúan como nacionalidades individuales que provocan la movilización en apoyo a una causa. Si los reclamos no son atendidos, estos movimientos se convierten en extremismos.
Los naxalitas
Los naxalitas son extremistas de izquierda que toman su nombre de Naxalbari, un poblado del estado de Bengala Occidental donde originaron un levantamiento por primera vez en 1967. Los grandes esfuerzos contrainsurgentes de la India en la década del setenta casi aniquila a este grupo, dejándolo fragmentado en pequeñas facciones, incluyendo Guerra Popular y Centro Comunista Maoísta. En 2004, estos dos grupos se aliaron para formar el Partido Comunista de la India (Maoista). El grupo, constituido ahora por una coalición de facciones, desafía al poder del Estado con violencia para respaldar su objetivo declarado de ayudar a los pobres sin tierra, al pueblo tribal, y a las castas inferiores.
El problema de raíz en la zona de los naxalitas es la pobreza y la desigual distribución de los recursos. El problema principal es la distribución, porque los fondos están.
En el año 2004, el reajuste de las facciones de los Naxalitas resultó en un “corredor rojo” de actividad que va desde la frontera con Nepal a través de trece de los veintiocho estados de la India. La franja pasa a través de los bosques y junglas de la India central, donde el grupo se refugia y recluta combatientes en la población empobrecida de la región.
Los estados de Andrha Pradesh, Bihar, Bengala Occidental, Jharkhand, y Orissa han presenciado altos niveles de actividad de los naxalitas; pero sin embargo, la peor parte la obtuvo Chhattisgarh, que en el año 2006 tuvo más de 360 muertos a raíz de esta violencia maoísta; en Chhattisgarh, un estado con una población mayoritariamente tribal, una pobreza extrema, etc., los naxalitas han diseminado exitosamente su mensaje revolucionario enfocándose en el fracaso del sistema gubernamental.
Los naxalitas reclutan combatientes voluntariamente y a veces por la fuerza. Sus seguidores utilizan armas cortas y explosivos caseros, incluyendo minas terrestres. Recaudan fondos a través de la extorsión o la creación de administraciones paralelas para recolectar impuestos en áreas rurales donde los gobiernos locales y el estado indio parecen ausentes.
Una amenaza para la seguridad india
Los naxalitas son la mayor amenaza para la seguridad interna de la India, según lo afirmó el primer ministro Manmohan Singh en el año 2006. Los naxalitas, que serían entre diez y veinte mil hombres, libran una campaña de violencia y secuestros contra el personal de seguridad y grupos de vigilancia.
Los continuos enfrentamientos entre maoístas y el gobierno han obligado a miles de aldeanos a buscar refugio en asentamientos gubernamentales temporales o en campos de los mismos naxalitas.
Los naxalitas y el conflicto por Cachemira
El conflicto por Cachemira es un movimiento extremista separado. Cachemira ha sido durante mucho tiempo un punto candente entre los estados nucleares de Pakistán e India. Las dos naciones comenzaron un proceso de paz en 2004 para resolver sus diferencias, incluyendo el tema de Cachemira, que los ataques terroristas posteriores no han podido frustrar. Grupos activos en Cachemira y listados por el Departamento de Estado como organizaciones terroristas incluyen a Lashkar-e-Taiba, Harakat ul-Mujahideen, y Jaish-e-Muhammed. El grupo sospechoso de ser el principal partícipe en los ataques terroristas en suelo indio desde el 11 de septiembre es Lashkar-e-Taiba.
Lashkar-e-Taiba
Lashkar-e-Taiba (LeT), o “Ejército de los Puros”, es el brazo armado de una organización religiosa fundada en 1989 con sede en Pakistán. Durante la década de 1990, el grupo recibió instrucciones y financiamiento por parte de los servicios de inteligencia pakistaníes (ISI), a cambio de la promesa de tomar como objetivos a hindúes en Jammu y Cachemira y entrenar a extremistas musulmanes en suelo indio. Después del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos lo incluyó en la lista de organizaciones terroristas e Islamabad lo proscribió: este grupo pasó a la clandestinidad, ya muy fragmentado, utilizando diferentes nombres... Sin embargo este grupo sigue siendo sospechoso de haber participado en varios atentados a gran escala en la India, como por ejemplo el ataque al parlamento en Nueva Delhi en diciembre de 2001, la explosión de un tren que circulaba entre la India y Pakistán en febrero de 2007, entre otros.
Movimiento de Estudiantes Islámicos de la India (SIMI)
El Movimiento de Estudiantes Islámicos de la India (SIMI), fundado en el estado de Uttar Pradesh en 1977 para promover la enseñanza del Islam, fue radicalizándose cada vez más en el decenio de 1990. El fundador original, Mohammad Siddiqi Ahmadullah (que ahora dicta clases de periodismo en la Universidad de Illinois Occidental), sostuvo que el grupo ahora es totalmente diferente al que él había creado. Al parecer, este grupo jihadista refuerza al LeT ayudándole a expandir sus actividades dentro de la India. Nueva Delhi proscribió al SIMI en el año 2001, etiquetándolo como una organización terrorista después de que varios estados indios dijeran que estaban incitando a los disturbios y la violencia. Muchos de sus miembros principales fueron encarcelados y el grupo entró en la clandestinidad en aquel momento. La organización continúa ejerciendo presión para el levantamiento de la proscripción de sus actividades, pero en febrero de 2007 la Suprema Corte de la India etiquetó al SIMI como “secesionista”y se negó a poner fin a la prohibición. La policía india sospecha que el SIMI tiene vínculos con los mujahideen indios, el grupo que reivindicó su responsabilidad por varios atentados en 2007 y 2008.
Los grupos terroristas que utilizan a Cachemira como un grito de guerra se han vinculado crecientemente con un movimiento islamista más general, según el cual la India es considerada una estado anti-musulmán. Estos grupos terroristas la ven como parte del enemigo junto a Occidente, y por lo tanto “debe” ser atacada.
Los musulmanes constituyen el grupo minoritario más grande del país, y la India tiene la segunda población musulmana más grande del mundo después de Indonesia. Sin embargo, un controvertido informe publicado por el Sachar Committee de Nueva Delhi en noviembre de 2006 encontró que los musulmanes de la India están rezagados (CS Monitor) con respecto al resto de los indios en términos de alfabetización, tasas de empleo, e ingresos. Incluso el tema de Cachemira va más allá: demuestra la incapacidad del estado indio en enfrentar la desigualdad y la situación de desventaja que tienen los musulmanes en la India.
¿Cómo combate la India a los grupos extremistas?
A pesar de las insurgencias en curso y las amenazas terroristas en la India, los expertos reconocen la postura histórica de Nueva Delhi de hacer frente efectivamente con los extremistas a través de una combinación de un fuerte despliegue militar y el tratamiento de las quejas a través de negociaciones.
Pero sin embargo grupos defensores de los derechos humanos a nivel nacional e internacional protesta sobre el enfoque a menudo torpe de la India. Human Rights Watch informa que las fuerzas de seguridad que operan en Cachemira abusan de las leyes estatales permitiendo la fuerza letal, y detalla múltiples casos donde policía o el ejército asesina a civiles inocentes. El informe llama a la tortura en la India “endémica” y cita a un abogado indio que llama a la práctica “rutina” pero dice que “la mayoría de la gente está tan contenta de salir viva de un interrogatorio, que realmente no se queja”. Amnesty International documentó abusos similares de poder por parte de personal de seguridad en el estado nororiental de Assam. El Asian Center for Human Rights, con sede en Nueva Delhi, sostiene que las fuerzas de seguridad y un grupo paramilitar con apoyo estatal mató a 330 personas durante las campañas anti-naxalitas.
Ley antiterrorismo en la India
No hay. Cuando Singh tomó el control del parlamento indio en el año 2004, una de sus primeras acciones de gobierno fue derogar el Acta de Prevención de Actividades Terroristas. Aprobada en 2002, la ley fue fustigada por grupos defensores de los derechos humanos, quienes sostenían que su lenguaje vago le daba a la policía libertad de hostigar a las minorías religiosas y étnicas.
El gobierno de Singh no ha promulgado una ley revisada para reemplazarla, pero el gobierno puede prohibir a los grupos extremistas por actividades criminales en virtud del Acta de (Prevención) de Actividades Ilegales, aprobada en 1967 y modificada en 2004.
Influencia extranjera en los grupos extremistas de la India
Grupos terroristas extranjeros se infiltran en la India para organizar ataques. En Asia es habitual que los entrenamientos de den en países vecinos. La India misma ayudó a entrenar a los extremistas de Sri Lanka, los Tigres de Tamil Eelam, durante la década de 1980, que más tarde supuestamente orquestaron el asesinato del ex primer ministro Rajiv Gandhi en 1991 en un ataque suicida. Los extremistas de la India también recibieron entrenamiento en otros países.
Influencias de otros países en el extremismo indio
Pakistán. Extremistas con base en Pakistán han desempeñado un rol durante mucho tiempo en el conflicto por Cachemira. Los servicios de inteligencia pakistaníes respaldaban a los militantes cachemires, y se sostiene que aún siguen haciéndolo. El presidente pakistaní Pervez Musharraf hizo una promesa después del 11 de septiembre tomar medidas drásticas contra los grupos terroristas que operan en Cachemira, forzando a los grupos a evolucionar, escindirse y entrar en la clandestinidad.
Bangladesh. El aumento del extremismo islámico en Bangladesh cerca de la frontera india ha causado temores de efectos colaterales en la India. Bangladesh ha servido durante mucho tiempo como un santuario y base de entrenamiento para militantes separatistas del noreste como el Frente Unido por la Liberación de Assam.
Nepal. Hay indicios de que el éxito de los rebeldes maoístas en la vecina Nepal ha reforzado a los grupos extremistas del ala izquierda en la India. Los maoístas nepaleses e indios ofrecen mutuamente apoyo ideológico y posiblemente militar. Los dos grupos lanzaron su primer ataque conjunto en el estado indio de Bihar en abril de 2005.
Notas
(1) Según un análisis del South Asia Terrorism Portal, un proyecto del Instituto para la Gestión de Conflictos, un gabinete estratégico independiente con sede en Nueva Delhi.
(2) La India está constituida por una gran cantidad de pueblos, como por ejemplo el bengalí, el tamil, el cachemir y el punjabí. A su vez, está dividida en religiones como el hinduismo, el islamismo, el budismo, y las creencias sikhs. La religión hindú, que desciende de los Vedas (libros sagrados) pero no tiene profetas, es la creencia mayoritaria. Siddarta Gautama nació, creció y desarrolló su doctrina en la India. Entretanto, en el norte, buscando un punto final para los permanentes enfrentamientos entre hinduistas y musulmanes, surgió en el siglo XV la religión sikh, que incorpora las enseñanzas védicas y las coránicas.
Los expertos dicen que sí. La cantidad exacta de grupos que orquestan los atentados en la India es difícil de precisar debido a la fragmentación de los movimientos, pero el país enfrenta una posible violencia perpetrada por docenas de grupos extremistas. Más de 2750 personas en toda la India han muerto a raíz de la violencia relacionada con el terrorismo en el año 2006 (1).
¿Por qué la India enfrenta un violento extremismo?
Desde principios de su historia post-colonial, la India ha experimentado violencia relacionada con movimientos separatistas e insurgentes, desde la disputa territorial sobre Cachemira, pasando por el movimiento separatista Sikh en el Punjab, hasta un movimiento secesionista en el estado nororiental de Assam.
Esta nación es la democracia más grande del mundo; con aproximadamente mil millones de habitantes, tiene una gran cantidad de minorías étnicas y religiosas (2) que están sometidas a una subordinación económica, y que frecuentemente buscan concesiones territoriales.
Conflictos inter-étnicos han golpeado a la India en sus niveles más altos. En la India los magnicidios son una constante. Mahatma Gandhi fue asesinado por un hinduista acérrimo, un año después de haber conseguido la independencia del país, por haber permitido la partición de Pakistán. A Indira Gandhi la asesinaron en 1984, miembros sikhs de su cuerpo de guardaespaldas, a raíz de la represión en el Templo Dorado de Amritsar, un santuario donde los sikhs estaban intentando la separación del Punjab (buscaban crear el estado independiente de Khalistán). Finalmente, a Rajiv Gandhi lo mató una mujer suicida en la ciudad sureña de Sriperumbudur. En este caso, Rajiv, nieto de Nehru, había abandonado a los Tigres de Tamil Eelam, una guerrilla hinduista que luchaba contra el ejército de Sri Lanka para convertir a la península de Jaffna en un estado independiente o por lo menos en una provincia de la India.
Los diferentes grupos étnicos y religiosos, o las clases sociales, frecuentemente actúan como nacionalidades individuales que provocan la movilización en apoyo a una causa. Si los reclamos no son atendidos, estos movimientos se convierten en extremismos.
Los naxalitas
Los naxalitas son extremistas de izquierda que toman su nombre de Naxalbari, un poblado del estado de Bengala Occidental donde originaron un levantamiento por primera vez en 1967. Los grandes esfuerzos contrainsurgentes de la India en la década del setenta casi aniquila a este grupo, dejándolo fragmentado en pequeñas facciones, incluyendo Guerra Popular y Centro Comunista Maoísta. En 2004, estos dos grupos se aliaron para formar el Partido Comunista de la India (Maoista). El grupo, constituido ahora por una coalición de facciones, desafía al poder del Estado con violencia para respaldar su objetivo declarado de ayudar a los pobres sin tierra, al pueblo tribal, y a las castas inferiores.
El problema de raíz en la zona de los naxalitas es la pobreza y la desigual distribución de los recursos. El problema principal es la distribución, porque los fondos están.
En el año 2004, el reajuste de las facciones de los Naxalitas resultó en un “corredor rojo” de actividad que va desde la frontera con Nepal a través de trece de los veintiocho estados de la India. La franja pasa a través de los bosques y junglas de la India central, donde el grupo se refugia y recluta combatientes en la población empobrecida de la región.
Los estados de Andrha Pradesh, Bihar, Bengala Occidental, Jharkhand, y Orissa han presenciado altos niveles de actividad de los naxalitas; pero sin embargo, la peor parte la obtuvo Chhattisgarh, que en el año 2006 tuvo más de 360 muertos a raíz de esta violencia maoísta; en Chhattisgarh, un estado con una población mayoritariamente tribal, una pobreza extrema, etc., los naxalitas han diseminado exitosamente su mensaje revolucionario enfocándose en el fracaso del sistema gubernamental.
Los naxalitas reclutan combatientes voluntariamente y a veces por la fuerza. Sus seguidores utilizan armas cortas y explosivos caseros, incluyendo minas terrestres. Recaudan fondos a través de la extorsión o la creación de administraciones paralelas para recolectar impuestos en áreas rurales donde los gobiernos locales y el estado indio parecen ausentes.
Una amenaza para la seguridad india
Los naxalitas son la mayor amenaza para la seguridad interna de la India, según lo afirmó el primer ministro Manmohan Singh en el año 2006. Los naxalitas, que serían entre diez y veinte mil hombres, libran una campaña de violencia y secuestros contra el personal de seguridad y grupos de vigilancia.
Los continuos enfrentamientos entre maoístas y el gobierno han obligado a miles de aldeanos a buscar refugio en asentamientos gubernamentales temporales o en campos de los mismos naxalitas.
Los naxalitas y el conflicto por Cachemira
El conflicto por Cachemira es un movimiento extremista separado. Cachemira ha sido durante mucho tiempo un punto candente entre los estados nucleares de Pakistán e India. Las dos naciones comenzaron un proceso de paz en 2004 para resolver sus diferencias, incluyendo el tema de Cachemira, que los ataques terroristas posteriores no han podido frustrar. Grupos activos en Cachemira y listados por el Departamento de Estado como organizaciones terroristas incluyen a Lashkar-e-Taiba, Harakat ul-Mujahideen, y Jaish-e-Muhammed. El grupo sospechoso de ser el principal partícipe en los ataques terroristas en suelo indio desde el 11 de septiembre es Lashkar-e-Taiba.
Lashkar-e-Taiba
Lashkar-e-Taiba (LeT), o “Ejército de los Puros”, es el brazo armado de una organización religiosa fundada en 1989 con sede en Pakistán. Durante la década de 1990, el grupo recibió instrucciones y financiamiento por parte de los servicios de inteligencia pakistaníes (ISI), a cambio de la promesa de tomar como objetivos a hindúes en Jammu y Cachemira y entrenar a extremistas musulmanes en suelo indio. Después del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos lo incluyó en la lista de organizaciones terroristas e Islamabad lo proscribió: este grupo pasó a la clandestinidad, ya muy fragmentado, utilizando diferentes nombres... Sin embargo este grupo sigue siendo sospechoso de haber participado en varios atentados a gran escala en la India, como por ejemplo el ataque al parlamento en Nueva Delhi en diciembre de 2001, la explosión de un tren que circulaba entre la India y Pakistán en febrero de 2007, entre otros.
Movimiento de Estudiantes Islámicos de la India (SIMI)
El Movimiento de Estudiantes Islámicos de la India (SIMI), fundado en el estado de Uttar Pradesh en 1977 para promover la enseñanza del Islam, fue radicalizándose cada vez más en el decenio de 1990. El fundador original, Mohammad Siddiqi Ahmadullah (que ahora dicta clases de periodismo en la Universidad de Illinois Occidental), sostuvo que el grupo ahora es totalmente diferente al que él había creado. Al parecer, este grupo jihadista refuerza al LeT ayudándole a expandir sus actividades dentro de la India. Nueva Delhi proscribió al SIMI en el año 2001, etiquetándolo como una organización terrorista después de que varios estados indios dijeran que estaban incitando a los disturbios y la violencia. Muchos de sus miembros principales fueron encarcelados y el grupo entró en la clandestinidad en aquel momento. La organización continúa ejerciendo presión para el levantamiento de la proscripción de sus actividades, pero en febrero de 2007 la Suprema Corte de la India etiquetó al SIMI como “secesionista”y se negó a poner fin a la prohibición. La policía india sospecha que el SIMI tiene vínculos con los mujahideen indios, el grupo que reivindicó su responsabilidad por varios atentados en 2007 y 2008.
Los grupos terroristas que utilizan a Cachemira como un grito de guerra se han vinculado crecientemente con un movimiento islamista más general, según el cual la India es considerada una estado anti-musulmán. Estos grupos terroristas la ven como parte del enemigo junto a Occidente, y por lo tanto “debe” ser atacada.
Los musulmanes constituyen el grupo minoritario más grande del país, y la India tiene la segunda población musulmana más grande del mundo después de Indonesia. Sin embargo, un controvertido informe publicado por el Sachar Committee de Nueva Delhi en noviembre de 2006 encontró que los musulmanes de la India están rezagados (CS Monitor) con respecto al resto de los indios en términos de alfabetización, tasas de empleo, e ingresos. Incluso el tema de Cachemira va más allá: demuestra la incapacidad del estado indio en enfrentar la desigualdad y la situación de desventaja que tienen los musulmanes en la India.
¿Cómo combate la India a los grupos extremistas?
A pesar de las insurgencias en curso y las amenazas terroristas en la India, los expertos reconocen la postura histórica de Nueva Delhi de hacer frente efectivamente con los extremistas a través de una combinación de un fuerte despliegue militar y el tratamiento de las quejas a través de negociaciones.
Pero sin embargo grupos defensores de los derechos humanos a nivel nacional e internacional protesta sobre el enfoque a menudo torpe de la India. Human Rights Watch informa que las fuerzas de seguridad que operan en Cachemira abusan de las leyes estatales permitiendo la fuerza letal, y detalla múltiples casos donde policía o el ejército asesina a civiles inocentes. El informe llama a la tortura en la India “endémica” y cita a un abogado indio que llama a la práctica “rutina” pero dice que “la mayoría de la gente está tan contenta de salir viva de un interrogatorio, que realmente no se queja”. Amnesty International documentó abusos similares de poder por parte de personal de seguridad en el estado nororiental de Assam. El Asian Center for Human Rights, con sede en Nueva Delhi, sostiene que las fuerzas de seguridad y un grupo paramilitar con apoyo estatal mató a 330 personas durante las campañas anti-naxalitas.
Ley antiterrorismo en la India
No hay. Cuando Singh tomó el control del parlamento indio en el año 2004, una de sus primeras acciones de gobierno fue derogar el Acta de Prevención de Actividades Terroristas. Aprobada en 2002, la ley fue fustigada por grupos defensores de los derechos humanos, quienes sostenían que su lenguaje vago le daba a la policía libertad de hostigar a las minorías religiosas y étnicas.
El gobierno de Singh no ha promulgado una ley revisada para reemplazarla, pero el gobierno puede prohibir a los grupos extremistas por actividades criminales en virtud del Acta de (Prevención) de Actividades Ilegales, aprobada en 1967 y modificada en 2004.
Influencia extranjera en los grupos extremistas de la India
Grupos terroristas extranjeros se infiltran en la India para organizar ataques. En Asia es habitual que los entrenamientos de den en países vecinos. La India misma ayudó a entrenar a los extremistas de Sri Lanka, los Tigres de Tamil Eelam, durante la década de 1980, que más tarde supuestamente orquestaron el asesinato del ex primer ministro Rajiv Gandhi en 1991 en un ataque suicida. Los extremistas de la India también recibieron entrenamiento en otros países.
Influencias de otros países en el extremismo indio
Pakistán. Extremistas con base en Pakistán han desempeñado un rol durante mucho tiempo en el conflicto por Cachemira. Los servicios de inteligencia pakistaníes respaldaban a los militantes cachemires, y se sostiene que aún siguen haciéndolo. El presidente pakistaní Pervez Musharraf hizo una promesa después del 11 de septiembre tomar medidas drásticas contra los grupos terroristas que operan en Cachemira, forzando a los grupos a evolucionar, escindirse y entrar en la clandestinidad.
Bangladesh. El aumento del extremismo islámico en Bangladesh cerca de la frontera india ha causado temores de efectos colaterales en la India. Bangladesh ha servido durante mucho tiempo como un santuario y base de entrenamiento para militantes separatistas del noreste como el Frente Unido por la Liberación de Assam.
Nepal. Hay indicios de que el éxito de los rebeldes maoístas en la vecina Nepal ha reforzado a los grupos extremistas del ala izquierda en la India. Los maoístas nepaleses e indios ofrecen mutuamente apoyo ideológico y posiblemente militar. Los dos grupos lanzaron su primer ataque conjunto en el estado indio de Bihar en abril de 2005.
Notas
(1) Según un análisis del South Asia Terrorism Portal, un proyecto del Instituto para la Gestión de Conflictos, un gabinete estratégico independiente con sede en Nueva Delhi.
(2) La India está constituida por una gran cantidad de pueblos, como por ejemplo el bengalí, el tamil, el cachemir y el punjabí. A su vez, está dividida en religiones como el hinduismo, el islamismo, el budismo, y las creencias sikhs. La religión hindú, que desciende de los Vedas (libros sagrados) pero no tiene profetas, es la creencia mayoritaria. Siddarta Gautama nació, creció y desarrolló su doctrina en la India. Entretanto, en el norte, buscando un punto final para los permanentes enfrentamientos entre hinduistas y musulmanes, surgió en el siglo XV la religión sikh, que incorpora las enseñanzas védicas y las coránicas.
Editorial del mismo blog. Sara.
Video: los ataques en Bombay.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario